Agatha Gallardo, una mujer de 29 años que ha pasado su vida siendo la mujer perfecta, ahora a cargo de la empresa de inversiones más prestigiosa del país, decide tomarse unas vacaciones y que mejor en Paris, pero conocerá al nuevo magnate Frances, juguetón, guapo y seductor que pondrá su vida en una montaña rusa, ella tiene dos opciones, dejarse seducir, o seducirlo
Hoy por fin iba a dar las vacaciones que me merecía, es decir, me había pasado años manejando una empresa de inversiones, la empresa que mi padre me había heredado, y si bien no me estaba desconectando completamente, no estaría 24/7 sentada en mi escritorio, sentía que tenía que vivir mi vida, tenía veintinueve años y me estaba perdiendo mucho, me apasionaban las finanzas y manejar mi empresa pero el estrés y las ganas de viajar por el mundo, de descansar me estaban comiendo viva.
¿Cómo me di cuenta de esto?, simple, comencé a ver imágenes de otros países, miré por mi ventana una ciudad tan conocida para mí, me sabía las calles al revés y al derecho, era hora de disfrutar de mi vida.
Así que comencé a preparar a mi hermano menor, bueno, unos cuatro años menor, quería que se hiciera cargo por un tiempo, primero sería solo un mes, luego dos meses, y ahora había decidido darme un maldito año. Él estaba feliz, era una oportunidad que siempre espero, y aunque sabía que no era para siempre lo iba a disfrutar de sobremanera, también había estudiado finanzas así que cada cosa que le explique no le costó nada entender.
-¿Por que no vienes para acá?, Amiga, es soñado este lugar -me dice Roberta, una de mis mejores amiga, ella vivía en París, la ciudad del amor, ella había encontrado el amor con un simpático francés, y se había quedado allá, hace dos años no nos veíamos en persona pero siempre que podíamos hacíamos videollamada, como ahora.
-No sé donde quiero ir, aún no me decido, es primera vez en estos casi seis años que me doy un tiempo para mí, igual no te miento que estoy nerviosa de dejar la empresa -digo, ella asiente.
-Lo sé, pero lo necesitas, es decir, eres joven, ardiente, y te estás desperdiciando detrás de un escritorio, ¿hace cuanto no tienes sexo? -me pregunta, yo me pongo a reír.
-¡Desde ayer! -digo, ella ríe.
-Bueno tan mal no estás -dice, yo me encojo de hombros.
-¿Con quién? -
-Álvaro Martínez -digo, ella abre los ojos.
-Definitivamente no lo estás pasando nada mal -dice riendo, yo asiento.
Álvaro era un inversionista en nuestra empresa, llevaba al menos cuatro años y era uno de los empresarios más ricos de nuestra ciudad, era guapo, estaba en muy buena forma y yo era un imán de ese tipo de hombres, no había sido dificil llevarlo a la cama, llevábamos unos dos años teniendo sexo casual, no involucrábamos ningún tipo de sentimiento más que placer, y en los negocios coincidíamos bastante bien.
-No entiendo cómo no han tenido algo más, o involucrado sentimientos -dice ella, yo me encojo de hombros.
-Ambos tenemos claro nuestra relación, somos personas adultas que están dispuestos a tener sexo casual, y nada más que eso -digo.
-Yo no podría -dice.
-Lo sé -
Roberta siempre había sido la enamoradiza, soñaba con casarse de blanco, en una iglesia llena de flores, con un vestido largo, con su príncipe azul, y aunque tuvo muchos en sus años de vida, siempre decía que Antoine era su príncipe azul, llevaban dos años y era con quién más había durado. Yo en cambio sólo había tenido un novio con el que había durado cuatro años, pero definitivamente no era para mí y comencé a pensar en otras prioridades y pasatiempos y eso nos hizo alejarnos, y a eso súmale que las mentiras siempre terminan con una relación. Cuando terminamos siempre sentí que era la mejor decisión, no quedamos con rencores, después de todo habíamos pasado mucho tiempo juntos, ahora él estaba casado y yo incluso había ido a su boda.
-Espero lo pienses bien y vengas a París, te juro que te enamorarás de este lugar -dice sonriendo, yo asiento de la misma forma.
-Lo pensaré -digo, ella aplaude-. Me iré a dormir, nos vemos preciosa -me despido ella me tira un beso.
-Descansa amiga -se despide.
Finalizó la videollamada, guardo mi IPad en su funda y me levanto para ir al baño, limpio mi rostro de cualquier tipo de suciedad, incluido el maquillaje, que a pesar de no usar mucho era algo que arruinaba la piel si no la cuidamos como se debía.
Cuando ya estoy limpia aplico mi crema de noche, lista para ir a dormir después de un día largo como profesora de mi hermano. Pongo la alarma de mi celular a las 6:30 tenía que estar en la oficina a las 8:30 pero me gustaba llegar antes para tener todo preparado.
"¿Hoy no nos vemos?"
"Lo siento, mucho trabajo estoy exhausta"
Normalmente no me niego nunca a una cita de sexo casual, pero hoy enserio estaba muy cansada.
"Entiendo"
Con Álvaro podría haberme casado, a mi padre le caía muy bien, pero la verdad es que ambos disfrutamos de vivir sin ataduras y un casamiento siempre significaba ataduras. Yo no creía en cuento de hadas, no lo había hecho nunca. Yo era la cabecilla de mi familia, desde que murió papá, había tenido que hacerme cargo de la familia y de la empresa, y solo era una chica con poca experiencia, casi recién egresada, pero su muerte había sido repentina, por lo menos para nosotros, ya que él parecía que siempre supo que iba a morir. Y yo siempre había sido la hija perfecta, educada, inteligente, nunca di un problema, ese era el trabajo de mi hermano.
Y aunque yo estaba bien con eso, una parte de mí sentía que no estaba viviendo. Mi celular suena, es mi madre.
-Buenas noches mi pequeña adulta -dice, yo sonrío, siempre me ha dicho así, dice que de pequeña me comportaba como adulto, que realmente nunca fui una niña.
-Buenas noches madre -digo riendo.
-Te quiero mucho -
-Te quiero más -
Deje mi celular en la mesa de noche, mi mamá siempre llamaba a la hora exacta que me iba acostar, lo hacía desde que me había ido de la casa. Apague la luz de la mesita de noche y me dispuse a dormir, mañana era un nuevo día, que se debía aprovechar al cien, era un día menos para las vacaciones.
A la mañana siguiente cuando llego a la oficina, Olivia, mi secretaria entra a mi oficina con la agenda del día, aunque yo tenía todo anotado, ella me lo recordaba, a veces eran demasiadas cosas que tenía en el día, reuniones, citas con inversores, en fin, a veces me olvidaba de cosas y ella me recordaba. Le tenía cierto aprecio, llevaba casi cuatro años acompañándome.
-Buenas tardes jefa, en una hora tiene una reunión con unos inversores, su hermano acaba de llegar y está en su oficina, pronto vendrá a verla -dice ella, yo asiento.
-Gracias Olivia -digo, ella asiente.
-¿Le traigo un café? -me pregunta, yo la miro agradecida.
-Por favor, por alguna razón hoy me encuentro bastante cansada -digo, ella asiente.
-Exceso de trabajo Jefa, quizás sus vacaciones debería incluirlas en su agenda -dice, yo asiento.
-Lo estoy pensando seriamente -digo sonriendo, ella sale de mi oficina en busca de mi café.
A los diez minutos aparece en mi oficina, con unas galletas de avena y el café, era muy eficiente y yo le pagaba bastante más que el sueldo de una secretaria, agradecía lo que hacía aquí.
-Gracias Olivia -digo, ella asiente.
-Recuerde que a las doce del día, vendrá el señor Álvaro, por la mañana lo he llamado y ha confirmado la cita -dice, yo la miro.
-¿No vendrá a la reunión de ahora? -pregunto, ella niega.
-Dijo que no podría llegar, que no estaba en la ciudad -dice, yo levanto una ceja pero no digo nada, anoche me estaba pidiendo sexo, y como no iba a estar aquí.
-Entiendo -
Olivia sale de mi oficina, yo comienzo a tomar mi café sabor Mocca, poco a poco mi cuerpo comienza a cobrar vida, justo para cuando Julián entra.
-¡Hola hermanita! -saluda, yo pongo la mejilla cuando me da un beso.
-Hola Enano -digo, él enarca una ceja.
-¿Enano?, soy más alto que tú -dice, yo ruedo las cejas.
-Solo por cinco centímetros, no seas adulador -digo, ahora es su turno de rodar los ojos.
-¿Preparada para la reunión? -dice, yo asiento-. Bueno José la dará esta vez -dice.
Nuestras reuniones se realizaban con los inversionistas que más acciones tenían, por lo que cuando habían nuevos accionistas, o que eran potenciales, ellos me los presentaban con una presentación, y me tocaba decidir si aceptaba tenerlos o no. Era una decisión muy importante, el futuro de nuestra empresa estaba en juego con cada nuevo inversionista.
-La sala de juntas esta lista -dice Olivia, Julián y yo asentimos, nos levantamos con las carpetas y caminamos hacia ella.
-Buenos días -saludos a los hombres sentados en la mesa, lamentablemente las finanzas parecían aún seguían siendo dominadas por los hombres, al principio no confiaban en mí, claro por ser mujer, como si no pudiéramos hacer este trabajo, claro que podíamos, y mejor. Pero yo tenía un carácter fuerte, no tuvieron oportunidad de decirme nada.
-Buenos días Señorita Agatha -me saludan, con Julián se saludan con un asiento de cabeza.
-Bueno, ¿empezamos? -pregunto, ellos asienten, tomo asiento en la cabecera de la mesa, yo era dueña de más de la mitad de las inversiones.
-Bueno, tenemos un potencial inversor, su nombre es Adrien Dubois, un magnate francés, su empresa ha surgido muy rápido y es uno de los nuevos millonarios de ese país -dice, yo asiento-. He coordinado una reunión con él, pero en París, creo que sería bueno que alguno de los socios viera su compañía y sus finanzas antes de tomar una decisión -dice.
-Yo iré -digo firme, todos asienten, bueno era de esperarse, mis decisiones no se contradicen, son las que han llevado a esta empresa a tal éxito.
Creo que mis vacaciones se han adelantado.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Espero les guste la historia.
–¿Tu chica? –Quise decir: mi amiga. —Ah claro, se parecen mucho las palabras —digo, siento su pecho vibrar por la risa. —Bueno, no es como si no quisieras que lo fueras —dice, yo me detengo en seco. —¿Qué? TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS Y PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN BAJO EL IDENTIFICADOR 2204230981476
"El calor de las llamas nunca se sintió tan bien" Aria es una chica de dieciocho años, su vida no ha sido fácil, con una madre despreocupada, un padrastro abusador, y una vida en la completa miseria. Pero un hecho cambia por completo su vida, y del infierno en que ya estaba, tuvo que entrar a otro. Teniendo que involucrarse con los mafiosos de la ciudad, ¿Podrá salir de aquel infierno o lo reinará? Esta historia está registrada bajo derechos de autor con el número 2202060425061
Ámbar Reed, una joven de vacaciones en Italia, se ve envuelta involuntariamente en un asesinato cuando una mujer idéntica a ella mata a un magnate local. Vinicio Rossellini, el amargado hermano del fallecido, está decidido a vengar la muerte de su hermano. Para ello, planea casarse con la supuesta asesina, Ámbar, aunque ella jure ser inocente. A medida que se sumergen en una red de engaños y mentiras, Ámbar y Vinicio descubren que su aparente enemistad los está uniendo cada vez más. ¿Lograrán Ámbar y Vinicio desentrañar la verdad antes de que sea demasiado tarde?
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Para cumplir el último deseo de su abuelo, Stella se casó con un hombre al que nunca había visto. Sin embargo, los dos continuaron llevando sus vidas sin ser molestados. Un año después, Stella regresó a Seamarsh con la esperanza de conocer a su misterioso marido. Pero para su sorpresa, él le envió un mensaje pidiéndole el divorcio. Apretando los dientes, ella respondió: "¡Entonces divorciémonos!". Poco después, Stella se convirtió en empleada de Grupo Prosperity y trabajó directamente para el director ejecutivo del grupo, Matthew. Se decía que el apuesto CEO estaba casado y amaba mucho a su esposa. ¡Pero Stella no sabía que él era en realidad su misterioso marido! Decidida a centrarse en su carrera, Stella deliberadamente se mantuvo alejada del jefe, aunque no pudo evitar notar sus intentos de acercarse a ella. Un día, su marido cambió repentinamente de opinión y se negó a seguir adelante con el divorcio... ¿Cuándo descubriría Stella que Matthew era su marido? En medio de una mezcla de dulzura y mentiras, ¿adónde los llevaría el destino?
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Mi nombre es Alicia, y solo tres palabras han podido definirme durante toda mi vida: adicta al placer. Sí, soy una jodida ninfómana y no temo a decirlo. He vivido cientos de aventuras y he cumplido todas y cada una de mis fantasías más retorcidas, esas que nadie se atrevería a contar en voz alta. Nadie excepto yo. ¿Te atreves a descubrirlas? Eso sí, te advierto que necesitarás dos cosas: lo primero, una mente muy abierta y, lo segundo, un par de bragas limpias...