ACTUA
la misma red donde yo daba clases. Cuando salía me iba a casa, pasaba un rato con Luísa y luego la dejaba en casa de Maya y después me iba a la academia. Luísa ya estaba acostumbrada a
uestros sentimientos. A Luísa le encanta la presencia de su padre, pero a pesar de su corta edad comprendió que Tomás no podía
ho para que habláramos. Al principio estaba receloso, porque pe
os estudiantes que acuden a sus turnos. Estamos intentando implantar cla
pero me gustaría intentarlo. Sin embargo, tendría que ser durante mi turno aquí, como sabes doy clases por la mañana y paso muy poco tiempo con mi hija. Tampoco puedo dejar mi otro trabajo, porque me
os. En cuanto se forme la n
s gratificante para una persona que ver reconocido su trabajo. Sin embargo, muchas veces al llegar a casa tenía que esforzarme, porque aunque
elta al gimnasio. Pero parece que mis pasos rápidos no fueron suficientes, porque uno de ellos me agarró del brazo y me preguntó por qué estaba tan engreído. Intenté desenredarme, pero los demás ya me habían rodeado. Cuando el que me sujetaba del brazo intentó tirar de mí hacia sí, yo le empujé hacia atrás y acabé chocando mi cuerpo con el del tipo que estaba detrás de mí, él a su vez me sujetó de la ci
eza, estoy seguro de que disfru
o podía creer que me estuviera pasando esto, pero no lo iba
rá mansa, mansa, mansa - Dijo
sas. Empezó a exigirme la boca con más rudeza. El alivio llegó cuando oí la voz de otra persona exigiendo que me
definido como el de cualquier atleta, con una voz tranquila y amenazadora al mismo tiempo, con una barba sin afeitar y los ojos azules más intrigantes que jamás había visto. Sin embargo, para mi co
grupo es mucho mayor, así que lo más sensato es dejarla marchar. No queremos pro
en completo silencio. No sé lo que pensó su grupo, pero me quedé pensando en el miedo que sentí en aquel encuentro inesperado. Al llegar al gimnasio me fui directa a los vestuarios, necesitaba deshacerme de lo que aquel asqueroso roce había provocado en mí. Necesitaba quitarme el miedo que había detrás de esa imagen de chica fuerte, y nada mejo
o de esos tipos con malas caras, porque no sabría defenderme. Lo único que no esperaba era encontrarme a ese miembro que me había d
perar allí mi marcha. Una sonrisa se dibujó en sus labios y yo le devolví una de gratitud
o de shock por la situación, aunque te las arreglas
cias por salvarme de esa situación. Ni siquiera sé qué habría pasado si no hubieras estad
mo Migue
gues. ¡Y grac
r entrometido, pero me preocupa mucho que esos tipos vuelvan a cruzar
uchas opciones. No tenía a nadie que me acompañara a casa, el transporte público me dejaría expuesta de nuevo. La única
le pasaba algo. Pero si le causa algún inconvenien
por mí. Puedo intentar pedir un Uber, pero no sé si podré. Seguro que tienes algo impo
casa. Sé que cuando llegue a casa y ponga la cabeza en
inceramente, creo que me sentiré mejor no estan
en silencio, no un silencio incómodo, sino reconfortante. En algunos momentos nuestras miradas se encontraro
que a tu novio le moleste que te acompañ
n Otávio el tiempo suficiente como para reconocer ese tipo de acercamientos. Pero lo que vi en sus ojos fue sólo sinceridad, y por un momento me s
únicas personas que me esperan en casa
eo que ahora puedo causarte muchos problemas. Puede que tu mari
somos mi hija y yo. No t
ocultando alguna verdad. Pero entonces abrió una pequ
s entrar? ¿Quieres agua,
hace sentir mejor que vuelvas a casa sano y salvo. Tengo que ir
erte todo, incluida la gentileza de haberme ac
en aquel momento, después de oír los gritos de LuLu, mi hija, llamándome. Sólo entonces me di cuenta de lo tensa que estaba después de lo que me había pasado esa noche. Maya se dio cuenta