andra
correcto. El vestido de cóctel me sienta bien, per
ijo su hermano, Ryan. Le doy vueltas al asunto y por más que trato, no logro recordar si mientras bebía con él, me fui de l
a fiesta organizada por sus padres. Sé que no soy bienvenida, sobre todo
esentan. En cuanto llego, me escabullo entre los pocos invitados, buscando a Ryan antes de que alguien note mi p
rmino envuelta en escándalos. No he entrado del todo a la casa y a donde se desarrolla la fiest
-pregunta, tomándome del br
esto, me confirma lo que ya c
lia? -continúa refunfuñando, hasta que nos lleva a una zona alejada de todos los oídos curiosos-. ¿Es
erfeccionar mis muros protectores y Dylan, c
an detrás de mí, cuando estoy a punto de romp
esión molesta. Sus ojos son dos p
en el lug
der? -pregunta D
e tú no estás haciendo -replica,
da seca, nada divertida.
rápido, cargado de odio. Yo muerdo el interior de mi mejilla para
omar a su hermano por las solapas de su c
ulpa, no es mi intención que ambos hermanos terminen peleando. Dylan intenta soltarse, pero Ryan l
do no te conviene
aqueta mientras Ryan da un paso atrás, se pone a mi lado y coloca su mano en mi espalda baja. El gesto no
ta más de lo que me gustaría aceptar. Hay tantas cosas que no logro
so de lo que dice mi he
bre Dylan y enfocarme en la verdadera razón por la que vine aquí, pero cuando p
frutemos de
es el cabello rubio oxigenado de Annabelle Simpson, charlando animadamente en compañía de la señora O Conell. Se nota a kilómetros que ella es la mujer q
inge una expresión inocente, tímida incluso, que me queda claro es falsa; pero mi "adorada suegra" no se corta para demostrar su aversión hacia mí. Recuerdo las palabras q
adre. No necesito escuchar lo que dice para saber que habla de mí, mucho menos cuando
me mira a mí. Si no supiera que sí es conscient
lo Fran llegue -exige, entre dient
on tono jocoso y señala con su cabeza a
ulminarme con la mirada. Se dirige hacia donde su amante lo espera y yo n
zules ya m
o que me esté invitando a un trago después del mal rato de la
e dejo salir después de varios días. Asiento, porque necesito relaja
se aleja, rumbo a una barra improv
que deja por el piso mi reputación y mi dignidad. Dylan va de la mano con Annabelle hasta donde su abuelo está sent
lle con el ceño fruncido. Dylan no sabe
que el silencio se hizo en todo el salón. Sin emba
eclara, con firmeza-. Solo ella tiene m
n escucharse. Y antes de que Dylan la tome conmigo, decido alejarme del lugar. Su perfecta
lón, cuando Dylan me alcanza. Me toma del b
ndra!? ¿No te basta con haberme jodido
que me está apretando un poco
ta farsa -lo enfrento, porque no puedo quedarme callada esta vez-. Fuiste tú el que rompió el
No eres nadie para que reclamarme -replica, seña
me diste tu palabra»
-murmura, con fastidio evidente. Habla bajo, a
voltea. Sale corriendo hacia la entrada de la casa donde se p
lla, yo solo pienso en lo in