vista d
suspendidas en el aire
us lágrimas ensayadas convirtiéndos
ró al brazo de Alex, enterrando su ros
pura furia, envolviendo a
ue has hec
vacío. Era como ver una obra de teatro donde conocía las
elante, su rostro una
casa de Karla. No tiene a dónde más ir. No
despierta durante setenta y dos horas seguidas para salvarla de ser despedida. La mujer que había llorado en mi hombro durante semanas después de s
y yo estaba en el lado equivocado. Todo su apoyo esta
o tuyo, Brenda -d
son nuestros amigos! No puedes simplemente hacer una escena y espera
o vago entre
s a echárselo en cara para siempre?
culpa. Pero yo ya estaba entumecida. Observé su boca move
ta desde los veintidós años, obligada a criar a la hija de mi
Alex, con los ojos rojos e hinchados.
e sea. Por favor, no me hagas irme. -Su voz er
te pudiera hacerlo. Retrocedí, apartand
ento pequeño
hacia atrás con un grito dramático, colapsa
titud
un lado -un empujón real y contundente
tás bien? ¿T
era cuando yo era la que yacía en el suelo con la cabeza sangrando. La visión de ello fue un golpe
la pierna-. Creo que está torcido. Ale
arado y calculado. Una
tiernos. Mientras se ponía de pie, me miró por encima de su homb
o de ti, Amelia -dijo,
evó a la casa, dejándome sola
s en mi muñeca de una época que no quería recordar, una época de
dena y desprecio. Brenda negó con la cabeza, una mirada de profun
r a otro lado. Est
o en tonos bajos y sentenciosos, e
edo cr
re K
ha sido t
que había construido, la gente a la que había llamado amigos, y sentí u
fuerte ahora, más clara-. Tod
mujer que apenas conocía, la acomp
No te queda bien. Con razó
e ello me rob
illetas desechadas y vasos medio vacíos, Brenda fue la últim
como si compartiera un secreto-. Cua
iré, sin
sp
ama. Solo necesitas ser l
ás de ella con un suave clic, sellánd

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