cuyos materiales había comprado la Señora Myers y dedicaba el resto del tiempo
a tan hinchado...cuando estaba cociendo el disfraz, llegó Carlos, al cual, por cierto,
stado? – Pre
cosiendo un dis
de la boutique de vestidos de novia. Siempre tienen mucho trabajo y
a en volverse útil nuevamente. No se dio cuenta que el Señor Duncan se acerca
intió que su corazón se aceleraba y nerviosa caminó hasta el antiguo comedor de gran tamaño y con varias entradas. Se sentó al lado izquierdo del señor Duncan, después que éste con un g
cio, disfrutando de aquellos exquisitos platos que preparaba la señora Smit
acer algunas compras. ¿Quiere
cocinar algo especial
. Venden toda clase de artículos y mi padre quiere comprarme algunas cosas y yo le pedí que te comprara
tengo mis cosas y pronto comenzaré a trabajar y podré sostenerme – Dijo Rosalin mir
jar? ¿Dónde? – Pregu
alguien que conoce de la boutique, porque
n amigo – Dijo el señor Dunca
pensar y de pronto, el señor Duncan lanzó la servilleta sobre
on mirando la una a la ot
retira, pero luego siempre viene a arroparme antes
él pareció molestarse por lo que ella dijo y no creía que viniera a arropa
h le insistió a Rosalin en que comprara algo de ropa y aunque intentó negarse, el señor Duncan insistió en que no había ningún problema en que comprara lo que quisiera. Ella, aceptó y comp
aquél vestido puesto, pero Sarah insistió y ella, salió notando cómo los ojos del señor Du
to – Dijo la niña
y echando hacia atrás todo el cabello rojizo que se le había
erchero, por lo cual, el señor Duncan la sostuvo por la cintura con sus dos
antes! ¡A éstas alturas, ya me hubieras pe
uncan! ¡Usted no me quie
que él la soltó y Rosalin sintió que cir
compras, vamos a almorzar, porque
s para vestir y maquillarse. Era totalmente distinta a cómo solía hacerlo antes. El trato que tenía ahora con la señora Smith y con Sarah, eran totalmente opuestos a cómo ella solía tratarlas y por último estaba ésta atracción que
y esta le dijo que empezaría haciendo bordados y de acuerdo a cómo trabajara iría ascendiendo. Ella, estaba más que encan
l trabajo, Rosalin enc
as? ¡El disfraz ya está listo! ¡N
padre no va a poder llevarme a
– Pregunt
jo Sarah y se abrazó llorand
tú me llevarás y que tú hiciste el disfraz por
ú le dices y si él pregunta, yo le d
de la mano decidida para llevarla a la
la puerta y Sarah
ela
osición que hacía Sarah de su caso a su padre y cómo este la escuchaba con int
vas a
– Dijo Rosalin observando que él quitaba su m
diera, pero deberás portarte bien y no darle ningún
sus adentros. Su nombre era R
Gracias – Dijo y
puerta y se disponía a salir y cerrarla t
e dejaré las llaves de la camioneta a la Señora Smith. Se
. Yo le pediré las llaves a l
Duncan después de pasar su mirada inten
adolorida –
¿Conseguiste el trabajo? –
en de la boutique de novias y sí, me va bi
r Duncan – Me iré mañana temprano. Cualqui
salió y cerró la puerta. Le crispaba los nervios estar frente a ese hom
stido y fueron a la cocina a hablar con la Señora Smith para que les diera las llaves de
. Se bajaron y se dirigieron al escenario de la escuela tomada
ña. Algunas de las miradas masculinas, le llegaron a parecer indecorosas y las miradas de algunas mujeres eran de rabia y hasta de celos, torciénd
la abrazó para seguir caminando hasta donde se encontraba la maestra organizando la obra. Cuando entraron al gran escenario lleno de papás nerviosos y algunos niños inquietos, volvió a notar Rosalin las miradas, incluso notó que una mujer tomaba a su esposo del brazo y lo jalaba hacia el o
e al escenario – Le dijo una maestra que estaba parada
orque si no, pobre Sarah – Se dijo Rosalin mientras se dirigía al
Ho
al doctor que la atendió
Ho
nte? – Pregun
o, no recuerdo su nombre – Dijo
e lo dije. Mi nombr
ijo Rosalin dá
n puesto para ver a los niños –Dijo el doctor, pero
é? – Se preg