aquí, pero para mi sorpresa, si lo hago y eso es extraño también. No tengo ni la menor idea de como es posible que entienda noruego
acá es más segur
to muy segura con ninguno de ellos. Yo respeto los gustos de cada quien, pero por el amor de Dios, este lugar es extra
e esto es un c
estas conversaciones? -la voz de una m
o con sabanas azules, una pequeña mesita de noche color beige, un tocador y un espejo del mismo color. Hay una televisión en frente de la cama pantal
... falta que se c
hablar la mujer, suspiro y cierro mis ojos tratando de
Es una hermosa chica, más o menos contemporánea con mi edad. Supongo que tendrá 27
reces a
ta Isabella? -la chica con acen
me recuerda a alguien -r
erla, señorita Isabella -mi boca
s extraño que he te
lto esa mirada -admito, la chica me sonríe confundida-.
a abrazarla, la puerta de la h
e habla a la versión más joven de mi nana-. Te lo pregunté tantas veces y
nta y me paro frente al viki
sera -me da una mirada fría-. El problema aquí fue qu
llorona -dice, sin dejar de verme-.
persona más desagradable er
con dulzura-. Después hablaremos, tranquil
en mi tocador. El vikingo pasa sus manos por su ro
a era pasada», admito en mis pensamie
mensión de los vikingos?
el chakra
en silencio-, antes no eras así -
. Te pedí amablemente que me dejes ir y no quieres, y cuarto, pero no menos importante, me dices que aquí estoy a salvo -sonr
isa roja con mangas dobladas hasta el codo. Varios tatuajes se ve
de perro, pero n
etiche con
que no lo conoce, pero normalmente las personas lo usan si llegan a ver a alguien en una situación de peligro y le salvan la vida -me encojo d
igo con sarcasmo-. ¿Ahora me puedo ir? Me resu
suspiro-. No se puede ir hasta que se averigüe su procede
ió en su casa? -lo miro con cautela-. Estoy en Noruega, solo debo l
un fugaz destello de color azul claro. Su mira
o, no nos vamos a enamorar de
ngo», pienso, mordiendo mi lengua para no reírme. Él si suelta una carcaj
mis pen
ompañadas hasta llegar a su destino -asiento, por primera vez estoy de ac
pero hay muchas cosas diferentes y extrañas por
se me escap
ugar -me río incredulidad-. Anda a darte u
e levanto d
e esperando alguna r
-pregunto, él niega con la cabeza
o está en ese lugar que ves ahí -señala una puerta beige cerca de
e la habitación y
e sonríe con amabilidad-. Y también discul
recer son repelentes el uno del otro, Sería ilógico que me des la razón
e de la habitación y yo me fui a dar la m