ría a b
icaba esto. Ella no me permitía saberlo; era despiadada. Au
oso y no tenía fuerzas pa
vo
que hoy i
i condena. Pero claro está que f
. Yo provoqué esto. Sola me metí en la
a pasado. Cuando lo intentaba, a m
l
u
na
los había asesinado a todos.
os con un destello púrpura. Me picaban los ded
errada llevaba s
lo dejara salir, que nada pa
n la verdad. Poco a poco, ella me susurraba y
empo que durar
os pasos,
lleg
í, me decía que esta rabi
deducir que eran al menos tres. Cada día venían, intentaban despertarla; s
ara que la dejes salir y te sigues nega
dió aparecer y tras
un miserable humano como tú no logrará matarme. Llevo en este mundo desde
uerida! -pude oír un tono burlón en su v
erida, ¿de
te das cuenta de que podría matarte sin ni siquiera moverme. Permíteme explicarte que
palabras. Tonto, ella quería asesinarte, ver correr tu inmunda sangr
Hipnotizados como estaban, uno de ellos se movía mientras los otros se mantenían quietos, embobados con mis palabras e
azte de esa estúpida venda -le ordené, sonr
rí mis ojos. Los humanos despertaron del trance, no me preocupa
ella regresó a lo más profundo de mi mente y me dejó sola contra estos humanos. Quienes golpeaban
facilidad. Su voz me pedía que esperara un poco;
o, las cadenas se rompieron y mis heridas se cu
dé en segundo plano. Quería que pagasen
sangre que era placentero. Sin moverme, con tan solo pronunciar una
bvio, al ser sirvientes de los dioses debería ser difícil acabar con ellos. Decepcionante. Eso pasa
de aquellos que se esfo
hemos acabado todavía! E
boca solo salían ofensas, por ello, no vi la n
a; se mantendría callado d
para curarlos. Cuando quedaron como nuevos retrocedí para evitar s
creer que tales golpes me dañaban. Jugué tanto con sus mentes que no notaron cuan
ieron el engaño
desesperación. Ingenuos, tan orgullosos que
no iba a ser piad
mí ni una pi
cuerpo, mis ojos brillaron por un
zos de carne de los sirvientes salieron disparados en
que se interponía en mi camino. Una fragancia maravillosa tomó m
ombre me detuve. Tuve la sensación
ra mi