-Nor
antado de
bel
e este horrible lugar a esperar mi preciosa muerte. Aquí es cuando te das cuenta de que todo pudo haber sido mucho mejor que antes. Probablemente si yo me hubiera portado mucho peor que antes, haber respondido y estar cont
ué estoy aquí, en este lugar y en est
sé si me moriré
estás -admite una voz de m
no entrar en pánico, pero vamo
y mur
rando hacia todos los lados-. ¡¿Quién está
dre que m
de quedar dormida en la bibli
lo que hago. Me siento otra vez en el suelo a llorar. La parte baja de los troncos
un mom
libro que me tra
do el libro. Estúpido libro en miniatura que me absorbió y me trajo hasta aquí
ra lo único que se escuchaba mientras yo co
sa?
estar con suero por mi desaparición po
-la voz gruesa de un hombre,
scucho m
na mala partida para crear esa
de, la voz de una mujer
amente y miro h
s en este lugar? Aún es de día, pero t
ayos estoy
-. ¡Que alguien m
resp
enc
ío
vor! -vuelvo a gritar, me siento en el sue
lo que escucho a lo lejos son los sonidos de cosas extrañas. Grillos, pájaros
te por haber inaugurado un refugio para mujeres maltratadas. El pijama es un mono de
se ve mejor -dice, nueva
encantadora. Puede iluminar el camino más osc
ántropos con ella. Mi madre amaba las historias de los lobos y lo admito, en su momento tamb
solo respirar se me daba
año en mí y lo había olvidado, pero estaba tan sedienta, que mis labi
, con voz ronca-. Vamos, Isabella. Debemos buscar la fuerza
. No me considero una mujer débil, desde pequeña he venido luchando por dejar mi marca en el mundo. He ca
acio
sin
o de p
ción de
son maltratados por las mujeres. El parlamento al recibir la propuesta que presentó ese día, se rieron fuertemente. No podían creer que existían esos casos,
n tratados con igualdad. Lamentablemente, aunque muchas veces mis planes sean cambiados, e
*
ces más, caminé intentando cons
a que me s
os, pero todo era igual al lu
me sobresalta-, oh, lo siento. N
cupes, cari
acia abajo y puedo decir que p
nta-. ¿Quieres que me quede contigo? Mi familia está un poco
o el
asiente-. Podían haberme mata
una extraña -rebusca entre sus cosas-. ¿Tienes sed? Parece que tienes p
a es profunda y las arrugas en sus ojos salían cuando sonre
¿Quieres que te dé algo? -
rpresa y me empiezo
alejándome en el suelo porque no tengo fuerzas en el c
car, niego con la cabeza para que no lo haga-. Marili es la luna que todos aman. La que ilumina nuestros caminos
no,
la. Estaba en la biblioteca del palacio y no sé cómo, pero ahora estoy aquí -miro un bicho que intentaba subir a mi cuerpo-. ¡No, Dios, no puedo má
de un hombre me hace dar escalofríos
oz profunda, fuerte y poco amigabl
rla todavía? -dice la niña entusiasmada-.
onde el hombre, me volteo a ver a la niña-. No debes asustar a los hu
ad
ablando co
onríe, dice unas palabras en lat
n late con fuerza, lágrimas empiezan a caer y dando u
su espalda, su tez clara brillaba hermosamente, sus ojos color avellana resalta
lar contigo -la voz de la niña aún se
desde hace rato -la corrijo-. ¿
dulce
os hasta más no poder-. Me llamo Ana y soy
lf
es una
rue
e y alumbra el bosque. Empiezo a ver todo borroso, muevo la cabez
to, Marili -su
caer al suelo desmayada, alguien me sostiene. Un aroma a
rofunda de ese hombre fue lo último que escuc
decir ese
Isabe
ncesa I