de
yo nos enredamos en una discusión, una completamente
manos de mi madre temblaban mientr
enfrentando. Salgámonos de aquí. Vamos a b
mos con la cabeza. Las tarjetas estaban
nunca cargo dinero, siempre uso
ó John-. Todo mi ef
también solo usaba tarjet
añana, y el rugido de mi estómago sólo aumentaba mi mal humor.
mos preparar algo de comer. También necesita
to de asco-. ¡No! Eso es para po
ué podemos vender para al menos conseguir algo de comida -dije, dir
a? Vámono
zándose de brazos-. Nos moriremos de hambre si no aceptamos
y me acerqué a mi madre. -¡No, m
Podemos aceptar la oferta de trabajo mientras tú, con tu porte seductor y tu aire conquistador, recuperas su corazó
ca, mamá!
fácil? Ahora vamos a golpear la puerta de tu e
to. Pero eso no significa que yo la voy a reconquistar. Olvídate de
ilia. Diane, por su parte, estaba encantada con la idea; admiraba a su excuñada. Los cuatro nos dirigimos d
mos unos santos rebosando en un mar de sinceridad, queríamos hacer algo ma
nos de desprecio por mi familia. Podía notar como ella cada segundo recordaba los malos t
la primera
arlotte. El hecho de que vayamos a aceptar tus condiciones no significa que est
ernos allí, humillados y sometidos a sus pies, como si no valiéramos nada. Arqueó sus ceja
aciones -dijo Charlotte con una sonrisa. Diane, emocionada, se acercó rápidamente a ella. Aunqu
ne con entusiasmo-. Para mí es
etra pequeña. Era su primer trabajo; ¿qué podía perder? Luego, sin más objeciones, Mamá y papá se acercar
a la idea de trabajar para Charlotte, menos aún e
e-. Faltas tú por firmar. ¿Pod
xclamé-.
r contigo sobre tus
, casi con alivio-. Vámonos, e
u mente, podían surgir recuerdos de nuestro pasado juntos, cuando comenzamos nuestra relación y juramos ama
de romper el silencio-, dime, ¿q
había nada especial en el contrato. Solo quería tenerme a so
lamé, sacándola de
mpresa -dijo finalmente-. Si no consigues nuevos co
al si me despides, Charlotte. Solo acepté porque mi familia
ues en otro lado. No vale la pena tomar un empleo si lo haces solo por el salario bá
cómo la sangre me hervía ante sus palabras.
rlotte? ¿Por qué e
nterior los nervios la estaban matando y el vacío en su estómago ardía, la cono
como tú no merece nada más. -resp
ayudas a mí y a mi familia? ¿Cuá
e buscaron y apelaron a mi misericordia. Pues eso les est
lo permitía. Me costaba admitir cuánto me atraían las curvas definidas de
otte. No eres la mujer con la
giró hacia
malvado mayor hablando de maldad, valga
pero ¿qué sentido tendría
no me apetece tenerte más en mi ofici
a acercarme a Charlotte y ro
erpo. Charlotte entreabrió la boca, intentando ahogar un gemido, pero su cuerpo fue traidor. -Puedo asegurar que
a mí, con la respiración entrecortada y los ojo
cuerpo antes de que llame a seguridad. -replicó furiosa, mir
o la atrapé con ambas
centímetro de tu cuerpo -le dije, sabiendo que el fluido involuntario entre
! -dijo con furia, pero
arlotte abrió la boca, dejando que mi lengua la dominara. El beso era abrasador
me con fuerza. Gemí al sentir su roce, pero de repente, se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se separó abru
rme? -exclamó Charlotte, la furia en su voz
díbula y le so
conozco cada rincón de ese cuerpo. S
aunque era evidente que le había encantado-. Ahora, si
escritorio y firmé el contrato. Ahora, oficialmen