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Historia
Cenizas que susurran

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Capítulo 1 La ofrenda de ceniza

Palabras:1020    |    Actualizado en: 18/06/2025

os de Nareth no traía

e nadie intentaba apagar. Era el tributo al Fuego Mayor, decían. Na

or la choza. El rostro de la mujer, marchito por la fiebre y los años, seguía siendo hermoso para Asha, no por lo que most

susurró su madre. Sus la

sto compresas toda la noche, pero el calor no bajaba. Ni las hierbas. Ni

tenía lágrimas. Solo ceniza en l

nos rituales co

e estr

os. El sol apenas se asomaba sobre las cum

co había tenido tiempo de ser mujer. La pobreza en los Alto

. Las túnicas debían cubrir el cuerpo, borrar las formas, anular la

mano huesuda y en ella sostenía una trenza de ca

dijo. Su voz era m

llo. Sintiendo una quemadura

eres. Aunque te

frente febril y salió. No

jóvenes, todos con la edad exacta, todos silen

Algunos decían que eran convertidos en servidores del fuego. Otros, que eran quemados vivos como ofrendas para alimentar la llama sag

recibía pan. Hierbas. Carbón

un sacr

un t

o cruzó el cielo como una herida llameante

ibeteados de cobre. Su rostro cubierto por una má

a tierra. El Custodio se detuvo frente a los jóvenes. El aire se hizo

bía tras esa máscara. Algunos decían que los Custodios ya no er

tad de la fila, Asha

z rompió el aire como un cu

. Lentamente, levantó

unísono. Murmullos

fue t

siguiéndolo. Las piedras estaban calientes bajo sus pies desc

fuego ante ella. Flotaba. Vibraba.

o dolor. Solo un destello, un zumbido

rir los ojos, ya n

as entrañas

nea, iluminada por vetas de magma que corrían por las paredes como ríos vivos. Cé

siguió. Su cuerpo comenzó a sudar, su corazón latió

res con rostros cubiertos por velos carmesí, y un ancian

o una de las mujeres, com

tió, y se retiró

sola fren

ordenó el

ecordó las palabras de su

jo el anciano-. Serás c

O de ofrenda.

No tembló. Era f

o con ceniza aromática y le marcaron la espalda con un símb

no oscuro, y un collar de hi

e piedra. Con otras tres jóvenes

ha

ue llegaría a la choza. En las h

e sufrimiento

na ardía en lo alto d

pezaba a entender lo que si

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