mantra que repite Hayley diariamente en las ocupaciones
infectado de bacterias; así como el balde con agua fétida que se sitúa a su lado. No obstante, en contra de su apetencia se hallaba en ese lugar,
gligencia por encima de las indicaciones propuestas por las Jones el día de San Valentín, quizás Kayden no hubiese suf
rza, deslizándolo sobre el piso corroído. Respira varias veces, intentando mantenerse sosegada. Pero, ese
tuajes, la cual se encuentra sentada encima del lavabo, atravesán
ia, golpeando la superficie del lavamanos-. Yo podría
recto a los ojos, apisona
tredientes-, pero no
ientos que mía le había comentado. Sin embargo, esta mujer, la cual apartemente se llama Rita Dawe ha estado asechándola desde
desviar la atención de Hayley; y ésta la c
que eres un maldito escollo en este miserable lugar -recrimina, con tono amenazante-. Aunque pensánd
ja, presumiendo una pequeña navaja suiza, lo suficientemente afilada para degollarla como
uien aparezca en este in
retuerce los órganos internos, aparte especular que esté contaminada con algún microrganismo o envenenada; no obstante, debía consumirla si quería sobrevivir en ese infierno. Inclusive su compañera de celda, la cual posee un alias
ara que el veredicto fallase en su contra; así como también lo hicieron con la policía, anexándol
te, en que proceder a tirar la cadena, percibe la presencia de alguien detrás. Al girarse sobre su
hasqueando la lengua-. Estamos solas, nadie te ayud
ole cicatrices en sus muñecas. Ella procura zafarse del
diendo su cuerpo para liberarse-. Po
s labios, traspasá
ustándole las uñas en su piel-. ¿O deduce qué pod
ega con l
ntemente-, te complaceré
no ingerir ese impúdico líquido; sin embargo, el agua comienza a filtrarse por su boca y nariz, comenzando a ahogarse, causan
de favorecerla; significando que ninguna persona sabía lo que ocurría. Era
resora, actuando. No obstante, sus esfuerzos sólo la desestabilizan,
s palabras se convierten
iene sumergida en el inodoro. Su atisbo se desenfoca, el cuerpo no le responde y empieza
el sanitario, respirando con dificultad. Expele el fluido repulsivo que ha ingerido. Camina a tientas hacia
cubículo mientras se mantiene alerta ante cualquier eventualidad. Aunque se percata que el baño está vacío. Suspira
-articula una
de se encuentra la oficial Young. Pensando qu
-musita la agente, mostr
dumbre-. No hice absolutamente nada de lo que pre
runce el ceño,
nos en su cintura-, pero tu abogada necesita
emente la confundió con otra encarcelada, porque su representante es el señor Stevens ¿Habían realizado
Young, sacándola de su ensimisma
reunión con sus mediadores. Ambas atraviesan varias puertas, h
es Hayley
n sólo
bogada -afirma entrelazando sus manos-
te, reflexionando que la defensora no
pregunta irascible, mirá
giéndose de hombros. Una reminiscencia desabrida reaparece en su boca, mo
-determina, lanzando una exhalación
, recreando contextos fi
un argumento congruente-. ¡No pienso acudir a ningún lado! ¡Nec
erar la apacibilidad, esta circun
-aclara, observándo
ndo que su extraordinario encuentro traer
der-. ¿Para qué? Para decirme que adicio
ía no lograba convencer a la muchacha. Sabía que debía darle
o, y además responderé a todas tus inquietudes. -asevera, propiciándole una pizca de esperanza-. Po
pasillo que conducen a las afueras de la prisión. Esa inmensa sensación de estar en contacto con el
se ininteligible momento; la cual una hacia énfasis en que sería trasladada a otr
eda atrás mientras el vehículo avanza hasta la magistratura. La muchacha discernía que cuan
bertad llegaría en