dijiste es
emos d
artículo malicioso sobre ellos, pues no era la mejor idea del mundo. Con sue
a podía empezar a escribir. Su productora le había dicho que, para llevar a cabo el show que estaban preparando, necesitaban que escribiera un poema más, y que fuer
una soberan
idió ayuda a su editor, Cristian Calicchio pensando que este lo apoyaría, pues modificar la obra significaba modificar el poemari
. Removiendo en un pasado que odiaba en busca de algún verso que pudiera aflorar. Quizá no hubi
nsales como si fueran ellos los únicos en el restaurante. Las risas compartidas entre ambos por chistes que parecían haber estado siem
arse todos esos pens
a sonar a cita! Y no lo había sido. Fue una salida entre amigos. Poco más. Salvo que la
en una
ter
o por qué realmen
tu mente hasta el punto de no poder trabajar? ¿Desde cuándo los r
gmento de la conversación y eso la hacía sonreír. Se preguntaba si para ella había sido solo una cena más, una comida, un rato entr
, cuya lista de amigos estaba más en blanco que la página del Word). Lo más seguro es que a ella no le gustaba comer sola, acostumbrada a la atención de un mundo que la tiene bajo el foco, y solo a
n escritor. Quizá solo estaba pendiente por si él e
o
n simple intercambio de miradas se pudiera convertir en un instante eterno.
as co
como para no darse cuenta de que entre ellos existía química.
que quizá, por el articulo ese de mi
ncentrarse e
nos int
rlándose de él, pero es que ya no se s
del cierre. Estaba vacía; había guardado toda su ropa dentro del armario. El fondo del maletín estaba forrado con una tela plástica y azulada. En una esquina, apenas
ta, escondida, había u
a y caminó hacia la cama. Se sentó mirando con ternura la blusa, sintiendo la suav
orme marcha de sangre
nes le fluían por la cabeza como un montaje acelerado. Voces de fantasmas l
surraba recue
amente. Por algún milagro inexplicable, aquella prenda nun
la mancha de sangre que descendía desde el cuello de la prenda
o el comienzo y el f
ándose, ni éxitos literarios, ni nada; todo surgió,
se trataba sobre su vida; sobre una verdad escrit
ribiendo sobre un personaje. Alguien que maqui
ser reveladas, y eso es algo de lo que era muy consciente. Eran fragmentos de historia que, s
as consecuencias del mismo se pudrían en algún rincón de la tierra. Su vida actual e
eso querí
a ningún poema que le
molesto consigo mismo, sintiéndose un inútil, como siempre se sentía cuando no lograba escribir. Tenía ante sí la per
ra de Marie.
playa el sabado
res
S