Con apenas dieciséis años, Alondra Taylor se vio arrastrada a un abismo de oscuridad y desesperación, condenada a nueve años en prisión por el asesinato de Fabricio Rivera, el hombre que desgarró su alma tras cinco años de abusos implacables. Más allá de la cárcel, la traición más punzante, vino de su propia madre, quien le dio la espalda cuando más la necesitaba, dejándola navegar sola en un mar de desolación. Tras su liberación, la luz parece asomarse fugazmente, cuando ella encuentra en Josh Paterson una razón para creer en el amor y la redención. Su promesa de matrimonio se convierte en un faro de esperanza, hasta que un trágico accidente, la sumerge en un nuevo torbellino de angustias. En su anhelo desesperado, por salvar a su prometido, el destino la conduce hacia Mathew Hoffman, un enigmático hombre que encarna tanto su salvación como su perdición. En el momento más inesperado, Mathew le extiende una oferta que podría cambiarlo todo.
Miércoles 9 de noviembre de 2005, Skid Row, Los Ángeles, California.
-¡Déjame en paz! ¡Maldito cerdo! -Por más que Alondra intentó sacar a Fabricio de su habitación, le fue imposible. Una vez más, como ya hacía seis años, él continuaba ganando.
-¡Cállate! -la abofeteó-. ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Eres mía! La estúpida de tu madre solo me sirve por el dinero y las drogas. No obstante, para complacerme, estás tú.
Desde el momento en que Fabricio Rivera llegó a la vida de Genoveva Taylor, se fijó en Alondra, pues, a pesar de ser una dulce joven, resultaba atractiva por su belleza. Decidió que la haría suya sin importar los métodos que tuviese que usar.
-¡Hoy será la última vez que me toques! -gritó segura de sí misma.
-¿Y qué harás? ¿Acusarme con tu mami? No te das cuenta de que ella me ama. Todo lo que yo le digo es la ley para ella.
-¡Hoy morirás!
Alondra estaba decidida a terminar con dicho infierno, así que se lanzó sobre Fabricio e intentó cegar su vida. Sin embargo...
-¡Ja! ¿De verdad creías que lograrías hacerme daño? ¡Ilusa! -con un fuerte puñetazo, la tumbó al suelo, abrió sus piernas y, sin más, la embistió.
Una vez más, los gritos de Alondra fueron desgarradores, aunque su madre nada podía hacer; estaba dopada, vivía su propia fantasía.
-¡Deja de lloriquear! ¡Sé que eres una perra que lo disfruta!
Fabricio salió de la habitación, mientras Alondra trataba de reparar las grietas de su alma.
-¡Esto tiene que terminar! -golpeó el piso con su puño-. No importa si me convierto en una asesina, pero así obtendré mi libertad.
Esa noche, como ya era costumbre, ella lavaba su cuerpo hasta que su piel ardía, así lograba sentirse un poco pura.
Al día siguiente, siendo las cuatro de la tarde, aprovechando que se encontraba sola y que su verdugo estaba bajo el efecto de un alucinógeno, Alondra fue a la cocina y, sin pensarlo dos veces, cegada por la ira, repulsión y asco, cumplió la promesa que se había hecho a ella misma.
-¡Dios! ¡Yo...! A pesar de que había soñado con que ese momento llegase, ver la realidad la abrumó un poco. Soltó el cuchillo y se acostó en posición fetal, lamentándose por lo sucedido.
Al paso de una hora, su madre llegó y al encontrarse con tal escena escalofriante, enloqueció.
-¡¿Pero qué rayos?! ¡No...! -el grito de Genoveva fue ensordecedor-. ¡Fabricio, amor, despierta! ¡No me dejes! ¡Te lo suplico!
-¡Tú...! -se dirigió hacia su hija-. ¡Dime, maldita, qué le hiciste! ¡Habla!
-¡Yo...! -Alondra aún se encontraba consternada-. ¡Solo me defendí! Te lo dije muchas veces, ¡el cerdo abusaba de mí!
-¡Perra! -Genoveva, sin tener compasión alguna, pateó a su hija-. ¡Estoy harta de ti! Lo peor que me pudo haber pasado fue tenerte. ¡Me la pagarás!
Sin dudarlo, Genoveva llamó a la policía y aunque Alondra suplicó, nadie tuvo compasión de ella. Fue llevada a tomar su declaración, luego fue revisada y aunque se encontraron restos de semen que concordaron con los de Fabricio, ya en el sistema estaba consignado como ofensor sexual. Su madre alegó, durante esa noche, que su hija "no era más que una buscona".
Alondra estuvo un mes y medio en detención, mientras se recolectaban todas las pruebas necesarias. Lo que ella nunca imaginó es que su madre se encargaría de hundirla. Genoveva, aprovechando que aún era una mujer atractiva y que se movía en el mundo del menudeo, sedujo al fiscal que estaba a cargo del caso, hizo que este creara falsas pruebas, haciendo pasar a Alondra como una adicta y manipuladora. Lo cual fue la conjugación perfecta para que ella fuese sentenciada a nueve años de prisión.
Doce años después.
Sanar no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Mientras Alondra estuvo encerrada, terminó sus estudios, hizo varios cursos que la ayudaron en su preparación personal, también contó con grupos de autoayuda que poco a poco fueron aliviando su alma.
Dos años después de que Alondra saliera de la cárcel, fue contratada en un restaurante, donde conoció a Josh Peterson. Quien poco a poco se ganó su confianza, hasta lograr que se enamorara de él. Lo que ella desconoce es que él es un lobo sagaz, astuto; hizo pasar lo sucedido como un accidente. Josh pasó por varios hogares de paso, su actitud agresiva y tendencia piromaniaca eran incontrolables.
A sus dieciocho años, se mudó para San Diego, California, donde inició una intensa búsqueda para encontrar a su padre, quien lo abandonó cuando tenía diez años. Josh tardó un año en dar con su padre, y cuando se reencontraron, todas sus ilusiones se derrumbaron; pues su padre era adicto, razón por la cual nunca quiso establecer ningún vínculo con él. Sus esfuerzos, como hijo desesperado, no dieron frutos, así que decidió alejarse.
Las secuelas de los múltiples maltratos y abusos de su madre lo convirtieron en alguien inseguro; al final de cuentas, cuando dejas salir a los monstruos, ellos siempre ganan.
Viernes 10 de marzo de 2017, Glendale, Los Ángeles, California.
-¿Qué planeas? Sabes que no me gustan las sorpresas.
-Cálmate. Sé que esto te encantará, bien, ya puedes abrir los ojos.
-¡Yo...! -Alondra sintió una gran alegría al ver el restaurante lleno de flores y velas-. Así que esto era de lo que hablaban mi jefa y tú.
-Sí, hoy todo tiene que ser genial, no solo cumplimos un año de relación. Sí, no, que -Josh se arrodilló-. Desde que te conocí, supe que mi corazón solo te pertenecería a ti, es por eso que tengo que hacerte esta pregunta: ¿Alondra Taylor, me haría el gran honor de despertar junto a mí todos los días de mi vida?
-¡Sí, y mil veces sí! -ella lo besó, mientras sus lágrimas caían.
-Te prometo que jamás te haré daño. Los fantasmas que aún te atormentan, los haré desaparecer.
-Sé que a tu lado seré la mujer más feliz.
-Confía en mí. Ahora, mi futura esposa, siéntate, porque he preparado una cena para ti.
Todo estaba saliendo tal y como Josh lo planeó. Su regocijo era inevitable; después de todo, ya había capturado a su presa, y esta no tendría escapatoria. Terminada la cena, ambos salieron del restaurante para dirigirse a la pensión donde vivía Alondra.
-¡Estoy feliz! Serás mi esposa.
-¡Amor! Sé más discreto.
-No lo haré. Dijiste que sí, mi espera valió la pena.
-Gracias por tu paciencia. Sin ti, mi vida hubiese sido teñida por tormentas.
-De ahora en adelante, solo debes sonreír.
-Eso haré. Ahora, ve y descansa; mañana terminamos de hacer la lista de todo lo que necesitamos.
-No me iré, sin mi beso de buenas noches.
En el momento que él se acercó, ambos fueron abordados por un par de hombres que aparecieron sin previo aviso.
-¡Vamos, perra, danos todo lo que tengas! -ordenó Frank, mientras le apuntaba a Alondra.
-¡No tengo nada! ¡Por favor, no nos hagan daño!
-¡Danos el anillo! -exigió.
-¡No te lo daremos! -afirmó Josh.
-¿Te crees valiente? ¿Vemos qué tan hombre eres? -William, el compañero de Frank, se acercó a Alondra para abofetearla.
-¡Malditos!
Sin pensarlo, Josh se lanzó sobre William. Oportunidad perfecta para que Frank le propinara cuatro disparos.
-¡¿Qué hiciste, imbécil?! -William estaba fuera de sí-. Esto no era parte del plan, vámonos de aquí.
Mientras ellos huían, Alondra estaba horrorizada.
-¡No...! ¡Amor, por favor, despierta!
Los gritos de Alondra despertaron a su vecina, quien de inmediato llamó una ambulancia. En cuanto llegó al hospital, fue llevado al quirófano. Sin embargo...
-¿Doctor?, ¿cómo está mi prometido?
-Señorita, hicimos todo lo posible. Pero su prometido tuvo dos paros cardiorrespiratorios. Además, una de las balas se alojó en su columna vertebral. Lo más probable es que no pueda caminar.
-¡Esto no está pasando! De seguro es una pesadilla. Yo...
Alondra perdió el conocimiento; el doctor la tomó en sus brazos y buscó una camilla para brindarle atención. Estaba claro que los hilos de la vida se convertirían en sus verdugos.
Continuará.
¡Y vivieron felices para siempre! Pobres de aquellos que aún creen en los cuentos de hadas, porque enamorarte en ocasiones, te hace vivir las peores pesadillas. Condenándote al averno. Daniel O’Donnell heredero al mando de uno de los principales clanes de Manhattan, podría considerarse el típico chico caprichoso, y vanidoso, su actitud fría y atípica, habla por sí sola ante los demás. Sus demonios lo esclavizan, sin embargo, su vida se volcará con la llegada de Anabell Johnson, una madre soltera que busca la redención. Ella será su salvación y crucifixión, por lo tanto… En las jugadas maestras del destino, siempre habrá perdedores, que no gozaran de segundas oportunidades. Abigaíl Parker y Nicholas Silliman, un hombre y una mujer con realidades distintas; ella cayó en una red de trata de blancas, es una esclava sin ninguna esperanza, él es un asesino asueldo que no sabe quién es. Una mujer de la calle sin rumbo alguno, y un hombre que anhela la libertad, ¿podrán ser felices?, ¿cómo terminara su historia? Historias independientes entre sí, pero unidas por cuerdas flojas, sus senderos solo conocerán lo hiriente de las espinas…
No, la maternidad, no siempre es la mejor etapa de una mujer. Pues está cargada, de vejámenes impensables, que te hacen desear la muerte. Una madre desesperada en busca de una libertad incesante, deshacerse de los demonios que la atormentan, y sentirse viva por primera vez, esa es Gabriela Solís. Su día a día, gira en torno al bienestar de su pequeña Belén, por lo cual, para ella, el mundo se centra en suplir las necesidades de esta; así que no hay tiempo para el amor, eso solo es una mala broma, de la cual, no quiere saber más. Sin embargo, los hilos del destino la llevarán a los brazos de su mejor amigo, Ernesto Paz Casares, quien la ama en secreto, y oculta su verdadera identidad, bajo la fachada de un comerciante independiente, pero él, no es el único, quien tendrá que luchar, pues, en escena reaparecerá Esteven Monsalve, el padre de Belén, y como si fuera poco, los hermanos, Harold, y Axel Michigan, tomarán peculiar interés, en Gabriela. Cuatro hombres, y un solo camino, que la pondrán en jaque.
«Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes. Bernard Le Bouvier de Fontenelle (1657-1757» Margaret Smith; una apasionada profesora de literatura en la secundaria de Agoura Hills. Su vida transcurría de vida tranquila, hasta que una deuda la unirá a uno de sus estudiantes; Ethan Pirs, el cual hará que ella se sumerja en deseos oscuros, la sensatez que una vez la caracterizo desaparecerá por completo. Haciendo de ella una presa fácil de la lujuria. No obstante, Margaret no solo, tendrá que luchar contra la tentación por su estudiante, sino que también, deberá tener cuidado, con su ex amante, quien al ser rechazado por ella, entrará en caos.
Becca Baker había jurado destruirlo, anhelando verlo sumido en el fango, pero el destino tenía otros planes para ambos. Durante ocho largos años, Becca vivió con un odio ardiente dirigido hacia la persona equivocada, enfocada únicamente en la venganza. Sin embargo, llevaba consigo un secreto profundo y oscuro: su amor apasionado por su pequeña Harika, un amor nacido de la tragedia que había marcado su vida. Asher Bailey, por otro lado, había pasado tres años en terapia, desesperado por borrar el recuerdo de aquel incidente que arruinó la vida de una inocente. Pero, lo que él no sabía era que su madre había evitado que enfrentara las consecuencias legales, y ahora se encontraba en una lucha constante contra la oscuridad que amenazaba con consumirlo por completo.
Después de tres años de matrimonio sin amor, la traición de Neil hirió profundamente a Katelyn. Ella no perdió tiempo y rápidamente se deshizo de ese canalla. Tras el divorcio, se dedicó a su carrera profesional. Alcanzó la fama como diseñadora, doctora y hacker brillante, y se convirtió en un icono venerado. Neil, consciente de su grave error, intentó en vano reconquistarla, solo para presenciar su magnífica boda con otro. Mientras sus votos se retransmitían en la mayor valla publicitaria del mundo, Vincent deslizó un anillo en el dedo de Katelyn y declaró: "Katelyn es ahora mi esposa, un tesoro de valor incalculable. Que todos los que la codicien tengan cuidado".
Jennifer Bennett, la legítima heredera de los Bennett, luchó denodadamente por el reconocimiento de su familia, solo para verse eclipsada por una impostora. Enfrentada a falsas acusaciones, acoso y humillación pública, Jennifer acabó renunciando a ganarse su aprobación. Con la promesa de superar la injusticia, ella se convirtió en la pesadilla de quienes la agraviaban. Los esfuerzos de la familia Bennett por doblegarla no hicieron sino alimentar su éxito, llevándola a la altura con la que sus rivales solo podían soñar. Alguien le preguntó: "¿Te sientes defraudada por tus padres?". Con una sonrisa tranquila, Jennifer respondió: "No importa. Al final, el poder prevalece".
Para cumplir el último deseo de su abuelo, Stella se casó con un hombre al que nunca había visto. Sin embargo, los dos continuaron llevando sus vidas sin ser molestados. Un año después, Stella regresó a Seamarsh con la esperanza de conocer a su misterioso marido. Pero para su sorpresa, él le envió un mensaje pidiéndole el divorcio. Apretando los dientes, ella respondió: "¡Entonces divorciémonos!". Poco después, Stella se convirtió en empleada de Grupo Prosperity y trabajó directamente para el director ejecutivo del grupo, Matthew. Se decía que el apuesto CEO estaba casado y amaba mucho a su esposa. ¡Pero Stella no sabía que él era en realidad su misterioso marido! Decidida a centrarse en su carrera, Stella deliberadamente se mantuvo alejada del jefe, aunque no pudo evitar notar sus intentos de acercarse a ella. Un día, su marido cambió repentinamente de opinión y se negó a seguir adelante con el divorcio... ¿Cuándo descubriría Stella que Matthew era su marido? En medio de una mezcla de dulzura y mentiras, ¿adónde los llevaría el destino?
Everleigh era una dama noble que tenía una familia feliz. Se suponía que se casaría con Theodore, un director ejecutivo rico y atractivo. Sin embargo, un accidente la obligó a dejar al hombre que más amaba. Siete años más tarde, se convirtió en una hábil doctora con lindos gemelos. Y volvió a encontrarse con Theodore, quien ahora se convirtió en su paciente, también en el novio de su mejor amiga. Ella les felicitó a esta futura pareja. Pero su corazón estaba sangrando. Es hora de decir adiós al pasado. Pero sus gemelos tenían una opinión diferente. ¡Planearon convertir a Theodore, el hombre que se parecía exactamente a ellos, en su padre! Mientras tanto, Everleigh descubrió que el accidente que hizo que Theodore y ella se separaran, fue un complot vicioso...
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Durante los tres años de matrimonio con Brendan, Adeline fue tan humilde como el polvo. Sin embargo, lo que recibió a cambio no fue amor o afecto, sino indiferencia y desdén sin fin. Peor aún, cuando la querida del hombre volvió, se alejó de ella aún más. Finalmente, Adeline no pudo soportarlo más y solicitó el divorcio. Después de todo, ¿por qué debería quedarse con un hombre tan frío y distante? El siguiente seguramente sería mejor. Brendan vio a su exesposa irse con su equipaje. De repente, se le ocurrió una idea e hizo una apuesta con sus amigos. "Definitivamente se arrepentirá y se arrastrará de regreso a mí en poco tiempo". Después de escuchar esta apuesta, Adeline se burló. "¡Ni en tus sueños!". Unos días más tarde, Brendan conoció a Adeline en un bar. Resultó que ella estaba celebrando su divorcio. Poco después, notó que ella parecía ya tener un nuevo pretendiente. Brendan estaba empezando a entrar en pánico. La mujer que se había aferrado a él durante tres años ya no se preocupaba por él. ¿Qué iba a hacer?