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Historia

Capítulo 5 ¿Hamburguesas

Palabras:2802    |    Actualizado en: 21/09/2024

razón le llamaba la atención, tanto que no podía dejar de mirarlo, a

ma malvada, que solo lo estaba molestando como hacían muchos, pero no vió que se riera en n

la idea de que comería algo hacía que qu

as parecían no descansar. Aaron los observó distraído hasta

cionaba a un lado, Aaron pudo ver que estaban fr

r, Leandro no se desesperó ni se molestó por eso pues había not

coche y bajarse para rodea

enó y el menor no

nzando a caminar y Aaron lo sig

mbargo, en el momento en que cruzó la puerta de el restaurant

s presentes le dirigieron, que no pintaba nada en ese luga

el era todo lo contrario. Su rostro, bastante mal por los golpes que Patrik le había d

hasta allí y bajó la mirada, tratando de ignorar las del res

s pensamientos cuando escuchó l

- dijo el mayor diri

osas, personas que realmente podrían hacerle daño y tenía que saber identificarlas. Pero al mirar el rostro del tipo supo que no de parecía en nada a ellos, lo sabía porque conocía uno. Uno de esos que tomaban personas, sobre todo a los putos que ya no servían para hacer su trabajo. Se los llevaban y los ponían encima de una camilla

o el pelinegro chasqueaba los dedos de

el entrecejo fruncido.- te

ra curiosa lo abrió y observó el contenido de este. Se fijó en los dibujos de toda esa comida que se veía deliciosa,

uenta que se había entretenido por demasiado tiempo hasta que escuchó al mayor suspirar, haciéndolo estremecerse. Se apres

on el dedo. Leandro observó

no muy seguro.- Muy bien, ¿Acomp

ómo una chica vino con una libreta en su mano. Aaron pudo notar la mirada de reojo

rdenar?- preguntó amablemente y mos

pequeño gesto por cordialidad.- me gustaría pe

omar?- la chica anotó en su libr

ero el agua era lo que más se le antojaba pues tenía mucha sed, pero en lugar de responder volvió a

el mayor volvió a dirigir

¿Se le ofr

negro, s

le traemos su pedido.- la

as gra

a antes de que la chica se marcharse, ignoran

iento cuando volvió a sentir la pe

cho las hamburg

antó levemen

gió de

é, nunca he

os del hombre iban a s

- preguntó tan sorprendido que Aaron

e

solo se dedicó a hacer una pequeña mueca. Tras unos segundos pensó que no volvería a hablarle pero no podía estar más equi

n.- re

a letra de su nombre. No le dió mucho tiempo pues volvió a s

ajó lo más que pudo la cabeza, provocando que algunos me

ladrón.- sus

un poco la cabeza y

rece que si lo eres. Así se le llama a

. Un ladró

dos carteras que no te perten

lo que decía ese chico era verdad, pero por alguna razón el que lo llam

El

roba

pero silencio fue lo único que Aaro

e hombre dejara de verlo de esa forma, aún a

.- confesó par

pelinegro pensar un momento.- ¿Y tus padres?- pero la pregunta

en el mayor y arrugó la nar

a sabido con claridad, el tiempo no era algo que tuviera much

a normal que una persona no supiera su edad, así

l de sus amos, los cuales recorrían las calles controlando que los chicos hicieran su trabajo. Aaron había sentido mucha curiosidad y no había podido evitar preguntarle que por qué a los dieciocho. Recor

uedado al castaño g

eciocho puedes ha

chulos que controlaban a los prostitutos, lo había matado de una golpiza y solo se

el que cumpliera dieciocho. Miraba las estrellas todas las noches y se preguntaba si habría algún

ello con suavidad, estaba de buen humor así que Aaron pensó que era el mejor momento para hacerlo. La respuesta del hombre fue una pequeña risita y luego le preguntó que por qué quería saberlo, Aaron no supo que

fue

- el mayor alzó una

quirió para ver como

la mesa con cuidado. Los ojos de Aaron bajaron instintivamente hacia los alimentos y sus ojos se ilumi

frente a el, quien aún lo miraba. Al pasar unos segundos y ver que el menor no tenía in

omida y comenzó a devorarla en cuestión de segundos. Leandro se sorprendió al prin

te vas a atragant

a dejar de mirar al menor que devoraba lo

al sentir su sabor, cuando pudo sentir el queso en su

recer era la bebida que había pedido. Se apresuró a tomarlo y se lo llevó a los labios pero al parecer debería haberlo tomado más despacio pues

pido algo con efervescencia.- le inform

oco más volvió a at

nsado del silencio.- ¿Que tal tu primer

llena y aunque Leandro tuvo ganas de

agar lo que ya tenía, pudo ver c

char que estaba entreten

un ladrón y que no te gusta robar, qu

se sorprendió a si mismo al no saber de dónde

maneras despertantes y jamás se

tado si no te ayudaba a escapar. Y estaban en todo su derecho de estar enojados porque les has robado, yo también me enojé.- pudo percibir que esas palabras lo pusieron aún más nervioso.- pero como ya te dije, yo n

e aunque no parecía que eso fuera lo que

- esas palabras lo dejado petrificado, t

un sentido a lo que acababa de pedirle. Pero parecía

gares donde pueden darte comida, puedes decirle eso a tus papás, pero no tienes que seguir robando. Eso es

a ansiedad pensar en que si ese chico seguía haciendo eso, terminaría muy mal. No era asunto suyo

aunque pasaron unos segundos antes de que ll

si

ió satisfecho y s

terminado su comida, tenía las mejillas

a cartera, y de ahí saca una de sus tarje

dice.- espérame aquí sentado, en cuanto

asta el mostrador con su tarjeta y una vez pagó la comida volvió hacia su mesa listo p

abía

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