img La Baronesa de la Mafia  /  Capítulo 1 Lo que una vez fui | 2.70%
Instalar App
Historia
La Baronesa de la Mafia

La Baronesa de la Mafia

img img img

Capítulo 1 Lo que una vez fui

Palabras:2277    |    Actualizado en: 19/03/2025

ual

ia, I

ia

revelación o un despertar brutal, como si de pronto nos arrancaran la venda de los ojos y nos obligaran a mirar la maldad de frente. Esa maldad que no solo hiere, sino que despoja, que arrasa c

os el paso a cualquier cosa que pueda desmoronarnos. No hay lugar para sentimentalismos ni para la fragilidad, porque ya sabemos lo que significa caer sin nadie que amortigüe la caída. Por

feliz con el hombre que amaba, y ese fue mi error desde que me involucre con Vito. El amor me cegó, olvidé que él no era un tipo común, sino el hijo de un cap

egurado. Lo cierto es que mi felicidad duro muy poco, mi pequeña burbuja se rompió de una manera inespera

ías añ

mo, S

a mínima expresión que logra hacerme olvidar, por unos instantes, en qué mundo vivimos. Pero no soy la única. Vito lo observa

e el auto, haciéndome aferrar con más fuerza al bebé. Vito levanta la

mi hijo. ¿Cuál es el apuro por llegar a casa? -protesta con ir

fuerza el volante, sus nudillos están blancos. Cuando habla, s

alimos del hospital. No creo que sea la policía... ya nos habrían ce

llas. Pero lo que más me alarma es la mirada decidida de Vito. La conozco demasiado bien. Casi sin darme cuenta, cierro lo

ad de quien ha hecho esto demasiadas veces, gira el cañón, revisa el cargador y desliza el

del espejo retrovisor. Luego, sus ojos ruedan hacia mí, más suaves, casi suplica

o en

.? -mi voz se quiebra y siento mis

onido seco, metálico. Mi cuerpo se tensa al instante. Los disparos

río recorre mi espalda mientras l

razo se extiende de inmediato, cubriéndonos con su cuerpo como si él solo

uro maldice entre dientes, luchando

sta que te lo diga! -exige Vito, su voz cargada de urgenci

ra! -ruego, mi voz apenas un

tentar ganar tiempo para que puedan escapar. Luego arrancas a toda velocidad sin mirar atrás

z firme-. No hace falta que diga

ozo, sintiendo que alg

n sus ojos, solo determinación. Me sostiene el rostro con una mano, su pulgar a

Oriana.

a y, antes de que pueda detenerlo, desaparece en l

ta se recorta contra la calle iluminada por los faros. Con movimientos calculados, se cubre tras la

que pasa nos ale

ga que me dejó con el alma destrozada y el corazón hecho pedazos. Pero lo peor

, tuve que enfrentar una realidad aún más cruel. Mi suegro me mandó a llamar a su despacho. No imaginé el mot

lágrimas, aun sollozando, aun sangrando por dentro. Pero su

ecesitamos hablar de

. Lo miré con incr

ldita reunión con uno de tus aliados? ¿Eso es? -gruñí, sintiend

cambiarlo. No sirve lamentarse por s

cia me encen

opia voz-. Vito era tu hijo, tu sangre. ¡Deberías estar buscando a

s se af

lo. Estoy preocup

con el pecho ardie

achos a encontrar al cabró

n su silla y me observó con una

ción tiene sus pros y sus contras: dinero, poder, enemigos, l

í el

ntiendo que no me iba

e me heló la sangre-. Estoy envejeciendo, perdiendo e

mago se

en este asunto? -reclamé indignada

s de mi imperio. Si no actuamos ahora, si no defen

o me recorri

ntido -murmuré, sintiendo c

que me hizo estremecer-. He visto cómo te desenvuelves con aplomo y segurida

fuerza. No podía estar

oy una mafiosa, soy una baro

Su mirada se clavó en

mi nieto viva, te sentarás a defender mi i

pequeño Renato. Y en ese instante, lo entendí to

ca y calculadora para dirigir el imperio de drogas de los Gambino. De esa ingenua que una vez fui, ya no quedan rastros. Ahora la mayoría pien

como el amor, yo no hice las reglas las aprendí a golpes. Pero no significa que no tenga sex

en la mano y repaso mentalmente los detalles del próximo embarque de droga. La brisa marina acaricia mi piel, p

ronronea el idiota, su voz espe

vimiento seco, me aparto de su a

con voz aterciopelada, curvando los labios

pasos hacia el baño, y en cuanto desaparece, deslizo la mano dentro de

iminarlo. Pero antes de que pueda dar el primer paso, l

o, conteniend

sin avisar? -espetó, fulminándolo con la

vertencia y su expre

e revuelcas con tu amante de turno -espeta

an. Giro el arma en mi ma

manito. No ten

za un paso y

ave, con un dejo de tensión-. Era normal, demasiados kilos de cocaína, mucho dinero e

i mano tiemb

usurro, mirándolo

chaste. Y es

pero no dejo que se note. Aprieto la

murmuro con veneno-. No me mires así, Tiziano. Si sigue con vida es porq

ilencio, pero su expr

ono pesimista-, su retorno tr

a, reprimiendo la furia q

erda descubriste? ¿Qué más pretende Franco? -añado con dudas,

img

Contenido

Capítulo 1 Lo que una vez fui Capítulo 2 Jugando con fuego (1era. Parte) Capítulo 3 Jugando con fuego (2da. Parte) Capítulo 4 Jugando con fuego (3era. Parte) Capítulo 5 Un pacto arriesgado (1era. Parte) Capítulo 6 Un pacto arriesgado (2da. Parte) Capítulo 7 Un pacto arriesgado (3era. Parte) Capítulo 8 Un paso más cerca de ti (1era. Parte) Capítulo 9 Un paso más cerca de ti (2da. Parte) Capítulo 10 Un paso más cerca de ti (3era. Parte) Capítulo 11 Un paso más cerca de ti (4ta. Parte)
Capítulo 12 ¿Un error o un acierto (1era. Parte)
Capítulo 13 ¿Un error o un acierto (2da. Parte)
Capítulo 14 ¿Un error o un acierto (3era. Parte)
Capítulo 15 ¿Un error o un acierto (4ta.Parte)
Capítulo 16 Lo que sentimos (1era. Parte)
Capítulo 17 Lo que sentimos (2da. Parte)
Capítulo 18 Lo que sentimos (3era. Parte)
Capítulo 19 Lo que sentimos (4ta. Parte)
Capítulo 20 Propuestas, charlas y más (1era. Parte)
Capítulo 21 Propuestas, charlas y más (2da. Parte)
Capítulo 22 Propuestas, charlas y más (3era.Parte)
Capítulo 23 Propuestas, charlas y más (4ta.Parte)
Capítulo 24 Abriendo el corazón (1era. Parte)
Capítulo 25 Abriendo el corazón (2da.Parte)
Capítulo 26 El rostro del enemigo (1era. Parte)
Capítulo 27 El rostro del enemigo (2da. Parte)
Capítulo 28 El rostro del enemigo (3era. Parte)
Capítulo 29 El rostro del enemigo (4ta. Parte)
Capítulo 30 Las cartas sobre la mesa (1era. Parte)
Capítulo 31 Las cartas sobre la mesa (2da. Parte)
Capítulo 32 Las cartas sobre la mesa (3era. Parte)
Capítulo 33 El infierno desatado (1era. Parte)
Capítulo 34 El infierno desatado (2da. Parte)
Capítulo 35 El infierno desatado (3era. Parte)
Capítulo 36 El infierno desatado (4ta. Parte)
Capítulo 37 Mi vida contigo (1era. Parte)
img
  /  1
img
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY