Brianna, quien aún siente un vacío emocional en su vida, acepta casarse con Lautaro por contrato, y juntos comienzan a crear un hogar juntos. Pero pronto Brianna se da cuenta de que Lautaro no puede dejar ir el pasado, y aún extraña a Lucía, su difunta esposa. Lucía no era la esposa perfecta que Eduardo pensaba, Solo Brianna conoce a la verdadera Lucía.
Camila se rió torpemente mientras bebía una taza de té frente a su padre, quien la observaba con ceño fruncido y una ceja levantada. Su padre era encargado en la seguridad de la mansión.
-Ya verás cómo conquistaría a Lautaro -dijo Camila.
-¿Lautaro? -preguntó Lautaro burlonamente.
-Claro, estoy hablando de Lautaro -dijo Camila y continuó bebiendo de su taza de té.
-Hija, Lautaro lo único que quiere es a esa mujer -puntualizó el padre.
-Ya veré cómo la saco de su corazón. Es mi principal objetivo -afirmó Camila.
-Camila, él llora cada noche por ella. Se encierra en su habitación y no sale hasta el otro día, suplicando que ella vuelva. Él ama a esa mujer -agregó el padre.
-¿Y qué? Yo haré que lo olvide -comentó Camila con orgullo, poniéndose de pie.
-¿De verdad vas a hacer eso? -preguntó el padre.
-Sí, seré su mujer. Ya verás que seré la futura esposa del importante señor Lautaro -respondió Camila determinada.
Lautaro caminaba desganado atravesando la casa. Tenía que llegar a la empresa, pero apenas estaba en casa, excepto por las noches en las que se perdía recordando a su difunta esposa. Los días se volvieron interminables y él solo quería volver a aquel recuerdo, recordando su amor pasado. Llevó su portafolio y subió a un vehículo moderno con una sonrisa triste.
Mientras iba en el vehículo, estaba tan concentrado en una foto que tenía consigo, que no vio el camión que se le atravesaba. Chocó violentamente y el vehículo se deslizó hacia un costado, dando dos vueltas y derrapando.
-Han pasado tantos meses desde aquel accidente -comentó Melisa, mejor amiga de Briana.
-No sé cómo, pero él sigue llevándome a comer cada día y hablándome de su difunta esposa -respondió Briana.
-¿Y a ti te molesta eso? -preguntó curiosa Melisa.
-En lo absoluto, amiga mía -dijo Briana mientras terminaba de lavar unos platos que había utilizado Emma, la hija de Lautaro.
-Yo creo que a ti te afecta -murmuró Melisa.
-No me afecta -respondió Briana levantando una ceja, y su amiga se rió divertida.
-Eso es lo que tú querías creer, amiga mía -comentó Melisa, y Briana negó.
-No me afecta lo que hago o dejo de hacer -mintió descaradamente, y su amiga la miró con una ceja levantada.
-Solo espero que todo esto no te lastime más de lo que ya lo hace -dijo Melisa preocupada.
-De igual forma, lo espero -respondió Briana. Miró hacia la puerta de entrada con nerviosismo hasta que Lautaro ingresó en su silla de ruedas. Él la miró con desgano, odiando al mundo desde aquel accidente y aún más desde que su amada esposa ya no estaba con él.
-Hola Briana, ¿cómo estás? -preguntó Lautaro acercándose a ella.
-Estoy bien -respondió Briana con una sonrisa triste, y Melisa desapareció, ya que era la empleada doméstica.
-Hola hijita -comentó Lautaro mientras se acercaba, Emma con sus rizos rubios...
"
-Hola papá -comentó Emma y salió a correr.
-¿Qué ocurre? -preguntó Brianna, sabiendo que el le hablaría de algo. "La extraño tanto, ella era una mujer tan perfecta", murmuró refiriéndose a Lucía, su difunta esposa.
-¿Ha pasado un año, señor? -preguntó Briana, sentándose en un taburete.
-Ha pasado un año y aún la echo de menos, no hay día en el que no piense en ella -comentó Lautaro con tristeza, mirando hacia el suelo.
-Usted tendría que preocuparse por usted, por mejorar y por intentar..-comenzó a decir Briana, pero Lautaro la interrumpió.
-¿Acaso me estás culpando de eso? -preguntó con desgano.
-No..-respondió Briana, pero fue interrumpida nuevamente.
-No puedo vivir sin ella...
-Usted tiene que olvidarse, seguir adelante. Eso es lo que Lucía hubiera querido -dijo Briana.
-No puedo olvidar a la única persona que me amó con todo su corazón. Ella era tan leal como era perfecta y preciosa. Me hacía feliz. Éramos un matrimonio tan consolidado, tan enamorados -mencionó Lautaro, y Briana puso los ojos en blanco disimuladamente.
-Claro, señor, lo entiendo -dijo Briana.
-¿Entiendes lo que yo siento? -preguntó Lautaro mientras se apartaba de su lado.
-Yo creo que usted debería seguir adelante, buscar una mujer nueva -comentó Briana.
-¿Estás proponiendo que yo busque a otra esposa? -murmuró Lautaro con desgano.
-Claro, creo que usted tiene que seguir adelante, y..-Briana no pudo terminar su frase, ya que Lautaro la interrumpió de nuevo.
-No puedo, Briana, no puedo..-dijo Lautaro no pudo continuar la frase., y Briana desapareció por el pasillo. Briana tenía que volver a la casa de su madre, ya que ella no vivía ahí. Solamente era la institutriz, o mejor dicho, la niñera de...
-Lautaro...
Después de unas horas fingiendo amor frente a su jefe y de un pico después de decir "acepto", la noche pasó sin ningún otro contratiempo. Se marcharon en un Ford descapotable de los años sesenta y finalmente llegaron a la casa de Lionel. Tan pronto como pisaron el suelo, él la observó con aburrimiento y se giró para irse a dormir. No le gustaba estar rodeado de personas, a menos que fueran bailarinas en poca ropa. -¡Oye! -protestó Alexa, pero él no se giró para seguir avanzando-. Se supone que estamos casados -murmuró temblorosa. Finalmente, él se detuvo y Alexa se acercó a pasos firmes, rodeándolo. Lionel bajó la vista para fijarla en ella. Le resultó... ¿Bonita? Supuso que ese era un adjetivo acorde a esa mujer, aunque le parecía insoportable y aquello restaba la belleza que poseía. -¿Qué? ¿Quieres acostarte conmigo? -preguntó él. Ella levantó una ceja para negar, pero ya era tarde. Lionel la tomó entre sus brazos y la recostó sobre la pared. Una mano detrás de su cintura bajó hasta sus glúteos y los apretó. Alexa rodó los ojos para darle un empujón. -Al cabo que ni quería... puedo cogerme mujeres de verdad -se burló, pero no esperó recibir un cachetazo de la dama. Alexa observó sorprendida la mejilla roja de su ahora esposo. Su piel se volvió más pálida de lo normal y retrocedió un paso, luego otro. Lionel se limpió un hilo de sangre que caía en la comisura de sus labios y la observó furioso. Era raro verlo así. Corrió a su lado y la tomó del cuello con brusquedad. Poco a poco, Alexa pudo sentir que el oxígeno no pasaba por su garganta y que estaba quedándose sin aire. -P-por favor... -suplicó, pero Lionel siguió presionando hasta que la soltó arrojándola al suelo. Se limpió el saco, como si ella lo hubiera ensuciado, y se dio la vuelta. Alexa, perpleja por haber sido estrangulada por su esposo, se levantó. -¡Soy tu esposa! ¡Te guste o no! -gritó a todo pulmón. Lionel se giró, buscó algo en su bolsillo y dijo: -Bien. Ten, son diez mil dólares. El próximo mes te daré más, ahora vete. No me interesa tenerte en esta casa. -Somos marido y mujer. Merezco y debo estar aquí -susurró con la voz quebrada y los ojos llenos de sufrimiento. Él le lanzó una sonrisa ladina mientras avanzaba, pero ella, a pesar de temblar por ese hombre, no se dejó intimidar. -Entonces... -comentó mientras bajaba el cierre de su pantalón, sacando su enorme miembro frente a ella-... mételo en tu boca... -canturreó divertido. Lionel se rió de la desgracia de aquella mujer. Y ella lo sabía.
Isabella, una joven inocente, se ve envuelta en una apuesta con el seductor caballero Alejandro. Si gana, Alejandro la protegerá y la cuidará. Si pierde, ella perderá su virginidad a los ojos de Alejandro.
Observé de reojo al joven que estaba a unos metros delante de mí, Eric. Era el hijo de mi mejor amiga, Laura. Suspiré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico, se veía mas atractivo que antes. A sus veinte años, parecía un hombre sacado de una revista para mujeres maduras. Mis mejillas se tornaron rojas, y tuve que sostener con fuerza mi vestido. Mis ojos se volvieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreírle a mi hija, sentí un nudo extraño en mi garganta. Olivia, tenía la misma edad que Eric. Laura, me pasó un mate y desperté de la ensoñación, de observar la sonrisa de su hijo. -¿Estás bien? –cuestionó bajo una mirada intimidante, asentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un abrazo a Olivia, tragué saliva en seco –son adorables. -Lo son –comenté sin titubear, si tan solo un solo sonido de mi voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela. La conocía demasiado bien para saber que era curiosa, en demasía. -Entonces... ¿saldrás con el ingeniero? –su pregunta, provocó que mi concentración volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos modos, ya era demasiado extraño que quisiera quedarme con su hijo en la ciudad. Yo tenía una casa en la capital, y me había ofrecido para que él fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerme compañía. No pretendía comenzar a mirar a Eric con otros ojos.
Una enfermera encuentra a una niña congelada en el exterior de su hospital y la rescata. Después de atenderla, descubre que la pequeña tiene un don mágico que le permite curar heridas y predecir el futuro. La niña la lleva a su manada, y se desarrolla una tensa relación con su cruel padre, el Rey de la Manada.
Unidos por un matrimonio arreglado, Lina y Mateo se encontraron por primera vez en la noche de su boda. Sin embargo, Mateo sólo tenía ojos para su herencia y no para Lina, y la abandonó en cuanto obtuvo lo que buscaba: cuatrillizas. Cinco años después, un anciano de la familia empieza a sospechar que los dos no están enamorados, ejecuta un plan para arruinar la herencia de Mateo si no puede demostrar su amor a Lina. Con la presión de los dos lados de la familia, Mateo hace una propuesta arriesgada a Lina: fingirán ser amantes y recuperarán la herencia. Pero el destino tiene otros planos, y mientras más tiempo pasan juntos, más difícil es ocultar sus secretos y, aún más importante, el creciente amor que los une.
Kiara despierta en una carcel, había sigo secuestrada por unos desconocidos. Esperando no encontrar el peor amo, alguien la salva, un hombre lobo cuyo nombre es Alexander. Emilia, hermana de Alexander descubre que Kiara es su pareja, al parecer reencarnada en una humana. Pero él se niega a creer eso. Ella la cura y le borra la memoria. Vuelve a su vida normal ya la universidad, encontrándose aun profesor muy sensual, Alexander.
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
Todo el mundo esperaba con impaciencia que Rhett se divorciara de Jillian para poder estar con su amor de la infancia. Pero cuando él por fin convocó una rueda de prensa, no fue para anunciar su divorcio, sino para presentar con orgullo al público a su hijo recién nacido. "Ha habido rumores de que mi mujer y yo nos estamos separando. Estoy aquí para aclarar las cosas de una vez por todas. Estamos felices y enamorados, y recientemente hemos sido bendecidos con nuestro angelito".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
[Bebé Lindo + Identidad secreta + Héroes y heroínas poderosos] Caroline amó a Damian con todo su corazón durante cinco años. Ella desempeñó la esposa devota y vivió humildemente para él. Cuando su relación entró en crisis, ella esperaba que su embarazo salvara su matrimonio, pero lo que obtuvo a cambio fue solo un acuerdo de divorcio. Y para colmo, justo cuando estaba a punto de dar a luz, fue incriminada y su vida fue puesta en peligro. Después de sobrevivir a una experiencia tan desgarradora, estaba decidida a cortar los lazos con este hombre. Cinco años después, regresó con la cabeza en alto como la CEO de una empresa de renombre. Aquellos que solían intimidarla ahora han probado su propia medicina. Y la verdad sobre el pasado ha resurgido gradualmente... Deslumbrado por la confiada Caroline, su exmarido quería volver a estar con ella, pero ella hizo la vista gorda a sus avances. Damian suplicó desesperadamente: "Cariño, nuestro bebé quiere a ambos padres. ¡Por favor, vuelve a casarte conmigo!".
Fue engañada vil mente por su prometido y su hermanastra. Por lo que se vio obligada a contraer matrimonio forzado con el prometido de su hermanastra, a quien su hermana había rechazado porque estaba atado de por vida en una silla de ruedas de por vida. -No tuve más remedio que aceptar ser su sustituta porque ella está enamorada y embarazada de mi actual ex prometido y no quiere casarse contigo -dijo ella, mientras que el hombre en silla de ruedas se limitó a mirarla con el rostro desprovisto de cualquier emoción. -Supongo que no tengo opción -dijo el hombre fríamente. Cogió un expediente y se lo deslizó sobre la mesa. Ella sacó el documento y se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de que era un contrato.
Kimberly Holden volvió a su vida anterior. Antes, ella fue defraudada por su esposo infiel, acusada falsamente por una mujer vil y acosada por su familia política, ¡lo que llevó a su familia a la bancarrota y ella misma se volvió loca! Al final, embarazada de nueve meses, murió en un accidente de auto, mientras que los culpables se hicieron ricos y llevaban una vida feliz. Ante la segunda oportunidad que le regaló el destino, Kimberly estaba decidida a vengarse. ¡Que todos sus enemigos se vayan al infierno! Ella se deshizo del hombre infiel y su amante, reconstruyó la gloria de su propia familia sin ayuda de nadie, llevando a la familia Holden a la cima del mundo de negocios. Sin embargo, no esperaba que el hombre frío e inalcanzable de su vida anterior tomó la iniciativa para cortejarla: "Kimberly , no tuve la oportunidad en tu primer matrimonio, el segundo siempre será mi turno, ¿verdad?".