raci
m, quiere decir d
mme, quiere decir
obre los látigos, que puede
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la conversación. Me habían acorralado varias veces, así que me vi obligado a reconocer a al
n. A estas alturas ya había circulado por todo el club que había liberado a Isabella de su contrato y los
cuando se trata
fesa y tras verificar en la dirección de donde provenía, esa cabellera rubia la conocía muy bien. Isabella es
mujer esta noche. Ella debe estar con otro Dom ahora, porque esa era la única forma en que se le permitiría entra
gullecían de dar a sus miembros la máxima discreción. La sala de juegos que reservé era la más lujosa y
perior donde se encontraba la sala, cuando doblé la es
te con los ojos hacia abajo y las
s en un entorno público BDSM, no era un requisito, pero a ella le gusta
dando su sumisión. Supongo que era un contraste tal con su vida cotidiana que simplemente disfrutaba de
recida y procedí a recordarle alg
señora Azul que se reúna conmigo aquí en los ascensores en aproximadamente 2 horas y 15 minutos,
o. Mi erección debe haberlo sentido también, porque juro que estaba tratando de salir de mis jeans. Cuando llegué a la
de metal, no pude evitar suspirar de satisfacción, fin
se equilibró antes de entrar e
elleza era de otro mundo. Me tomé un minuto para beberla, saboreando la incredul
eró, pude oler el dulce aroma de su excitación mientras impregnaba el aire de la hab
ar, comencé a preparar l
n el estado de ánimo correcto antes de ha
-. He estado esperando todo el día para esto, espero que estés lista para mi. -Pasé un dedo entre sus plie
r -dijo s
al
ía divina. Mi miembro estaba dolorosamente duro, y no tenía idea de cómo iba a pasar las próximas 2 horas sin enterrarlo dentro de esta delicios
strarle físicamente cuánto atesoraba los regalos que me daba tan libremente. Hice un trabajo rápido con los puños atados a la cade
ones; podía palpar la humedad de mi sexo. Ell
ara que fuera tan ruidosa como quisiera, pero no le permiti
i muñeca y haciendo estallar sus muslos internos. Fui recompensad
más
con cada latido de mi corazón, hacie
, desde el momento en que escuché su voz, su carne comenzó a volverse de un tono rosado sens
obre su clítoris hinchado, se dob
mientras ahuecaba su vagina firmemente en mi man
su garganta me hicieron saber que rea
ría muy sensible y no podría negarle una liberación por mucho más tiemp
spuesta y que por supuesto, ella había disfrutado mejor que nada. Según ella, a mi sumisa le encantaba la sensación del flogger, así que decidí que esto era algo
ón sensorial de la venda de los ojos estaba causando que su vagina brillara con su excitación acalora
su cabeza se movía de una direcci
nté oscuramente, mi repenti
ido de mi mano conectándose con su glút
se por más. Nunca uno para decepcionar. Entonces, le di a m
í que nunca había conocido. Mi deleite en su reacción a mis nalgadas me hizo
nía que creer que después de est
que me incliné y chupé la voluptuosa carne de sus glúte
cielo, si realmen
profundo de su vientre; era tan profundo que
desees? Pue
o más, señor. Po
a, porque no dudaré en castigarte si
e, aumentando gradualmente el impulso y la intensidad de m
como para buscar nuevamente el impacto, mientras las
rótico y herm