ad del pequeño salón. Bajó las escaleras en busca de sus hermanas para darle la gr
rse de la insolente chica. Finalmente lo había conseguido. Se asomó a la v
hijo y único heredero de esta monarquía? ¡
rsación con su fiel emplea
reina, el hombre mostrándose indignado por e
pir en mi descanso? ¿Qué es lo que est
ado a pedirle disculpas a la hija
? -frunció e
rle y no darle el pago debido por la mercancía. Como su fiel empleado intenté confrontarle y hacerle
da como un gesto de desacuerdo
o te desautorizó f
mirada- Nunca lo vi tan interesado en defender a alguien como a esa rebelde joven. -con cierta inte
cuyo estatus social era inferior al suyo. En ese primer momento, se ocupó de mandar a uno de sus gu
ta de Anna, quien no sólo era distinta a sus otras tres hermanas, sino que además era muy bella, inteligente, avanzada pa
ar el dominio de ambos países. Pero, a diferencia de este, la reina Emma II, veía que un tipo de matrimonio como ese sólo resultaría al final un reinado compartido; y siendo ambiciosa como era, prefería enfrentarse a
a mujer que se convirtiera en una esposa sumisa, la cual po
a. Salió entonces del pequeño salón y fue hasta el área principal donde se encontraban reunidos los
nte a una multitud expectante, con la mirada serena y la voz firme. El silencio se apodera
, la Reina alza la mano
la elegida para desposar a mi hijo, el príncipe Rod
as todos los presentes dirigían sus miradas hacia la joven qu
sorprendido a su madre. La Reina Emma II continúa su discurso, elogiando las virtudes y cualidades de Elisa y expresando su confianza en que
a feliz noticia. El brillo de la luz de la luna que se filtra por las ventanas doradas parece iluminar aún más
isión correcta para el futuro de su hijo y del reino. En ese instante, el destino de Elisa y el príncipe Rodrigo estaba siendo sellado, y
rse con Elisa, la hermana de la mujer que realmente amaba! Aquello provoca una mezcla de emociones tumultuosas en su inte
anzas de casarse con la mujer que ama, Anna, se desvanecen en ese momento. Sus ojos buscan a
s y mantener la compostura frente a los presentes en la sala. Por un lado, siente el peso de la responsabilidad y el
nflicto interno y desgarrándolo entre el deber y los deseos del corazón. La sensación de sacrificio y resignación se apode
vaden su mente en
rás había sembrado en su corazón? ¿Cómo lograría olvidarse de sus sentimientos por ella y aquel deseo que ardía dentro de s
er como príncipe y futuro rey requiere sacrificios y decisiones difíciles. En su mirada se refleja la lucha interna y la tristeza de un hombre atrapado e