zo Ga
había usado mi pistola en un intento de asesinato, mandé i
abeza?» Murmuré para mí mismo
n en el sector administrativo de la empresa? -
lemas - Lo hice de forma directa y concisa. Observé a l
cuant
s que resolver. - Lo di
leada recogió los pape
odos se quedaron sin entender mi reacción repentina
tra reunión con el asesor. Había pedido que reuniera a los miembros de mi pandilla para hablar sobre la expansión de
a próxima reunión, seño
ra de mis labios. - Prete
ta. Ya había utilizado mis contactos para sacarla de la cárcel. En este medio, ne
a través del cristal. Se quedó tan inmóvil como una estatua cuando vio mi a
pasos lentos. Le pedí a mi chofer que la siguiera, pero ella continuó c
se. Esperé a que la mujer de cabello claro m
beza, fingiendo
de ser lo más educado posible, pero
baja que mi abrigo largo parecía un vestido en ella. Nu
a cárcel? - pregunté
jó de caminar. Tal vez la noche en la
dientes, conteniendo la rabia para
to, alejándose un poco de mí. Suspir
cuando entró y se sentó a mi lado. «Bien», pens
tros, ella me miró de reojo varias veces
lguien im
ipo de importancia
ogió, parecía avergonzada. - ¡Lo siento! Es que pareces
é estás t
dome. ¡Esta es la segunda vez que me sacas de un apriet
or de sus ojos y en las prom
nseguiste e
Me
pero quiero ver hasta dón
Fruncí el ceño. - ¡Usaste mi p
única man
do mi arma - aumenté mi
de ese hijo de puta. Tengo medios para hacerlo, podría envi
asaba la mano por la barbilla, hubo un la
r - la voz temblo
re se calentó a medida que observaba cada
pital a ver a mi hij
reuniones ese día, cancelé una por la mañana y, para acompañarla a
ital del centro -
.
a
so. Salí del auto en cuanto ese hombre, algo arrogante, abrió la puerta. Aún no sabía las razones por las que lo llevaron a ayudarme,
marcaba sus músculos tonificados y sus anchos hombros. La tela de su chaqueta a medida denotaba riqueza
el padre de mi hija. Vi a mi pequeña s
perarme aquí
on vehemencia. -T
aría que saliera de la cárcel, y mucho menos con la ayuda de un dios griego
hablar con
de que pudiera terminar d
mirar al hombre a mi lado. - ¡
e acercó a él, la mirada fría de ese homb
lto. - Déjame hablar con él a solas. - Solo
altera de nuevo - Lorenzo fulminó a m
o el cuello para espiarnos, Susie estaba mirando a Lorenzo con shock
a que acariciaba el brazo ven
- pedí educadamente -, pued
a de la misma manera que cuida
él sabía cómo me sentía mal po
ustodia a una mujer que mató
Bella no sería fácil. Realme
s que pagues 500 mil dólares en una
en mis pensamientos. Lucca debía pensar q
pasé tanto tiempo dedicándome a la familia que no trabajé fuera. Por supuesto que no podrí
raté de mant
conseguir ese dinero y hacer cualquier cosa por ella. Necesitaba recuperar la custodia de mi hija y ponerla en la escuela como antes. Si Bella seg
eguí a Lorenzo hasta el auto. Como si eso no fuera
ujo salía del hospital, é
absurdo? - La mirada inquisid
- respondí, ignorando su demostr
ica solución - yo