"En Denver High se dice que, si pones tu nombre en el casillero 420, Cupido encontrará a tu pareja ideal. Y ahí es donde entra April Jones. Nadie parece notar a April. Su talento para observar a los demás a la vez que se mantiene en las sombras la convirtió en la persona ideal para aquel papel. Su doble identidad nunca se había visto amenazada hasta ahora, cuando el casillero recibe una nota en la que Darren McGavern pide una cita con Cupido. April sabe que debe proteger su secreto más que nunca, no solo porque podría ser de conocimiento en toda la institución y se volvería el centro de las miradas, sino también porque, como pudo descubrir, Darren odia a Cupido. Y de una cita con alguien que te odia solo pueden surgir problemas. "
A veces lo que quieres es una cita, alguien con quien estar, ya sea por una tarde o por tiempo indefinido, pero el problema es que no hay nadie disponible que sea medianamente decente. Así que, ¿qué haces? Te sientas y esperas a que él o ella aparezca. Y ahí es donde entro yo.
La mayoría de las personas ni siquiera me ve. La gran parte de los que sí notan mi presencia me conoce como la chica detrás de los libros o como la chica intelectual en la esquina de las clases. Mis profesores me conocen y adoran como Srta. Jones. Los pocos amigos que tengo me conocen como April.
Pero nadie conoce a la persona detrás de la máscara tranquila que son los libros.
El susurro sufragado a través de los pasillos por aspirantes y parejas estables. El murmullo que hace que esa persona especial se materialice si solo dejas caer tu nombre en el casillero 420, el tercero a la izquierda en el ala C. La persona sin nombre.
Conocida solamente como... Cupido.
APRIL
Siempre es gratificante caminar por los pasillos de la escuela y ver a las parejas felices en todas partes: en el armario del conserje, en los pasillos, mirando fijo a los ojos del otro. No se podía escapar de ellas. Sobre todo ahora que era el comienzo del año, donde todo el mundo todavía estaba abrumado por una especie de humo de color rosa después de haber pasado un verano glorioso. Todo eso era un homenaje a mi habilidad, el talento que permitía que más de noventa parejas terminasen felices o al menos en una ruptura amistosa. Y las pocas veces que rompían era porque me pedían a alguien que no era el adecuado o la adecuada.
Sí, también tengo en cuenta las peticiones. Aunque no pasa muy a menudo; la gente no suele decirle a Cupido cómo hacer su trabajo. Las personas confían en el juicio de Cupido más que en el propio, lo cual es bueno, porque, por lo general, yo sé lo que quieren más que ellos mismos.
Y eso se nota, debido a que la gente que yo escogí es más feliz que las personas que me pidieron a alguien.
-Tú.
No le presté la menor atención a esa voz mientras me inclinaba para abrir mi casillero.
-Chica de los libros.
La voz era profunda y masculina, refinada, pero fría como el hielo. Me obligué a no responder de mala manera y continué guardando mis libros.
-¿Me estás ignorando? -Su incredulidad tenía más bien un tono de rabia, y tuve que contener la risa.
Pobre chico, frustrado por una nerd. Me levanté con pereza hacia él.
-Lo siento -contesté mientras me ponía de pie-. Pensé que no me estabas hablando a mí.
Mis ojos viajaron por un cuerpo bien construido y vestido con ropa de diseño. Me di cuenta de que era mucho más alto que yo antes de detenerme en sus ojos. Las palabras casi se atragantaron en mi garganta cuando vi a quién me estaba dirigiendo. Si hubiese sido una novela del siglo XIX, me habría desmayado.
-Me dirigí a ti con toda claridad -declaró Darren.
En cualquier otra persona habría marcado su observación como una réplica, pero todo el mundo sabía que él no se rebajaría a esos niveles. Las réplicas implicaban que había algo que defender y eso era imposible. Al menos para Darren McGavern, el Príncipe de Hielo, el chico más rudo de la escuela, al que nadie le plantaba cara. Cuando decía «saltad», todos los demás luchaban por la oportunidad de preguntarle cuán alto.
-No, te referiste a mí como «chica de los libros». Por lo que yo sé, ese no es mi nombre.
-Entonces es obvio que no estás bien informada -se burló-. ¿Dónde está el casillero 420?
En ese momento, mi sonrisa interna desapareció. La gente decía que era intimidante, y en todo caso, creo que eso era un eufemismo. Simplemente me negaba a bailar al ritmo de su música, o eso es lo que siempre pensé hacer en el caso imprevisto de que él un día hablase conmigo. Estaba satisfecha de haber mantenido mi juramento hasta ahora.
-¿Negocios con Cupido? -le pregunté, mirándolo con tanta inocencia como me fue posible mientras ocultaba la risa.
Esta sería una tarea divertida. ¡Darren McGavern!
-Algo así. -Frunció el ceño. En cualquier otra persona, esa expresión me habría parecido horrible. En él, no-. Ahora, April Jones, ¿dónde está el maldito casillero?
Intimidada por fin y sin palabras, hice un gesto hacia el armario que estaba justo encima del mío. No pude ver lo que metió dentro, ya que su alto cuerpo me lo impidió, pero estaba segura de que había metido algo. Se dio la vuelta y me frunció el ceño una vez más, y luego se alejó sin siquiera un gesto de agradecimiento.
Intenté volverme loca por ello, de verdad que lo hice. Traté de enfadarme, especulando sobre las cosas que podría haber hecho para mostrar su gratitud sin comprometer su dignidad. Pero no importaba cuánto lo intentase, solo había una frase en mi mente que anulaba el enojo.
«¡Sabe quién soy!», pensé, tratando de no sonar demasiado aturdida ni siquiera para mí misma. «¡Él sabe mi nombre!».
DARREN
No podía pensar con claridad. Esa chica... ¿De verdad pensaba que podía desafiarme? Ella, que apenas me llegaba a la barbilla, a la que podría partir a la mitad sin ningún esfuerzo, se enfrentó a mí. A mí, Darren McGavern, el heredero de la fortuna McGavern, millonario por derecho propio.
Fruncí el ceño mientras le daba la espalda y me alejaba, contemplando su insolencia. Se atrevió a corregirme, incluso a fastidiarme. Bueno, por supuesto, la puse en su sitio. ¡Ninguna chica podía decirme cómo hablar!
Le robé una mirada sutil y sonrió. Tiré mi cabeza hacia atrás.
Ella no era nadie. No valía la pena.
Se estuvo riendo en mi cara, aunque tratase de convencerme de lo contrario. Pero esos ojos enormes estaban riendo y sonriendo.
Ahora ella era una puta peligrosa, porque me había visto poner la nota en el casillero de Cupido. Ahora, cuando Cupido la encontrase, podría rastrearla con facilidad hasta llegar a mí. Maldita sea. Maldita niña, que se vaya al infierno a donde pertenece con su ropa de tienda de segunda mano y sus joyas de diez centavos (no, no creo ni que fuese a la joyería). Tal vez, si tenía suerte, sus padres trabajaban para los míos, al igual que la mayoría en esta escuela, y quizá podrían expulsarla. Eso sería genial.
-¡Hey, D-Money!
Brock. Mi mejor amigo, la única persona a la que podía soportar en cualquier período. Es cierto que no era tan rico como yo, tan solo los Lexington lo eran. Sin embargo, era fácil de llevar, no discutía y se lo dominaba fácilmente. Solo yo podía, por supuesto. Siempre hacía lo que le decía o, al menos, casi siempre.
-Hola, Brock -respondí con indiferencia.
-Amigo, ¿hay alguna fiesta esta semana? -preguntó, trotando con alegría a mi lado.
Mis piernas podían ser más largas ya que era más alto, pero él era más atlético que yo. Claro que hacía deporte, no era un hombre débil, pero Brock tenía un don para el fútbol (era el mariscal del equipo). Sin embargo, no necesitaba el deporte. Mi buena apariencia y el dinero me daban a todas las chicas que jamás podría desear. Bueno, tal vez no todas, pero en el futuro concebible. No necesitaba de ningún Cupido mitológico para ayudarme a encontrar el amor. Diablos, ni siquiera necesitaba amor.
-...porque necesito algo de estímulo después del gran partido. -Brock aún seguía parloteando-. Es probable que ganemos, pero un plan para relajarse y emborracharse un poco siempre es necesario.
Y ese era Brock, siempre entusiasta. Demasiado entusiasta. Y hablador. Me vi obligado interrumpirlo mientras seguía divagando.
-Sábado. En casa de Lexington.
-Amigo, eso es genial. Lex celebra fiestas increíbles.
Por lo general, pero tenía razón y más de una vez lo había admitido en voz alta. Las fiestas de Lex eran casi tan buenas como las mías.
-Es solo una fiesta, Brock. Vamos a una casi todos los días -le respondí.
-Pero quizás esta vez esa nueva hermanastra de Lex se deja ver. No la he visto antes y debe estar buena.
-¿Lex tiene una hermana?
Odiaba preguntarle cosas a Brock, era estúpido, pero en este caso era casi una obligación. Conocer a chicas nuevas era siempre bueno. Ahora casi todas tenían pareja gracias a ese maldito Cupido. Una nueva chica sin ataduras podría ser una buena distracción.
-¿Vas a ir? -preguntó Brock.
Siempre preguntaba y siempre respondía lo mismo. Otro ejemplo de su idiotez imperante.
-Claro. ¿No lo hago siempre? -sonreí.
Me fijé en una chica de segundo año que pasaba a mi lado y ella retrocedió con prisa, mirándome con cara de asombro mientras se pegaba a la pared. Se ruborizó y huyó.
Mi sonrisa se convirtió en una mueca de desprecio.
"Oliver Anderson, un millonario y apuesto joven de veinticinco años, está a punto de perder la presidencia de su empresa por no llevar una vida formal. Pero de repente su vida da un giro al pedirle a su secretaria, Alexandra Carlin, que sea su esposa durante seis meses. La historia narra el divertido matrimonio odio-amor entre Oliver Anderson y su secretaria cuando las cosas no salen como ellos esperaban."
"Hay hombres que no creen en el amor a primera vista..., por eso hay que pasar por delante unas cuantas veces más. Todos en Leighton Abogados coinciden en que Lea Velour sería la letrada más destacada del bufete si su jefe no insistiera en tratarla como una secretaria suplente. Pocos sospechan, en cambio, que bajo el moño tirante y sujeto gracias a litros de laca y disciplina se esconde algo más que un cerebro brillante: una mujer que, en vez de ansiar el respeto del sexy y divertido Jesse Miranda, está deseando que este se lo falte. Desgraciadamente, parece que su personalidad práctica y aspecto severo no sirven para captar la atención de un hombre como él, que ya la ha colocado en una casilla no muy aventajada: la de patito feo. Un toque de atención, un golpe de azar y la repentina curiosidad de Jesse hacia su contradictoria abogada adjunta desembocarán en un juego peligroso y excitante con unas reglas establecidas desde el principio: sin promesas de amor. Él acabará descubriendo el potencial de una mujer que todo lo que necesita es un motivo para convertirse en puro fuego, y ella a un hombre que puede que al final no sea el playboy descerebrado y accesible que parece, sino alguien con el corazón blindado y más que digno de un amor que podría no ser correspondido."
"Alexandra Carlin es una chica recién graduada en la universidad, sin éxito en el campo laboral. Un día es contratada por fin como secretaria del presidente de una revista de prestigio a nivel internacional, Oliver Anderson, un joven apuesto de veinticinco años. Oliver está a punto de perder la presidencia de la empresa por no tener una vida formal. De repente, sus vidas dan un giro cuando hace un contrato con Alex para ser su esposa durante seis meses. La historia narra el divertido matrimonio odio-amor entre Alex Carlin y su jefe, sobre todo cuando nada sale como ellos esperaban."
"En compañía de su padre y su hermano Héctor, Eric Barón sale a vacacionar un día a un bosque de Illinois. Jamás imaginó que ese viaje daría inicio a una aventura inimaginable cuando, por alguna causa incomprensible, un rayo de luz se introduce en su cuerpo mientras intentaba tocar una estrella que se reflejaba en las aguas de un río. Eric trató de cubrir sus ojos de la refulgente luz, pero antes de lograrlo ya había caído inconsciente. A partir de entonces logra transportarse junto con su hermano a un mundo distante: Fagho, y es ahí donde conocen a Arcon Ásteris (hijo del rey de un reino llamado Ándragos) y a Karime Theradam (su protectora). Sus vidas se entrelazan ineludiblemente cuando Eric intenta volver definitivamente a casa con su padre, cosa que solo puede llevar a cabo con la ayuda del cetro del rey, el cual, solo en sus manos, se convierte en el puente de unión entre ambos mundos. Los cuatro chicos comienzan a vivir una serie de emocionantes y escalofriantes aventuras cuando se enteran de que el grolyn (el cetro real) es nada más y nada menos que un “cetro mágico” que se puede reactivar en un lugar llamado Ashwöud. Entonces intentarán realizar esta increíble hazaña a pesar de los esfuerzos de Drakon (el más acérrimo enemigo del rey), que a toda costa intentará apoderarse del enigmático grolyn y, por alguna causa desconocida para todos, ahora también del propio Eric Barón."
"Lyra Coppens ha sido secuestrada por un hombre que pretende transformarla en una muñeca. Él desea hacer cambios en el cuerpo de su víctima para concursar en el Desfile Macabro, un repulsivo evento nacido en la deep web. En este, los «representantes» modifican los cuerpos de sus «modelos» para competir, en una retorcida pasarela, por una enorme suma de dinero. Lo que estos criminales no sospechan es que hay dos nuevos jugadores en escena. Sonnet Bleus, el mejor amigo de Lyra; quien está dispuesto a hacer lo que sea para rescatarla. Y Steiner Carsten, el agente especial de Ciudad Onírica que está a cargo de la investigación del Desfile Macabro. ¿Dónde se encuentra el límite entre la salvación y la perdición? Esta es una carrera contrarreloj."
"«Como cualquier otra madre, una diosa también llora cuando mueren sus hijos». ¿Dónde nacieron exactamente las leyendas atrapadas entre las descoloridas tapas de libros vetustos y polvorientos? ¿Qué hechos crudos y sangrientos inspiraron los cuentos transmitidos por los juglares durante generaciones? ¿Quiénes fueron realmente los personajes escondidos detrás de la máscara de la historia? En la agónica tierra de Girith, donde sus desdichados habitantes luchan por sobrevivir día tras día, Edunai Kirindel recibe extraños y confusos mensajes de los dioses que lo encaminan hacia un arduo y largo viaje en busca de la salvación de su pueblo. Entretanto, al otro lado del mar, un hombre llamado Alastor Lancesvil se enfrenta a la decisión más difícil que nadie puede afrontar: traicionar el amor y la amistad en nombre del deber."
Es increíble lo que puede pasar cambiar el curso de tu vida con una decisión... Una decisión que a Susana la llevó a experimentar una noche alocada, que no fue más que él inicio de una vorágine de sentimientos y dudas. Cuando la vida le sonríe por primera vez, espectros del pasado regresan para hacer tambalear lo que tanto le costó construir, ¿Será Susana capaz de afrontar su pasado y salir victoriosa?
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Jacob Morgan se ve obligado a contraer matrimonio por obligación su única intención es salvar su compañía de la bancarrota asumiendo el liderazgo de las empresas Morgan, puesto que es batallado por su primo Derek, a regañadientes acepta un encuentro orquestado por su madre con Natalia Redmond de inmediato queda prendado por la belleza de la dulce e inocente chica, pero rápidamente se da cuenta que sus exigencias no serán bien recibidas por la joven cuyo carácter obstinado se convierte en la horma de su zapato, lo que ignora Jacob es que Natalia oculta sus verdaderas intenciones al aceptar el matrimonio. Muchos secretos, muchas intrigas y muchos obstáculos. ¿Qué pasará cuando Jacob descubra la verdadera razón por la que Natalia acepta ser su esposa?
La vida de Candice dio un extraño giro la noche de su boda. Su marido, Greyson, no apareció para consumar su matrimonio. En su lugar, un desconocido irrumpió en su habitación y la violó. El matrimonio se convirtió en un infierno para ella. Mientras intentaba dejar atrás la pesadilla, su suegra aprovechaba cualquier oportunidad para desacreditarla. A Greyson, que debía apoyarla, le importaba un bledo. Al contrario, llevó a su amante a su casa. No pasó mucho tiempo antes de que Candice fuera expulsada de la casa. Todos pensaban que era una debilucha indefensa, sin saber que era una abogada extraordinaria. Llevó al hombre que la violó a los tribunales. Quería pagarle con la misma moneda. En el transcurso del proceso, descubrió estupefacta que el violador es el hombre más rico de la ciudad. Las cosas se le fueron rápidamente de las manos. El hombre intentó por todos los medios pedirle que se casara con él. Ella se dio cuenta de que se estaba buscando más problemas. ¿Cómo ella logría deshacerse de él pero acusarlo al mismo tiempo?
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".