En un mundo donde el pasado marca profundamente a los corazones, Cataleya emerge como un símbolo de fortaleza y determinación. Después de sufrir en su niñez y perder a su hermana, decide enfrentar el futuro con valentía, protegiendo a su madre y su hija con todo lo que tiene. Sin embargo, cuando la enfermedad de su madre amenaza con desmoronar su mundo, se ve obligada a hacer lo que nunca quiso. Por otro lado, Dylan, un magnate arrogante en busca de una esposa para cumplir una promesa, parece ser la última persona en la que Cataleya confiaría. Con mundos completamente opuestos, sus caminos se cruzan de manera inesperada. A pesar de sus diferencias, ambos se encuentran ante la encrucijada de la necesidad y la búsqueda de un propósito más grande. Entre luchas internas y batallas externas, estos dos individuos aparentemente opuestos se ven obligados asi mismo para casarse y cumplir con su proposito, sin embargo el amor florece entre ambos, apesar de los obstáculos del pasado.
Francela era mujer bella, carismática de buenos modales, cualquier hombre estaba dispuesto a casarse con ella, su piel es blanca, con melena rubia ojos azules, ella se enamoró de Faddei un hombre ruso con cualidades atractivas, muy guapo parecido y millonario, sus ojos eran de un Verde Esmeralda, ambos se enamoraron y se casaron. Frania como él solía llamarla se embarazo y tubo trillizas y hermosas criaturas nacidas al mismo tiempo, Catalina, Carolina y Cataleya, ambas preciosas rubias de ojo verde intenso como el de su padre sin embargo una de ellas tenía sus ojitos verdes apagados.
Al pasar los meses la bebés crecían, pero una de ellas era diferente no jugaba con sus manitas y tenía los ojitos cerrados casi no lloraba mientras que la otras dos era muy inquieta y lloraba a cada rato. Francela noto que una de sus pequeñas bebés no miraba bien y casi los ojos los permanecía cerrado. Ella se le acerca a la bebe la tomó en sus brazos para verificar del porque su pequeña casi no jugaba y en un susurro le dice.
-Bebé, ¿que tienes? Porque no abre los ojito, acaso no puedes verme, soy mamá mi amor que pasa ¡Faddei! Ven rápido.
Frania llamó a su esposo y le comunico que notaba a una de las niñas diferente a la otras dos.
-Mujer, debe ser temporal, Catalina aún es muy pequeña apenas tiene dos meses no seas exagerada, deberías de pensar en que hacer con la tres.
-Faddei, Carolina y Cataleya tienen el mismo mes y ya pueden ver muy bien, ambas juega bastante mientras que Catalina sólo pasa acostada, no llora, sus ojos están en un punto fijo, lejano.
-Francela, eres demasiado exagerada sacas conclusiones erróneas-Replicó el padre de las niñas, cansado de su mujer.
Con el tiempo habían pasado varias dificultades, ambos junto a las niñas había escapado de la capital de Rusia, en el proceso del viaje una de las niñas falleció de Malaria, la pobre de Francela no sabia como soportar su dolor, sin embargo tenia qué hacerlo por dos niñas.
Pasaron 1 año con 10 meses y las pequeñas cumplieron sus dos años de vida.
-Mama, Mam-balbucea la pequeña Catalina.
-¿Qué pasa pequeña? Ven chiquita donde mami ¿Catalina dónde estás?- preguntó con su tono triste, la otra pequeña llamada Cataleya respondió.
-Ahí... ahíta-su voz era dulce e entendible.
-Ven, vamos a buscarla- Francela fue a buscar a la pequeña la cual nació ciega, la pequeña sólo permanecía en un lugar sentada o jugando con sus deditos.
-Aquí estas mi amor, mi chiquita linda.
-¡Frania! ¡Frania!- grito Faddei
-Que sucede porque vienes de esa manera todo agitado, que esta mal.
-Tenemos que irnos inmediatamente, ¡Me encontraron, me encontraron, nos van a matar.
-¿Quiénes?- pregunta una Francela preocupada por las cosas que decía su marido.
-Los Dueños del polvo blanco, me quieren matar, los mafiosos vienen por el producto, tenemos que lárganos de aquí lo más pronto posible, coge lo más importante, toma a las niñas y vámonos- Frania estaba negando cansada, pensó que iba ser feliz al casarse con un hombre de la sociedad, ella era Española, conocí a su marido en su país natal y por amor a él, lo siguió hasta Rusia.
Sin saber que hacer empezó a empacar lo más importante.
-Pensé que lo habías entregado, ¿Por qué no los entregaste? ¿Qué demonios te pasa por que no lo entregaste?-Frania pensaba que Faddei había entregado el polvo blanco a los mafiosos pero no fue así, los tomo para su maldito beneficio perjudicando a su familia.
Equiparon lo necesario y se fueron juntos con sus pequeñas, viajaron en auto por tres días Francela ya estaba cansada y le pidió a su esposo que parará por un momento, necesitaba descansar y cambiar a las niñas.
-Faddei a dónde demonios crees que vamos, ya no puedo más, las niñas tienen hambre, hace un año que pensé que esa droga estaba en las manos del dueño, escapamos de nuestro hogar y ahora a donde iremos a parar.
-Mujer deja de quejarte por un maldito momento, estoy harto de esto, quisiera que entendieras toda esta mierda.
Frania negó hastiada.
-¿Tu cansado? Si cómo no, tú fuiste quien se metió en todo esto, ahora sácanos a las niñas y a mí de todo esta mierda en la que nos has metido.
-Eso es lo que trato, ten paciencia por favor.
Llegaron a Siberia y entraron por unas cuevas, al parecer Faddei tenía todo planeado yacía un lugar seguro donde nadie los encontraría mientras tanto estaban a salvo.
Pasaron 5 largos años escondiéndose de los mafiosos, ella siempre reprochándole a su marido toda la mala vida que les daba a las niñas y más a la pequeña Catalina que necesitada una cirugía y un trasplante de cornea, por escapar la niña de 7 años seguía sin ver la luz de mundo.
-Francela, amor ven, me contacte con unos socios que comprarán la droga- Francela ya cansada le dice a su esposo.
-Faddei ¿Sigues con lo mismo? ¿Cuándo va acabar todo esto? Dímelo, ni siquiera piensas en el peligro que nos estas sometiendo.
-Mamá... mami- la pequeña Cataleya llega corriendo hasta Francela y con palabras torpes llama a su mami.
-¿Que pasa mi amor?- pregunto Frania.
-Cati no quiere jugar conmigo.
-Amor, ella no quiere, déjala ven vamos a buscarla-salieron de la cueva en busca de la pequeña- Catalina mi amor que pasa.
-No pasa nada mami- réplica la niña ciega.
Faddei se le acerco a Catalina y la levantó en sus brazos, se la llevó a dentro de la casa que tenían debajo de la cueva. Francela al ver eso, lo siguió y le pregunto qué pasaba.
-Francela voy hacer un mapa en la espalda de la niña, nadie se dará cuenta donde tenemos nuestro dinero- Francela se sorprendió tanto que empezó a gritar como una loca.
-¡¿Qué demonios te sucede a ti?! ¡Estás loco! Como te atreves a hacerle eso a una de tus hijas, acaso estas demente.
Faddei se le acercó y le propinó una fuerte bofetada a su esposa cosa que nunca en su vida le había levantado la mano.
-¡Cállate! ¡No ves que es la única salida! Yo seré el único que sabrá donde he guardado.
-¡Pero no de esta manera! ¡Lastimando el cuerpo de una de tus hijas!
-Acaso no ves que esta niña no nos servirá para nada, es una ciega inservible.
Frania estaba tan sorprendida al escuchar a su marido hablar de esa manera de su propia hija, tal parece que la ambición lo ha segado. Ella se le acerco y empezaron a pelearse, tratando de arrebatarle la niña.
-Como te atreves a decir esas cosas de tu hija, como te atreves, ese dinero te ha llevado al borde de la locura, piensa en ella, en el maldito dolor que la vas a causar, hazlo tu en tu propia cuerpo.
Las niñas empezaron a llorar, Faddei rempujo a su esposa y se adentró con la pequeña en un pequeño laboratorio que tenía en la cueva, su decisión de tintar a la niña era tan real sin importarle que esa aguja traspasará la piel de su chiquita.
-Mami está bien-Cataleya pregunta entre lágrimas.
-Si mi amor, estoy bien.
-Que hace papi con mi hermanita ahí dentro mami.
Francela empezó a llorar desesperada, se levantó del suelo, empezó a golpear la puerta como loca para que su esposo no cometiera una locura. Faddei le quito la ropa a la pequeña y le hato las manos y pies para que no se moviera, parecía que iba a azar un pedazo de carne.
-Papi que vas hacer-le pregunta la niña.
-Pequeña, no te preocupes, esto no te dolerá mucho te haré un pequeño dibujito en la espalda para que nadie descubra donde tenemos todo el dinero escondido, sólo tú y yo mi amor, no tengas miedo.
-Papi, no tendré miedo- Susurro la pequeña valiente.
Faddei estaba al borde de la locura por ese polvo blanco que lo está llevando a la perdición.
-¡Faddei habré la maldita puerta! Ábrela por favor no cometas esa locura.
El hombre ignoro los gritos de su esposa, empezó a pincharle la espalda a la niña con tinta y aguja, la pequeña empezó a llorar y sollozar despacito con tan solo 7 añitos empezó a sentir el dolor en su cuerpecito.
Yo era apenas una joven sin rumbo, perdida entre las sombras y el frío de las calles. Mis días eran una sucesión de hambre y miseria, hasta que él apareció... dándole mucho dinero a la única persona quien pense me protegeria. Ese hombre mayor, con ojos que parecían conocer todos mis secretos y promesas que me hablaban de una vida distinta. Me llevó a su inmensa casa, un lugar que para mí era impensable, lleno de riquezas que jamás había visto, pero que, de algún modo, siempre se sentían ajenas. Con el tiempo, fui su esposa, su joya, pero también su prisionera. Los muros de aquella casa eran tanto un refugio como una cárcel, y en cada rincón sentía las miradas de sus antiguos amores, sus secretos inconfesables. Él me amaba, o eso decía, pero su amor era posesivo, oscuro, una red que me atrapaba y consumía lentamente. Ahora, me encuentro sola en esa misma casa, siendo la viuda de un hombre que dejó tanto poder como sombras. Y mientras su ausencia crece, yo también me transformo, en alguien distinta, alguien que él jamás pudo prever y empezando a luchar contra ese hombre que fue mi primer amor y ahora mi enemigo.
Arthur Zaens, multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.
Cassandra Morretti siempre ha vivido al filo, sumergiéndose en un estilo de vida desenfrenado donde el placer y el poder son sus únicas brújulas. Para ella, el dinero es solo un medio para conseguir lo que quiere, pero no es la llave de la felicidad. Con una actitud fría y calculadora, Atiende a manejar a los demás como si fueran piezas en un tablero de Aljedrez, segura de que todo en su entorno es una ilusión. Sin embargo, detrás de su fachada impenetrable, se oculta un deseo urgente. Recuperar la otra mitad de la herencia que le robó su propio padre. Para ello, necesita encontrar un marido, un hombre que esté dispuesto a entrar en su juego, aunque solo sea para cumplir con las formalidades. En el otro extremo de la ciudad, Elian Navarro, lleva una existencia humilde y agobiada. Sus días están marcados por largas horas de trabajo, luchando por proveer para su hermana menor, que nació con una discapacidad que requiere cuidados constantes. Elian ha renunciado a sus propios sueños, enfocado únicamente en asegurar que su hermana tenga una vida digna. Pero con las cuentas acumulándose y las opciones agotándose, el dinero se convierte en una necesidad apremiante, una carga que lo aplasta cada día un poco más. Cassandra necesita un esposo. Elian necesita dinero. Dos vidas que aparentemente nunca se cruzarían, pero que el destino, con su irónica sabiduría, está a punto de entrelazar de manera inesperada. ¿Qué sucederá cuando sus caminos se crucen? ¿Será este un pacto puramente transaccional o se esconderá algo más bajo la superficie?
No llegue a imaginar que la vida sería tan difícil de sobre llevar, sin embargo, veo que a muchas personas la va bien y a mí me va como si no era mi destino pertenecer en la tierra de los humanos. Primero debo soportar la mirada lasciva de los hombres, segundo batallar con lo que me acompleja a diario y tercero soportar estar junto a esa mujer del cual debo estar agradecida a pesar de la vida tan miserable que llevo viviendo junto a ella. Pero no todo es tan malo no después de a ver conocido a ese Hombre que, a pesar de parecer malo, odioso y cretino, es un ángel que necesitaba para lograr sentir que por lo menos puedo sonreír con sinceridad y agradecer a Dios por mandarme a la tierra a pesar de haber sido abandonada como un pobre cachorro sin hogar. Mi nombre es Bella. Puedo calificarme como una persona sencilla, y humilde. He pasado por circunstancias muy duras en la vida, pero sigo aquí intentando sobrevivir y ganar la batalla de la dura vida que llevo desde que tengo memoria.
Durante mucho tiempo creí que mi vida sería un jardín de rosas. Imaginaba días soleados, perfumados con el dulce aroma de la felicidad, y noches adornadas con estrellas que iluminarían mi camino. Sin embargo, la realidad me presentó algo muy diferente. En lugar de pétalos suaves, encontré espinas que se clavaban en mi piel, hiriéndome no solo por fuera, sino desgarrándome el alma con cada paso que daba. Mis ilusiones se desmoronaron una a una, dejándome sola en la oscuridad que nunca busqué ni deseé. Esperaba que mi existencia estuviera decorada con luces de alegría, pero, en cambio, me encontré atrapada en un pozo profundo de dolor y decepción. Vivía como una prisionera en mi propio infierno personal, donde cada decisión que tomaba parecía pertenecer a alguien más. Era como si todo lo que hacía estuviera diseñado para complacer a otros, para cumplir con expectativas que jamás me dieron la oportunidad de ser yo misma. Me sentía como un títere, forzada a mostrar sonrisas vacías, mientras por dentro mi alma se ahogaba en lágrimas que nadie veía. Cada sonrisa que esbozaba era una máscara, una fachada para ocultar el sufrimiento que me consumía poco a poco. Pero, con el paso de los años, algo cambió. En medio de esa oscuridad constante, una pequeña luz comenzó a brillar. Fue sutil al principio, casi imperceptible, pero poco a poco fue creciendo. Lo vi de nuevo, y fue como si el tiempo se desvaneciera y regresara a ese primer encuentro, cuando mis sueños aún estaban intactos. Su presencia me devolvió algo que creía perdido para siempre, la esperanza. Fue como si, en medio de mi desolado jardín de espinas, empezaran a brotar pequeñas flores, tímidas pero llenas de color. Mi corazón, herido y cansado, comenzó a creer que quizás, después de todo, las sonrisas que tanto había fingido un día podrían ser genuinas. A pesar de este destello de esperanza, no puedo engañarme a mí misma. La luz que vi en él, la paz momentánea que sentí en su compañía, puede no ser más que un sueño efímero, un espejismo en el desierto de mi realidad. Porque, desafortunadamente, mi vida sigue siendo lo que siempre ha sido, una lucha constante entre lo que deseo y lo que me ha tocado vivir.
"En la protección inesperada, el amor puede florecer en los lugares más insospechados" Alberth, un empresario prestigioso y multimillonario, enfrenta una difícil decisión cuando su mejor amigo fallece en un accidente, dejándole la responsabilidad de cuidar a su hija de 18 años, Valeria. Dejando un video póstumo. Valeria solo puede heredar la fortuna de sus padres si se casa con Alberth Sandoval, una condición impuesta por su difunto padre para protegerla. De aquellos que la persiguen. Inicialmente reacio a la idea, ya que el tiene su novia, Alberth se da cuenta de que la única manera de evitar que los codiciosos tíos de Valeria se apoderen de su herencia y la alejen de su libertad es aceptando el insólito acuerdo. Sin otra opción, Alberth acepta casarse con la joven diminuta, pese a la diferencia de edad y las complicaciones que esto conlleva. A medida que viven juntos, Alberth y Valeria deben navegar las complejidades de su inusual matrimonio, enfrentando tanto los desafíos familiares como sus propios sentimientos.
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
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