enamora
urgieron por mi ambición y mi ceguera. La vi caminar de un lado a otro con nerviosismo, tocándose su hermosa cabellera oscura, larga y sedosa con una ansiedad que no sol
níveo y perfecto se vies
on mucho resentimiento. Esa mezcla me estaba destruyendo por dentro, de una manera que no vi venir. Se suponía que ella solo sería un peón en est
se, Amaya -le dije y sus labios
lessio... Ya n
fó de mi agarre y siguió camina
aré que todo marche bien. -In
vivir este embarazo en medio de un desastre, en medio de estrés, en medio del miedo constante de que al saberse que mi bebé sea un blanco -espetó con
más que acercarme en contra de sus deseos y abrazarla para dar
los voy a proteger -
e quitó de mis brazos-. Te od
é, lo
ada como un ganado... Yo quería ser feliz, yo solo quería una vida
randes temores me
r a Hiroshi Yagami, solo quería meterme con eso valioso que tenía escondido. No tenía idea de que terminaría amando a su hija con locura y esa era mi más grande perdición.sto, preciosa.
nte estaba entrenada para
aun cuando no quería, aun cuando decidiste comenzar una guerra... -Se separó de mi
unos largo
egoísta que consigue lo que quiere -admití, haciendo que frunciera el ceño y cerrara sus puños con fuerza en mi camisa-. Todo eso no quita el hecho
si me amaras, no hubiese venido
r amarte y eso no está en discusión, Amaya... Aún eres mi esposa y lo seguirás siend
r en esta vida,
rando de una f
s a nuestro hijo en tu vientre... Así que, si quieres llorar, pelear, discutir o hacerme un miserabl
ardor que se posaba en sus mejillas. Eso era lo que quería ver en ella, eso era lo que necesitaba sacar a flote para que no te
ó el cuerpo, un beso que nos aceleró el alma, un beso que sacó todo lo que teníamos guardados dentro de nosotros. Amaya n
sta que ninguno de los
que lo entiendas -dije
comprado. Eran seis pruebas de marcas diferentes y todas y cada una de ellas decía
y le respondí a la pregunta muda
oy soy el hombre má
sonrisa más grande del mundo antes de que el sonido qu
turdió, me acaba