Sinopsis: Amor inmortal ¿Recuerdas tus vidas pasadas? Lía y su familia viven momentos tormentosos. Su padre se ha encargado de hacerlos sufrir durante años, torturando y masacrándolos sin piedad alguna. Alexander D'Angelis aparece en sus vidas sin ningún tipo de intención en particular, él solo quiere vivir y disfrutar. Con su llegada a México jamás creyó enamorarse, pero Lía se apareció en su camino y le mostró otra parte de la vida que él pensaba, era solo una fantasía. Enamorarse de una chica tan hermosa como Lía era un sueño hecho realidad, pero las consecuencias serían lamentables, llevándolo a experimentar el trauma más deplorable de su existencia; obligándolo a huir del país que tanto anhelaba conocer. Sin fuerza, lastimado, humillado y con mucho rencor, se alejó de aquella mujer que él creía sería su primer amor, pero, al contrario, fue su peor error. Pasados algunos años el destino hizo de las suyas, haciendo una maravillosa jugada... Uniendo los caminos de dos personas, en esa ocasión no era Alexander, sino uno de sus "hermanos": Enrique, quien inevitablemente cayó rendido ante los encantos de Lía, y ella de forma forzada fue directo a los brazos de él, sin imaginar lo que la vida estaba por ofrecerle. Alexander, Enrique, Lukas, Selene y Valeri, cinco "hermanos" fuera de lo común, que no pueden dejar de meterse en problemas, llegaron a la vida de Lía y su pequeño hermano, Julián, para mostrarles la parte escondida del mundo y de la historia, donde, a través de sucesos inexplicables, descubrirán que nada es lo que parece, que la vida no es tan buena y que la muerte no es del todo mala. Que el bien es subjetivo y que el mal no tiene fin y tampoco culpables, que el amor suele ser engañoso, que no es del todo genuino.
I
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1989, año del cambio
18 de marzo, 1989
La vida te lleva por diferentes caminos a lo largo de los años, guiándote por cada uno de ellos, junto con la experiencia y conocimiento que vas adquiriendo de manera personal. Es difícil interpretar los mensajes que el universo tiene para nosotros, hay ocasiones en las que tenemos las oportunidades frente a nuestros ojos, y junto con esas oportunidades tenemos todas las facilidades y herramientas para poder tomar las decisiones que nos lleven hacia esas mismas encrucijadas, y quizás así cumplir todos aquellos objetivos o sueños que nos hemos impuesto a nosotros mismos. Sin embargo, tan fácilmente los dejamos pasar. ¿Será eso lo que el destino tenía planeado para nosotros? ¿O nuestro error es dejar ir aquello que en un momento preciso se nos ofreció? ¿Eso pondrá furioso al universo? Realmente no tengo respuesta a ninguna de mis propias preguntas, creo firmemente que nunca lo sabremos. Al final del día vida solo hay una o eso es lo que todos aseguran. Todo lo que acontece a nuestro alrededor debe tener un propósito, uno que cambiará por completo el rumbo de toda la historia, un efecto mariposa que inicia conmigo y termina conmigo, pues es que para mí no existe nada más que no sea yo mismo, algo que puede sonar demasiado egoísta, pero no tengo en nadie más que pensar.
Eso me repito vida tras vida, por lo menos sé que he vivido más de una vez... ahora lo tengo muy claro dentro de mi mente, lo recuerdo con tanta claridad, el mismo rostro, la misma voz, la misma piel, mis ojos con la misma mirada. No sé si es algo que les ocurre a todos y no tengo intenciones de averiguarlo, no aún. Ahora solo quiero disfrutar, conocer, aprender, reír, enamorarme, tener sexo alocado, desprenderme de culpas que me atan al pasado, a un pasado del cual ya no soy parte y, por lo tanto, tampoco mis sentimientos y pensamientos deben estar allí. Por eso mismo decidí aceptar las oportunidades que se me presentaron y no dejarlas ir.
Hace dos semanas recibí una invitación a formar parte del intercambio anual estudiantil, en el cual forman parte más de 17 países, los más importantes, en los cuales están las mejores escuelas a nivel mundial y era yo uno de los seleccionados para formar parte de este gran evento internacional. Por supuesto que lo aceptaría, eso enaltece lo que soy, por fin todos los que me rodean podrán notar lo importante que soy y jamás dudar nuevamente de mis capacidades, nunca se atreverán a compararse conmigo, pues, sin duda alguna, mi nivel no es ni será jamás como el de ellos.
Los países participantes eran tan destacados; Japón, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia, Corea, entre muchos otros, pero hubo uno que me atrapó por completo... México, la mayoría de los profesores me dijeron que me alejara del continente, que México quizás no era mi mejor opción, pues creían que, entre todos los países del listado, México era el menos prometedor para este proyecto. Lo que ellos no saben es que en ese lugar se vivieron grandes momentos de la historia antigua, la cultura que existe en ese país no la voy a encontrar en ningún otro y es que la multiculturalidad me enloquece y México me la ofrece, ahí se concentra también gran parte de la energía vital que da equilibrio a nuestro planeta, es algo muy difícil de explicar, pero sé que ahí es donde debo ir, mi corazón me guía a estar ahí.
Estoy a solo minutos de bajar del avión, tan solo tres horas y media recorrí de Toronto a la Ciudad de México, fue difícil decir adiós al lugar que me acogió durante estos dieciséis años y por supuesto, también despedirme de mis padres... los amo demasiado y son un gran apoyo para seguir adelante, pero es importante saber decir adiós porque la vida es mía y tengo que vivirla como a mí me plazca, además solo será un año, nada del otro mundo.
Bajo las escaleras del avión, cruzo todo el aeropuerto con solo una maleta en mano y puedo sentir cómo todo es tan diferente. ¿Es normal sentir que el aire huele diferente en cada lugar del mundo? Pues no sé qué sucede, pero en verdad hay un aroma característico en cada sitio. Toronto huele como a ropa nueva, el frío deja una sensación fresca en mi nariz; en cambio, en la Ciudad de México persiste un aroma a pino, y el aire que entra por mis fosas nasales me deja la sensación de estar en un cuerpo que no es el mío. Creo que tengo recuerdos de este lugar, por eso hay algo que llama tanto mi atención, lo voy a recordar por completo y sé que todo cobrará sentido.
El día de mañana tendré que presentarme en la Universidad Nacional de Bellas Artes en el centro de la Ciudad de México. Tengo entendido que todos mis documentos fueron entregados por la misma universidad de Toronto, directamente a la universidad de este lugar, todo está resuelto, solo tengo que presentarme y listo, seré parte por un largo año de esta universidad y, sobre todo, de esta maravillosa ciudad. Nada puede salir mal.
Al llegar al departamento que alquilaron mis padres para mí, me sentí realmente extraño, un poco nostálgico, si soy honesto, pues, la soledad es algo que no puedo soportar. Esperaba conseguir amigos rápidamente, alguien con quien compartir mis inquietudes y también sentir apoyo y compañía. A pesar de vivir ese sentimiento a lo largo de toda la noche, pude dormir tranquilo, pues, también soy capaz de canalizar mis emociones y así no ser afectado tan drásticamente. Por la mañana, al despertar, recordé que mis padres dijeron que esta era una ciudad inmensa y que el tráfico por las mañanas me haría enloquecer, así que me apresuré y me aliste lo más rápido que pude, sin olvidar ningún detalle, me miré al espejo y estaba impecable, no había nadie que pudiera resistirse a mis encantos si yo decidiera enloquecerla o enloquecerlo de amor.
Pensé que mi trayecto sería más largo, pero mis padres pensaban en todo y el departamento estaba a tan solo 20 minutos de la universidad. Al entrar por las grandes puertas los guardias de la entrada me pedían mi gafete, venía preparado, así que no demoré ni tres segundos en sacarlo de mi bolsillo trasero en el pantalón, uno de ellos notó que era yo el alumno de intercambio, pues el gafete lo decía específicamente, pero él comenzó a hablarme en inglés, algo que no hacía para nada bien; me indicaba por donde debía seguir y a qué oficina entrar para ser atendido por un asesor estudiantil.
-¡Mil gracias! -le dije, por supuesto, en español. Debía saber que puedo hablar más de cuatro idiomas y saber que por algo estoy aquí.
-¡Oh!, pude haberme ahorrado la vergüenza y el mal rato de hablar inglés -dijo el agradable sujeto soltando una carcajada.
-Sin duda, puedes mejorar -le dije sonriéndole de vuelta y seguí mi camino hasta donde me había indicado, todo derecho llegando a las escaleras, doble a la izquierda y pude ver varios cubículos con letreros, yo estaba en busca del área de servicios escolares.
-Justo aquí -dije en voz baja hablando conmigo mismo. Toqué la puerta dos veces y pude ver a través del cristal, cómo una horrible mujer como de 60 años me miraba como si hubiera cometido un pecado al tocar su puerta y junto con ella había una chica, por suerte, mucho más joven, que se acercó, quitó el seguro y me indicó que debía seguir.
-¿Qué se te ofrece? -dijo aquella desagradable mujer, que ni siquiera volteaba la mirada hacia mí al hablar.
-Soy Alexander D'Angelis Sinclair, alumno de intercambio. Se me indicó venir a su oficina.
Le dije firmemente, ella creía que podía hacerme tambalear de miedo, pero no tenía ni idea de que yo no le temo a personas vulgares como ella.
-Excelente, ansiábamos tu llegada, soy Lia Saints Miranda.
Dijo la chica que se encontraba ahí, me dio la mano y sonrió muy gentilmente. Era tan bella que no pude quitar la mirada de ella por varios segundos, espero no haber parecido un acosador o un enfermo.
-Bienvenido, Alexander, ¿D'Angelis? -dijo la mujer, levantándose de su escritorio, yendo hacia mí para también darme la mano y presentarse.
-Así es, Alexander D'Angelis Sinclair -le reafirmé respondiendo a su pregunta.
-Muy bien, ella es Lia, como ya escuchaste, es pasante de este servicio, así que ella estará contigo toda esta semana dos horas al día, iniciando hoy con un recorrido por todo el plantel y en días próximos, explicándote temas que serán de bastante interés para ti.
Nuevamente, fui traicionado por mis instintos y mi mirada fue directo a ella, Lia me veía de la misma forma y lo pude sentir, pero ella estaba sonrojada, a diferencia de mí que estaba fascinado con su presencia. Ni siquiera me interesó preguntarle su nombre a aquella mujer.
-Excelente, gracias -le dije, mirándola dos segundos y volviendo mi vista a Lia.
-Bueno, vamos, iniciemos con esto -dijo Lia.
Abrió la puerta y me permitió la salida. Usualmente, por caballerosidad, la dejaría salir primero, pero en esta ocasión ella es anfitriona y yo invitado, así que seguí y salí. Al estar afuera ella tomó algunos papeles y folders que había en el escritorio de la mujer y se despidió de ella sin recibir respuesta, era bastante desagradable y grosera, pero nada que me importara, no era alguien con quien fuera a convivir. Volteé mi mirada a todos lados y vi la inmensidad del plantel, nuevamente volvieron los nervios a mi cuerpo, pues, por unos minutos, olvidé que estaba en una nueva escuela, en un nuevo país, iniciando todo por mi cuenta.
-Sígueme, te mostraré el área en la cual pasarás la mayor parte de tu tiempo...
Comenzó a hablar mientras caminaba tan rápido, que a pesar de ser más baja que yo me hacía cansarme, parecía tener bastante experiencia en esto, conocía muy bien el lugar y su trabajo. Me llevó de arriba abajo, de un extremo a otro y no dejó pasar ni un detalle, dejándome muy claro todo lo que me había explicado. Además de ser preciosa, era tan inteligente, ¿puede haber algo más perfecto en una mujer?
Sus ojos color miel brillaban con la luz que el sol ponía en su rostro, mientras caminábamos por el patio totalmente solos, pues todos estaban dentro de sus salones ya. Su cabello era pelirrojo y yo moría de ganas de preguntarle si era natural, pero siendo sincero, era demasiado bello para ser teñido. Tenía pecas, algunas pecas en su rostro y cuello, eso me hace pensar que debe tenerlas en toda la piel. Bastante sexy, no lo puedo negar.
-¿Tienes alguna duda hasta el momento?
Dijo de pronto, tomándome por sorpresa, pues yo perdí la noción de todo por varios segundos, porque miraba cada detalle que había en ella.
- Ninguna, todo claro.
Le tuve que mentir, no quería que tuviera un mal concepto de mí, viéndome como un distraído o torpe.
-Muy bien, Alex, ¿Sí puedo llamarte Alex? -preguntó.
-¡Claro! Puedes llamarme como gustes, no hay problema -le dije.
Espero no haber sido tan evidente, pues quería decirle que no solo llamarme como ella guste, sino también hacerme todo lo que se le antoje.
-Bien, Alex, entonces por hoy hemos terminado. Hasta aquí llega mi parte como asesora, pero ahora como compañera puedo invitarte a desayunar, debes morir de hambre.
Era tan amable, su forma de hablar realmente era única: formalidad, educación, buena entonación, uso adecuado de las pausas entre cada palabra. Me enloquecía, pero debía tranquilizarme. Sé que soy un calenturiento sin remedio, pero no podía demostrárselo a las dos horas de haberla conocido.
-Acepto tu invitación, leíste mi mente, pues, justo pensaba en devorar algo.
Y ahí estaba de nuevo Alex D'Angelis, lanzando frases con doble sentido. Pero ella, al parecer, era tan inocente que no captó mis estupideces.
-Como buena amiga, entonces te pediré un desayuno que no sea tan extraño para ti, imagino que la comida debe ser muy diferente en Canadá -dijo Lia, mientras avanzaba directo a la cafetería del lugar y yo le seguía el paso.
-Supongo que sí, pero no tengo problema si pides para mí lo mismo que pidas para ti. Parte importante de estar aquí es disfrutar algo hecho por una mexicana -Justo di en el clavo, pude ver su mirada y su sonrisa, por fin había entendido mis intenciones.
Llegó a la barra en la cafetería y pidió dos platillos de algo que no supe qué era y fuimos directo a una mesa frente a la cocina, esperando que nos llevaran nuestros desayunos.
-¿Cómo es que hablas tan bien el español? Es sorprendente -preguntó ella.
-Mi madre es profesora de idiomas, he crecido escuchándola hablarme en más de cuatro idiomas distintos con la intención de que aprenda -le respondí con total naturalidad, pues, parecía querer tener una conversación normal.
-¿Y funcionó?
Preguntó dejándome extrañando, era algo ilógica su pregunta. Pero le daría una oportunidad, seguramente no sabía cómo sacar algún tema de conversación.
-Funcionó muy bien, pues, mírame, hablando español. Además de saber inglés, por supuesto, francés, italiano y portugués. Puedo enseñarte cuando gustes -respondí.
-Eso sería maravilloso, después de todo, tu llegada no solo es una oportunidad para ti, sino para todos los que formamos parte de esta institución, así conocemos y aprendemos de ti y tú de nosotros.
Dijo ella sonriendo nuevamente, dejándome en claro que no solo quería tomar su cuerpo y hacerla gritar mi nombre de gozo, creo que es la primera mujer que me provoca ternura extrema, al grado de querer darle un abrazo, primero de agradecimiento por ser tan atenta y amable conmigo y segundo; porque quiero sentir su piel junto a la mía.
Tuvimos un desayuno normal, estuvimos un par de minutos ahí y después recordamos, y ambos debíamos ir a nuestras respectivas clases. Seguí las indicaciones que ella me había dado y fui directo a mi salón de clases, un día maravilloso que concluyó con éxito, pues todo había sido bastante sencillo. Morí de ganas el resto del día por volverla a ver, pasé la tarde arreglando algunos papeles extra que me habían solicitado y también realizando algunas tareas. No olvidé su rostro y su voz en todo el día, pero debía concentrarme y no dejar pasar mis obligaciones.
Llegó la noche y después de un día largo y atareado, por fin pude tomar una ducha y recostarme en mi cama. Llamé a mamá y le conté que todo estaba bien, dejándola tranquila al colgar el teléfono. Una extraña costumbre que vengo arrastrando desde niño y hasta el momento no puedo dejar: dormir en bóxer es algo que forma parte de mi personalidad, creo yo.
Pero es algo que provoca insinuaciones a mí mismo, pues, al verme así suelo imaginarme situaciones que hacen que mi cuerpo vibre por sí solo, puedo ver cómo mi ropa interior se mueve poco a poco, pues comienzo a sentir esa excitación, no lo soporto más y meto mi mano dentro de mi calzoncillo, pienso en Lia, dejó impregnado su perfume en mi nariz, puedo recordar sus labios carnosos y su mirada coqueta, es tan irresistible y sé que será mía y todo lo que esa noche imagino que hace con mi cuerpo lo conseguiré muy pronto.
Al día siguiente llegué a la misma hora y me dirigí a la misma oficina. Ella estaba ahí y sus ojos brincaron al verme, parecía estar tan emocionada como yo por otro día juntos. Pero después de pensar en ella toda la noche e imaginar cómo la hacía sudar pegada junto a mi cuerpo, decidí ser más sutil para poder conquistarla, pues no quería asustarla y alejarla.
Así que fui tan amable y educado con ella como ella lo era conmigo, nada fuera de lo común. Así pasó una semana completa a su lado, cuatro días más de rutina que era bastante interesante, pues, cada día me enseñó cosas nuevas. Llegó el viernes y al terminar nuestro último día de recorrido juntos como asesora y alumno nuevo, se despidió de mí ofreciéndome su amistad, reafirmando dentro de mí que eran tan agradable, que desprendía luz natural.
-¿Qué harás hoy por la noche?
Preguntó con bastante seriedad, quería responderle con sinceridad, decirle que estaría en mi cama por quinta vez en la semana pensando en ella.
-¿Qué puedo hacer? Estar en casa y ver televisión... nada importante -le respondí como cualquier otra persona hubiera respondido y no como el degenerado que soy.
-Eso no me agrada, Alex, no puedes pasar tu primer viernes por la noche encerrado y aburrido, quiero que vengas conmigo a una fiesta, será muy cerca, te lo prometo. Yo cuidaré de ti.
Mientras me hacía aquella interesante invitación tomaba mi hombro con su bella mano. Quería tomarla y darle un beso, también quería decirle que yo cuidaría de ella también, pero esas palabras no saldrían de mi boca.
-No puedo decirte que no, Lia, claro que voy contigo -fue lo único que pude decir, no iba a negarme.
-Muy bien, como sé que eres nuevo aquí y no quiero hacer que te pierdas, ¿te parece si te veo justo aquí en la entrada de la universidad a las 7: 00 p. m.? -dijo ella.
-Todas tus ideas son geniales, aquí te veo, prometo ser puntual -le respondí con una sonrisa que no podía ocultar lo mucho que me enloquecía. Esa vez no intenté detenerme, tomé su mano y di un beso en ella.
-Gracias por todo -concluí antes de darme la vuelta y subir a mi salón de clases.
No tenía idea de cómo iba a lograr concentrarme el día de hoy si la tenía metida en mi cabeza. Estaría esa noche con ella y no podía negarse a estar conmigo, sé que le gusto, tanto como ella a mí. Sé que el destino la puso en mi camino y que conocernos cambiará la vida de ambos.
Muchas cosas han cambiado en este tiempo que se ha vivido en absoluta paz y tranquilidad. De aquella época de encarnizada y atroz guerra, solo queda el amargo recuerdo del que nadie desea hablar. No imaginan que algo acontecido hace mucho tiempo, cambiará drásticamente la vida de todos; transformando la apacible vida que llevan en la peor de las pesadillas. Por lo que, legionarios y sumerios, tendrán que aliarse nuevamente, con la diferencia de que esta vez tendrán que luchar por su supervivencia. Los reyes de Sumer engendraron a una hermosa princesa, la cual, al igual que otra desconocida guerrera, lleva sangre celeste. Para las dos hermosas pero temibles guerreras, las reglas del género no existen (en la que la mujer es siempre a la que se debe proteger), puesto que sus manos son poderosas e implacables. Sin embargo, al conocer el amor, descubren que también pueden ser tiernas y llenas de amor... Ambas de belleza y actitudes contrastantes, serán determinantes para el curso de los acontecimientos. Al norte, Heracles y sus legionarios han sido advertidos sobre la presencia de extranjeros, los cuales han estado recolectando esclavos y realizando todo tipo de abusos contra los habitantes griegos; por lo que han decidido intervenir. No sospechan la increíble e inesperada sorpresa, que esta aventura les tiene reservada...
El mundo ya nunca más será el mismo desde que aparecieron estos seres. La tiranía debe terminar. Por ello...¡La guerra será más encarnizada y brutal! Atrás ha quedado el que antes fuera aquel "mágico Edén". Hoy... es desolación, donde solo queda el nostálgico recuerdo y ese terrible olor a muerte que aún persiste. Los seres humanos han experimentado en carne propia lo que es enfrentarse a aquellos seres de naturaleza celestial, los cuales han marchado hacia tierras griegas, donde tratarán de continuar sus abusos contra los habitantes de aquellas pacíficas regiones. No obstante, los inocentes griegos no se encuentran del todo desprotegidos, porque los poderosos cazadores van tras los pasos del tirano y sus huestes. La obstinada persecución por dar con los causantes de aquellos infames hechos no tiene fin, puesto que no descansarán hasta eliminarlos a todos o en su defecto, morir en el intento. La juventud e inexperiencia deberán ser compensadas con el temple y el valor que llevan en sus genes, puesto que ante este rival... ¡Retroceder no es una opción! No imaginan que, en medio de todo este conflicto, también les esperan el amor y la inevitable pasión que en el pasado enloqueció a sus padres. En la solitaria isla griega, la extraordinaria y hermosa guerrera continúa a la espera de sus legionarios para unirse en la persecución. La desazón la ha invadido. Ha transcurrido mucho tiempo desde aquel día en que sus compañeros marcharon, dejándola con su pequeño. La soledad y la angustia la están oprimiendo, a tal punto que debe tomar una decisión y debe ser "ya..." No imagina que muy pronto todo su mundo cambiará por completo. La soledad y la tediosa tranquilidad que ahora la agobia, será totalmente transformada, por lo que deberá estar preparada para luchar por su vida, por su hijo y..., también por el amor de su vida... Alfenón mantiene vivo el recuerdo de aquel amor imposible. Todos los días durante más de cinco años, siempre la recordó. También imagina con nostalgia a ese hijo que nunca llegó a conocer. Daría todo su reino por ver a su hijo y a ella, puesto que jamás dejó de amarla. No sospecha que muy pronto el destino le dará la oportunidad de poner a prueba todo lo que es capaz de entregar por ellos...
Casi un millar de seres celestes con poderes sobrenaturales se han levantado contra el Supremo. Han llegado con la intención de destruir el "mágico jardín". Los guardianes del Edén tratarán de impedirlo a costa de lo que sea. En medio de todo este conflicto se ven envueltos Alfenón, Almea y los líderes celestes. La sorprendente Gera demuestra que su impresionante belleza no es su única virtud; sino también, su extraordinaria habilidad para el combate y la nobleza de su corazón. En medio de esta historia llena de luchas y confabulaciones, los seres celestes y los humanos llegan a conocer la pasión y el amor desde otra perspectiva... Desde muy niño, cuando vi mi primera película de este género, me he preguntado cómo y dónde surgieron las fascinantes leyendas mitológicas. Estaba seguro de que debió existir un origen, un hecho transcendental, para que dichas historias se acrecentaran y se difundieran a través de los siglos convirtiéndose en fascinantes fábulas. Ahora surge esta inusual novela la cual se sale de los parámetros convencionales. Para relatarnos aquellos acontecimientos desde una perspectiva más real, aunque no menos deslumbrante y fantástica. No encontrará nada que le sugiera cambiar, de dogma o doctrina religiosa ni nada por el estilo. Al contrario, a través de esta fascinante historia, comprenderá que muchas de las teorías ya sean religiosas, mitológicas y/o históricas, tienen un fundamento auténtico inicial en la cual concuerdan todas. Estoy seguro de que al leer estas páginas obtendrá las respuestas a sus muchas dudas y teorías, que quizás hasta hoy solo le han parecido grandes fábulas.
La omisión deliberada a las sabias palabras de un anciano, llevó a Irene, una joven pueblerina muy hermosa, decidida y poseedora de un espíritu aventurero y rebelde, tras un disgusto trivial con su hermana Luisa y su amiga Alejandra; a perderse en una selva semi – inhóspita ubicada en las afueras del pueblo "Pozo Azul", sitio paradisíaco hasta donde había viajado a pasar unos días de sano esparcimiento. En medio de la jungla vivió algunas leves vicisitudes y se sumergió en sueños reveladores que la mantuvieron en vilo durante tres días, cuando fue rescatada. Tras un castigo aleccionador impuesto por su madre, Irene sintió truncada su determinación obstinada de conquistar a Diego, su amor idílico, a quien ama en secreto desde hacía cierto tiempo. No se detiene ante nada ni nadie y logra su cometido que creía una quimera, hacerse novia de su gran amor. Luego de cierto tiempo, comprueba que el chico de sus sueños es un ser de carácter débil, inseguro y manipulable por su madre y su hermana, quienes hacen hasta lo inimaginable por romper una relación que, desde sus mezquinos puntos de vistas, no le conviene a su hijo; lo cual ocurre, tras la cobardía de un hombre que no supo valorar el amor verdadero. Tras aquel estrepitoso fracaso Irene no dejó de creer, como la romántica congénita y soñadora que era, en el amor y decidió fluir en una nueva etapa, conocer gente nueva; comenzó a aceptar citas y a salir con chicos. Fueron varios los intentos de encontrar el amor ideal, hasta que finalmente, en un momento fortuito conoció a Cristóbal, sintiéndose flechada desde ese instante por Cupido y, tal como era su personalidad perseverante, decidió conquistar a quien desde ese momento que pasaría a la historia, consideró finalmente su verdadero amor. Logró su cometido Irene, en complicidad con su mejor amiga, Lenny. Fue un amor como pocos, el cual se vislumbraba inmortal, perpetuo. Tras la trágica muerte de Lenny, Irene cae en una profunda depresión, siente que nada ni nadie le importa y que ella no le importa a nadie. Quedó sumergida en el vacío que propician los trastornos depresivos, perdió la noción del tiempo y de los sentimientos. Dejó de sentir y de soñar Irene, se alejó de todo, hasta de su gran amor a quien apartó de su lado de manera inconsciente, atrapada en el fango de la monumental incertidumbre sufrida. Cristóbal decide alejarse y dar por finalizado aquel idílico enlace que se presagiaba rumbo al altar. Ni la ciencia logró sacarla a flote del lodazal donde quedó sumergida por el duelo. No fue sino hasta que apareció su alter ego, quien le hizo ver la realidad de la vida; pero en ese entonces sintió que ya lo había perdido todo, es especial, a su gran amor. Irene finalmente se reencontró consigo misma y el perdón y el deseo de luchar por un sueño, pudo sacar a flote un amor que nunca dejó de existir. El amor pudo superarlo completamente todo. Cuando pensó que todo era feliz, ocurrió un extraño fenómeno. Aquel alter ego se apoderó de su alma por completo y la trasladó hacia otro cuerpo, en otra época y en otro amor.
Rodrigo descubrió algo sorprendente, lo que siempre había soñado y que nunca creyó que existiese. Era ya casi de noche, cuando se asomó a la ventana que daba a la calle y, sin tiempo a pensar siquiera, miró a la mujer más bella del mundo. Aquel ser maravilloso poseía un cuerpo perfecto, que parecía sacado de algún cuento de fantasía divina. Era casi irreal a no ser porque estaba allí, presa fácil de su glotona mirada. Rodrigo acarició con su mirada a ese monumento, a la belleza que se movía con gracia, haciendo unos ademanes transfundidos de coquetería, mientras emitía una suave voz que llegaba presurosa a sus oídos. Fue testigo fiel de aquel episodio colmado de amor, la noche de encantos que había descubierto en una primera mirada, a la armonía del amor que nace, al renacer de la esperanza, a la maravilla de sentirse vivo. El frío abrazó a Rodrigo, quien se durmió de inmediato colmado de la satisfacción que a él llegaba y que tenía cuerpo de mujer. Algo similar le sucedía a Zoraida, ella irremediablemente también se sentía atraída por aquel joven elegante y bien parecido, amén de preparado profesionalmente. Se trastornaba hasta con el pensamiento, ya que bien sabía que no era amor lo que sentía. Le gustaba mucho y, a no ser por un importante detalle, se diría que estaba enamorada de él. Era un detalle sagrado, era un detalle dantesco para Rodrigo y hasta ese momento también para ella; su corazón, su alma y su amor pertenecían a Roberto, a su novio; al hombre a quien amaba con el amor inocente de sus dieciocho años. Con un amor divino, delicioso y perseverante que producía el encanto de mirar hacia el futuro, donde una familia prometía el calor de un hogar en brazos del matrimonio. Rodrigo sabía que ese amor no era suyo, decidió abandonarlo todo. No sería capaz de tomar nada que no fuese suyo. Sentía que ese amor que creyó tener enteramente para él, no era suyo. Era hora de decidir, por lo que, arropado en un gran sacrificio de amor, dos días después de aquella plática consigo mismo, sin despedirse, se marchó de Buenaventura para nunca más volver. Un gran amor merece ese tipo de sacrificio, el sacrificio del amor. Después de aquel sacrificio, el amor le jugó una jugarreta a Rodrigo, tal vez por no haber sido capaz de luchar por él. El sentimiento más noble de todos le jugó una broma macabra. Lo atrapó en las redes del tiempo eterno en una especie de máquina de viaje hacia el pasado. En ella, lo envió a tres épocas distintas, donde el amor era sentido de formas inimaginables, para que de esa forma tan peculiar, contemplara en primera fila, como se entrega hasta la vida misma por el amor de una mujer.
Generoso, un anciano de 92 años de edad, es invitado a una gala en el teatro, obra que había estado esperando durante décadas. Pero surgieron contratiempos antes de la cita, una serie de fantasmas aparecen ante él; unos para torturarlo y otros para darle ánimos. Cuando por fin llega al teatro, comienza una obra cuyos pormenores exaltan los sentimientos del sufrido anciano. Sufre y es feliz, a la par que lo hacen los personajes en cada capítulo. En la obra teatral se recrea la vida de un niño desde su nacimiento, pasando por una infancia terrible, donde es esclavizado tras ser vendido por su padre junto a sus hermanos. Al terminar la etapa de su esclavitud se enamora, contrae nupcias y vive momentos felices. Tras la gravedad de su hijo decide transitar un camino equivocado que lo lleva a prisión, donde es encarcelado durante décadas. Su esposa, creyéndolo muerto, rehace su vida y se casa nuevamente. Al salir de prisión, ya viejo y al verse solo en el mundo, se entrega al alcohol y a otros vicios. Finalmente, al llegar al final de la obra, se devela que la misma nunca existió. El anciano, frente al gran ventanal de su habitación del hospital, había revivido cada episodio de su vida desde sus inicios. Todo aquello, previo a su muerte por cáncer.
"El amor te encuentra en los lugares más extraños". El matrimonio no estaba en la agenda de Marcus. Disfrutaba de la vida como el soltero más codiciado hasta que su familia comenzó a presionarlo. Después de un tiempo, no tuvo más remedio que casarse con una mujer que ni siquiera conocía. Su amigo bromeó: "¡Eres un cabrón con suerte! Tu esposa debe ser hermosa". Cuando Marcus pensó en la mujer que dormía con una máscara en su cama, le hirvió la sangre. ¿Su esposa era hermosa? ¡Bah! "Será mejor que pares. ¡Una palabra más y la haré tuya!", él maldijo. Marcus pensó que iba a ser un hombre casado miserable. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando su vida matrimonial resultó ser exactamente lo contrario. La curiosidad mató a quienes lo rodeaban después de un tiempo. Su amigo volvió a preguntar: "Sé que no te gusta hablar de tu esposa. Pero, ¿puedes describirme cómo es exactamente? ¿Por qué siempre lleva una máscara?". Esta vez, los labios de Marcus se curvaron en una sonrisa. "Mi amada es hermosa y adorable. Baja la mirada cada vez que la veas. Si te pillo mirándola, te haré quedar ciego". Todos se quedaron boquiabiertos cuando escucharon eso. Lo miraron como si estuviera loco. Un día, la esposa de Marcus de repente hizo su maleta y declaró: "Ya no puedo hacer esto. Ya tuve suficiente de tu humillación. ¡Por favor, dame el divorcio!". Esas palabras golpearon a Marcus como un rayo inesperado. Cuando vio que ella hablaba muy en serio, la abrazó con ambas manos y le suplicó: "Cariño, por favor no me dejes. Prometo tratarte mejor. Si quieres, puedo darte el mundo entero. ¡Quédate conmigo!". Y así comenzó una nueva etapa para la pareja.
Él, con una actitud arrogante que cree que ha nacido para que complazcan todas sus exigencias. Que no le importa pisotear la dignidad de ninguna otra persona con tal de obtener lo que desea y pretende que lo traten como un Dios, se encuentra con la horma de su zapato. Ella, estudiante de abogacía y que odia a los hombres con una personalidad como la de él, tiene la mala suerte de caer en su estudio para realizar sus pasantías y desde el primer minuto se odiaron. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso y estos dos, dieron mucho más que uno. Ana, sin saberlo, se convertirá en su objeto de deseo y se verá envuelta en su apariencia depredadora que logrará obnubilarla y poner a disposición su voluntad logrando arrodillarse a sus pies. “Deseo, pido y obtengo” una frase que define a este hombre.
SOY LA PERVERSIÓN DEL JEFE *PARTE 2* Él creía que ella siempre estaría a sus pies, que toleraría su crueldad con tal de no perder lo que tenían. Después de todo, estaba seguro de que nadie podría darle lo que conseguía con él. Sin embargo, ella se cansó y aquella noche desapareció de su vida. Sebastián no imaginó que aquella inexperta en el sexo podría ser capaz de mover el mundo bajo sus pies y, aunque hizo de todo por negar sus sentimientos y destruirla por completo, terminó siendo quien se arrodillara ante ella y suplique el perdón, pero para cuando él la localizó, ya había alguien que tenía puesto sus ojos en ella. Ariana estaba dispuesta a ponerle fin al capítulo más doloroso de su vida. Y es que su enfermiza obsesión por el Licenciado Vega terminó con sus sueños de ser una gran abogada y con una amistad de años. O era así como ella consideraba la relación que tenía con Ana, porque tan pronto abandonó la ciudad, ninguna de las dos se interesó en saber de la otra. Un año había pasado y en ese tiempo sus vidas habían dado un giro de 180°. Por un lado, él no había perdido sus manías y ya tenía a otra mujer que cumplía a la perfección con sus exigencias. Por el otro estaba ella, que llevaba meses en una relación con un hombre casado que, además de ser un excelente amante, era su jefe. Cuando Ariana debe regresar a Buenos Aires, se entera de que Sebastián tiene una favorita y descubre que no es otra que Ana, su ex mejor amiga. El resentimiento resurge y lejos de escapar por segunda vez, decide hacer hasta lo imposible para cobrarse lo que le hicieron, aunque eso signifique introducirse en ese mundo perverso del que se juró, no regresar jamás. ¿Será capaz de destruir la vida de las dos personas que más ama o dejará que una vez más Sebastián la manipule y la arrodille a sus pies? Una traición, muchas mentiras y un deseo de venganza que crece.
¿Qué se hace cuando aquella persona que debía amarte, apoyarte y defender de todos, decide que no quiere hacerlo? En mí caso, velare por m misma, ya mucho he sufrido como para desmoronarme por él. Ya tuve suficiente dolor, así que buscare mi sitio en otro lado. Pero como siempre, la Diosa Luna tiene otros planes. Los cuales no los sabré hasta que deba volver. Volver con él.
Sólo hace falta un segundo para que el mundo de una persona se derrumbe. Este fue el caso de Hannah. Durante cuatro años le entregó todo su amor a su marido, pero un día él le dijo fríamente: "Divorciémonos". Hasta ahora se dio cuenta de que todos sus esfuerzos de los últimos años fueron en vano. Su marido no la amó. Mientras ella procesaba la noticia, la voz indiferente continuó: "Deja de fingir que estás sorprendida. Nunca dije que te amaba. Mi corazón siempre ha pertenecido a Eliana. Sólo me casé contigo para apaciguar a mis padres". El corazón de Hannah se rompió en un millón de pedazos cuando firmó los papeles del divorcio, marcando el final de su reinado como esposa devota. La mujer fuerte que tenía dentro rápidamente se manifestó. En ese momento, juró no volver a depender de un hombre nunca más. Su aura era extraordinaria cuando se embarcó en el viaje por encontrarse a sí misma y dominar su propio destino. Cuando regresó, había madurado mucho y era completamente diferente de la esposa dócil que todos conocieron. "¿Qué estás haciendo aquí, Hannah? ¿Es tu truco para llamar mi atención?", preguntó su arrogante exmarido. Antes de que pudiera responder, un CEO autoritario apareció de la nada y la tomó en sus brazos. Él le sonrió y, en tono de amenaza, dijo: "Sólo para advertirle, señor, ella es mi amada esposa. ¡Aléjese de ella!". El exmarido no podía creer lo que oía. Él pensó que ningún hombre se casaría jamás con Hannah, pero ella le demostró que estaba equivocado. Pensó que ella nunca lograría nada. No sabía que habría aún más sorpresas por venir...
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.