Ella creyó haber encontrado el amor, por lo que cuando él le propone matrimonio acepta, pero en cuanto pone un pie en el lugar que sería su nuevo hogar, sabe que algo no anda bien y todo lo que tenía planeado se le viene abajo. Su sufrimiento y martirio empieza de la peor manera cuando se da cuenta que el hombre con quién se ha casado se encarga de vender y prostituir mujeres. Pero ese camino de dolor por recuperar su libertad y felicidad encontrará al verdadero amor de su vida, ese hombre que le enseñará lo que es la pasión desmedida, que los consumirá a ambos. ¿Estarán destinados? ¿Podrá él salvarla? ¿Podrá ella ser capaz de huir de ese mundo tan corrompido?
Avery caminaba deprisa para poder terminar de comprar lo que necesitaba para la cena de esta noche, tenía cuatro meses de estar saliendo con Harry Rocha, un hombre de 35 años, muy apuesto, de ojos grises, cabello castaño, tenía un cuerpo de infarto, ella realmente estaba muy ilusionada con él, su tía Maggie se lo había presentado, y aunque casi nunca se había llevado con su tía, ahora pues lo hacían y muy bien.
Él le había dicho que quería salir a cenar con ella a un lugar romántico, pero su tía la convenció de hacer una gran cena en la casa, para ellos tres, no entendía porqué tenía que ser una cena especial, pero al fin de cuentas estaba feliz de poder pasar un tiempo con Harry.
Él era un hombre de negocios importantes, por lo que pasaba mucho tiempo trabajando y ella lo entendía perfectamente, por eso aprovechaba el poco tiempo que pasaban juntos.
Avery era una joven de 23 años, de tez blanca, su cabello era rojo y tenía unos ojos color miel, era preciosa y tenía un corazón de oro. Sus padres habían muerto cuando era muy pequeña, su tía le dijo que en un accidente de auto. Pero a pesar de que creció en un lugar donde nunca le dieron amor, era una mujer deseosa de amar y que la amaran, siempre trataba de ver el lado bueno de las cosas, ella siempre tenía una sonrisa que dar. Su tía le había pagado los estudios pero nunca la había dejado trabajar, estaba deseosa de irse y poder ejercer como maestra de preescolar, ya que a ella le encantaban los niños.
Al llegar a su casa, su tía no estaba, ella siempre se preguntaba, ¿cómo hacían para vivir tan bien si ella no trabaja? Siempre le había dicho que había enviudado y que su esposo le había dejado una gran fortuna, el problema es que ella no recordaba a ningún esposo, hombre, amigo o alguien que hubiera vivido con su tía, por lo que era algo que siempre la inquietaba.
Decidió ponerse a hacer la cena, aunque tenía personal a ella le gustaba ocuparse de su novio, ella misma le cocinaba, siempre trataba de estar pendiente de él.
Unas dos horas después la cena estaba lista, por lo que decidió irse a darse una ducha y alistarse de una vez, su tía y Harry le habían dicho que tenía que verse increíblemente hermosa, cosa que le había hecho poner los ojos en blanco, ya que lo veía ilógico, sería una cena en casa y solamente para tres personas, pero ella no les iba a dar un disgusto por una tontería, por lo que después de un relajante baño, decidió ponerse un vestido elegante y que la hacía lucir hermosa, se maquillo lo justo, y cuando estuvo lista, como si fuera arte de magia el timbre sonó, por lo que ella personalmente se dirigió a la puerta abrirle a su pareja.
Cuando Harry la vio, la recorrió con la mirada de pies a cabeza.
-Definitivamente eres la mujer más hermosa que mis ojos han visto - ella no pudo evitar sonrojarse.
-Gracias, tú también te ves increíble - ella lo observó y no pudo evitar preguntarse, a qué se debía tanta formalidad, el hombre iba vestido mejor de cuando iba al trabajo, Harry le llevó un hermoso arreglo de rosas que ella aceptó gustosa, lo invitó a pasar y justo cuando iba a cerrar la puerta, llegó su tía.
-Hola, lo siento me retrase. - dijo algo apresurada.
-Descuida Maggie, yo recién vengo llegando.
-Que suerte, no quería perderme nada.
-Jamás empezaríamos esta cena sin usted. - Avery miraba a uno y luego al otro y no pudo evitar poner los ojos en blanco era una estupidez tanta atención y cortesía.
-Bueno, deberíamos pasar a la cena ¿no? - Avery deseaba ir a dormir, pero de momento no podía, debía esperar a ver que se traían entre manos esos dos.
-Claro, vamos. - Maggie era una mujer de unos cuarenta años, su cabello negro como la noche y unos ojos color cafés, además su piel blanca resaltaba en ese cuerpo perfecto que tenía, atraía la miradas de muchos hombres, pero Avery nunca la había visto con un hombre formal, y eso realmente le extrañaba.
En la cena, tanto Maggie y Harry charlaban de negocios, y eso incomodaba un poco a Avery ya que ella no tenía nada que aportar, ese era el motivo por el cual no le gustaba que su tía estuviera cuando Harry iba a verla, su tiempo lo quería solo con él.
-Bueno, como veo que el tema entre ustedes dos es muy entretenido, yo me retiro. - Harry inmediatamente se giró hacia ella.
-No, cielo, disculpa, es que siempre que hablo con Maggie me entretengo por los negocios. - Avery se sintió desplazada, por lo que decidió solo asentir.
-No te preocupes, pueden seguir conversando, yo mejor me retiro. - ella se levantó lentamente, para no parecer enojada. Pero el golpe en la mesa la hizo detener.
-No seas tan dramática y maleducada, así que vuelve a sentarte. - Avery la miró sorprendida y se volvió a sentar, mientras que Harry estaba fusilando a Maggie con la mirada.
-No tienes porque gritar, ella tiene razón, he venido a cenar con Avery, he querido darle una sorpresa y solo la he hecho aún lado durante la noche. Lo siento amor.
-No te preocupes - dijo suavemente.
-Harry tiene razón, lo siento Avery, hoy es un día especial, no debí ni gritar, ni hablar de negocios, eso lo haremos otro día. - Avery solo sintió.
-Avery, cariño ¿Quieres bailar? - ella lo miró a los ojos sorprendida.
-¿Qué? ¿Aquí? - no podía creer lo que Harry le decía. Él solo sonrió divertido.
-Sí amor, aquí tengo la música perfecta. - Harry miró a Maggie y esta solo asintió. Ambos se levantaron.
Harry colocó una melodía suave, Avery no era una mujer que escuchara música, en realidad lo hacía muy poco, pero le gustó la que estaba escuchando, y la forma en que Harry la pegaba a su cuerpo, él era bastante alto, por lo que decidió colocar su cabeza al pecho de su hombre.
Eran esos momentos en los que Avaery amaba estar con Harry, siempre se mostraba tan atento y cariñoso que la enamoraba cada día más.
Harry se separó un poco de ella y la miró a los ojos cuando terminó la canción, ella era simplemente hermosa, su mirada le recorrió el rostro y se detuvo en sus labios, esos labios que lo llamaban, por lo que la besó, con una pasión desmedida.
-Eres la mujer más maravillosa del mundo - en ese momento Harry se separó de Avery y sin soltarle las manos colocó una de sus rodillas en el suelo, ella estaba sorprendida, mientras que Maggie casi que brincaba de felicidad. - ¿Te quieres casar conmigo? - preguntó sacando una cajita de una de las bolsas de sus pantalón, Avery no podía creerlo, tal vez debió pensarlo mejor, tal vez debió ir con calma, tal vez debió ver las señales que pasó por alto, pero el amor que le tenía a Harry le hizo asentir con la cabeza y confirmó con sus palabras.
- Sí, sí, cariño - Harry le puso el hermoso anillo en la pequeña mano para luego levantarse y besarla.
Zac Lombardi es un hombre amoroso, romántico y bondadoso. Le gusta ayudar a la gente, pero odia la traición y la gente hipócrita. No tiene piedad de aquel que lo traiciona, pero no se ha dado cuenta que todas las cosas que odia las tiene su futura esposa; de la cual dice estar enamorado. Sara Wilson una mujer cruel y embustera. Hermosa por fuera pero horrenda por dentro. A ella sólo le interesa el dinero. Por eso hizo hasta lo imposible por conquistar a Zac, actuando como realmente no era. Alaia Díaz es una mujer de clase media. Huérfana desde los 17 años, ya que sus padres murieron en un accidente dejándola a ella a cargo de su hermano de 7 años. Es dulce, cariñosa, honesta e increíblemente hermosa. Odia las injusticias y las mentiras. ¿Qué pasará cuando el destino de estas personas se crucen? ¿Cómo podrá el amor verdadero sobresalir entre tanta mentira y engaños?
Ella creyó que había encontrado el amor. Él se enamoró desde que vio sus ojos cafés. Pero para desgracia de él, ella era la prometida de su hermano. SAMANTHA RIVERA: Es una Mujer latina, muy independiente, hermosa, amable y le gusta mucho ayudar a las personas, está comprometida con Micah David, un hombre embustero, que a lo único que le importa es el dinero y quién a escondidas tiene una amante, nada más y nada menos que una de las mejores amigas de Samantha, Penélope Jones, igual de cruel y despreciable que Micah. Cuando Micah decide ir dónde su familia para que conozcan a Samantha y sepan que se han comprometido, ese será su perdición ya que su hermano MATTHEW DAVIS, un hombre bello por dentro como por fuera queda flechado al ver los hermosos ojos cafés de la que será su cuñada. Matthew sabe de las andadas de su hermano, nunca se han llevado bien, y va a querer desenmascarar a su hermano, con tal de poder conquistar a esa hermosa chica. ¿Podrá conseguirlo?
Para Luciana Brown su vida había dejado de ser vida, hacía cinco años había dejado de sentir, su corazón estaba roto, porque el amor de su vida simplemente había muerto y con él se había llevado las ganas de vivir de ella. Por eso solo se había dedicado al trabajo y a la empresa, su padre la había dejado a ella como la presidenta, ya que era hija única y estos años había sido una de las mejores en todo el país, porque eso era lo único para que podía ser buena, porque para el amor, simplemente había cerrado las puertas. Santiago O'Brien, no hay nada más importante que su hija de cuatro años, él se había enamorado, había dado todo de él, pero al final para su esposa no era suficiente por lo que un día decidió que lo mejor era irse, y lo dejó solo a él y su pequeña niña de casi dos años, desde ahí él se ha dedicado a su hija y a la empresa que con gran esfuerzo había fundado su abuelo. Su hermano y él eran los encargados de hacerla cada día más grande. Él quiere estar presente siempre en la vida de su hija, por eso nunca la separa de él, no es de tener niñeras las veinticuatro, siete. Por muy el contrario de todos él lleva a su pequeña Emily al trabajo y reuniones lo que a veces eso le causa problemas. Y un día gracias a eso conoce a la mujer más hermosa que sus ojos han visto, pero con una mirada apagada y un alma sola. Por lo que para Santiago será un reto conquistarla, ya que su pequeña Emily lo hizo solo con sonreírle. ¿Qué pasará en la vida de estos dos? ¿Podrá Santiago curar el corazón roto de Luciana? ¿Hará que ella pueda volver a amar?
Evans está comprometido con la mujer que más odia, él planea vengarse y hacer la vida de esa mujer un infierno, pero todo cambia cuando conoce a la hija de esa mujer, esa joven que lo hará poner su mundo de cabeza, ¿Qué pasará entre ellos?
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Él es un italiano que toda su vida a querido formar una familia, por eso se casó joven y según él enamorado, pero nada a sido como esperaba, ya que la mujer con la que sé casó, le ha hecho la vida un infierno. Cuando siente que ya no puede más en su vida aparece Maddie, una joven dulce y hermosa que podrá su vida de cabeza y se dará cuenta lo que en realidad es el amor, y le hará ver que debe luchar para poder ser feliz al lado de ella.
¿¡Se supone que una mujer se debe casar con el hombre que ama profundamente!? No con un desconocido. ¿Qué puede ser más peor que dejar al hombre que amas profundamente por otro que no sientes nada? ¿Existe algo mas cruel, que ser sacrificada y engañada en una red de mentiras por tus propios padres en el bien de su propia codicia? Esto fue exactamente lo que sintió ella cuando se enteró que debía casarse con quien jamás pensó hacerlo. Estaba furiosa e indignada que no pensó lo que hacía. -¡No me quiero casarme! ¡NO ME CASARÉ CONTIGO! -gritó cuando vio al hombre cuya foto le habían mostrado sus padres. -¿Qué dijiste? -le preguntó con cierta advertencia en su voz. Ella apretó los dientes y recordó lo que había tenido con su novio. La audacia la atravesó una vez más. -No me casaría contigo. No puedes obligarme y no lo permitiré. Amo a alguien y no eres tú. -¿Te pedí que te casaras conmigo?
Cuando eran niños, Derek le salvó la vida a Norah. Años más tarde, Derek quedó en estado vegetativo tras un accidente automovilístico y Norah se casó con él sin pensarlo dos veces. Con sus conocimientos médicos, incluso lo curó. Durante dos años, Norah amó a su marido con todo su corazón, esperando poder devolverle su bondad. Pero cuando volvió su primer amor, él pidió el divorcio. Sin dudarlo, ella estuvo de acuerdo. Lo que pocas personas sabían es que ella, etiquetada como "abandonada", era en realidad una piloto de carreras, una famosa diseñadora, una genio hacker y una reconocida doctora. Lamentando su decisión, Derek le pidió perdón a Norah. De repente, apareció un encantador CEO, abrazó a Norah y le dijo: "¡Aléjate de mi esposa!". Sorprendida, Norah soltó: "¿Qué?".
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
Después de tres años de matrimonio sin amor, la traición de Neil hirió profundamente a Katelyn. Ella no perdió tiempo y rápidamente se deshizo de ese canalla. Tras el divorcio, se dedicó a su carrera profesional. Alcanzó la fama como diseñadora, doctora y hacker brillante, y se convirtió en un icono venerado. Neil, consciente de su grave error, intentó en vano reconquistarla, solo para presenciar su magnífica boda con otro. Mientras sus votos se retransmitían en la mayor valla publicitaria del mundo, Vincent deslizó un anillo en el dedo de Katelyn y declaró: "Katelyn es ahora mi esposa, un tesoro de valor incalculable. Que todos los que la codicien tengan cuidado".
Eveline se casó con Shane, un obstetra, a la edad de 24 años. Dos años más tarde, cuando estaba embarazada de cinco meses, Shane abortó al bebé él mismo y procedió a divorciarse de ella. Fue durante estos tiempos oscuros que Eveline conoció a Derek. Él la trató con ternura y le dio el calor que nunca antes había sentido ella. También le causó el mayor dolor que jamás había tenido que soportar. Eveline solo se hizo más fuerte después de todo lo que experimentó, pero ¿podría soportar la verdad cuando finalmente se revelara? ¿Quién era Derek detrás de su carismática fachada? ¿Y qué haría Eveline una vez que descubriera la respuesta?
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...