: Desperta
s atrás, algo que le había dado vueltas en la cabeza, ya estaba lista sobre la cama. El encaje negro, delicado pero audaz, la esperaba. Sin pensarlo demasiado, se deslizó en el conjunto. Al principio, la tela se sentía extraña contra su piel, pero al instante notó cómo la tela ajustaba sus curvas de una manera que le hacía sentirse más... ella misma. ¿Por qué nunca había pensado en eso antes? Se miró en el espejo del armario, sorprendida por el cambio instantáneo en su reflejo. Ya no era la mujer reservada y sumisa que había sido durante tanto tiempo. Algo se había encendido dentro de ella, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió poderosa, deseable. Con una mezcla de excitación y nerviosismo, llamó a Melisa. -Melisa, ¿puedes subir un momento? Quiero mostrarte algo -dijo, sin poder evitar la ligera sonrisa que se dibujaba en sus labios. Al poco tiempo, la puerta de su habitación se abrió suavemente, y Melisa apareció en el umbral. Jennifer no pudo evitar notar la ex
ento ambas se quedaron en silencio, absorbida
derar algo en ese mo
jo con una sonrisa juguetona, mientras se acerca
ió con curiosidad. Dentro, encontró un par de esposas de juguete. Algo en su interior hi
nos. Su tono era más ligero, pero una parte de ella sabía
de Jennifer, soltó una risa
alir de la rutina. Si te hace sentir más... conectada, ¿por qué no? -
solo de las esposas o de la lencería. Había algo más en el aire entre ellas, una c
misma, algo que podría cambiar la dinámica de su vida y, tal vez, de su relación con Damian. Pero tam
trarme esto -dijo J
uevo, su expresión
amos para ver las cosas de otra manera. Solo asegúrate de que sea
una manera, ella estuviera ayudando a Jennifer a abrir una puerta a un nuevo capítulo, uno en
silencio, Melisa pareció
alguna vez necesitas hablar o simplemente alguien con quien compartir,
las circunstancias, sentía que había algo especial en la forma en
elisa. Lo a
na última sonrisa antes d
isa y reservada. Había comenzado a despertar una nueva parte de sí misma, una que deseaba explorar y comprender.
-
ibió. La quietud en la casa era inusual, y por un momento, se preguntó si algo había cambiado. La se
e dirigió hacia la puerta entreabierta. Un suspiro se escapó de
ela de la lencería se adaptaba a sus curvas, y sus ojos brillaban con una mezcla de seguridad y algo más..
su voz más suave de l
risa. El aire entre ellos se cargó de algo palpable, como si la simple
sin poder ocultar el nerviosismo qu
acía. Había algo en la forma en que la veía que era más profundo que simple atracción; era como s
ó, y una sonrisa casi imperc
to fue eléctrico, y aunque el deseo de abrazarla y besarla con intensidad era inmedi
o en un susurro, su ton
una mezcla de admiración y cariño, la hizo sentir más conectada con él que en mucho tiempo. El control que siempre ejer
Su deseo por ella, ya latente, creció con fuerza, pero algo dentro de él le decía que debía ser má
ada, pero sin prisa. Sabía que había algo especial en ese momento, algo más allá del
ontraron en un beso suave, pero cargado de emoción. Los labios de Jennifer respondieron al suyo con la misma inte
do lo que no decían con palabras. En esos momentos, el mundo exterior desapareció
necesitaban no era apresurarse, sino disfrutar de cada momento. La
ifer respondió con una sonrisa, su rostro ilumi
, cariño y deseo mutuo, sin apresurarse, solo dejando que la i
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