erte". También era, irónicamente, el
ña calma se había apoderado de mí
jos llenos de sosp
io", dije simplemente
se vistió, con movimien
mientras el sol comenzaba a hundirse en el horizonte, pintando el cielo en tonos ardientes de
ró en la barandilla, el viento azotando su cabell
ológico, en el que había estado invirtiendo su vida, estaba a punto de lanzarse. Sabía por la
inflexión en su
del mundo", le pregunté cu
la vieja frialdad en sus
agaría, rescindiría nuestro contra
e para mirar el atardecer.
da era exquisita, la champaña estaba fría. El sol era un perfecto semicírculo de f
to. Él apenas
teléfono so
talla brilló en el
ena de pánico y lágrimas, era audible
he me atropelló...", sollozó. "Tengo miedo.
os por una mezcla de pánico y disculpa. Era la p
.", c
Deberías ir", dije
", tartamudeó, luciendo genuina
nto", dije con calma, repitiendo las palabras
cubierta. "Tienes razón. Lo siento, Valeria. Te l
me miró por un momento largo y extraño. Vi algo parpadear en sus ojos, algo que nunca
ó corriendo del yate, con el
queña y triste son
é al aire vacío. "No h
nte. El cielo se tornó de un profundo color púrpura amoratado. Las luces
curo se me acercó. Era el ho
Clements", dijo, usando mi
plan de n
llo similares. Se le vestirá con su ropa. Organizaremos una caída desde la cubierta de popa. Las corrientes son fuertes aquí; será descub
Sin compli
eclarada muerta por la mañana.
do. Una muerte perf
el muelle, eché un último vistazo al brillante h
Saqué mi teléfono del bolsillo, partí la tarjeta SIM
el coche que me esperaba para lleva
mi regalo final. La malvada villan