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Historia
Venus. Luz y oscuridad (Serie «Chichas guerreras» I)

Venus. Luz y oscuridad (Serie «Chichas guerreras» I)

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Capítulo 1 Venus

Palabras:1954    |    Actualizado en: 29/06/2021

tía es

re jóvenes que se desfasan y que beben hasta la inconsciencia, que vi

ad no era co

ano mayor. Sin embargo, pronto me di cuenta de que no satisfacía todas mis necesidades, puesto que el programa de fútbol femenino no era l

a pensado en más de una ocasión que aquello era una locura, como lanzarse a unos leones hambrientos. Estaba lejos de mi familia, depe

o cr

enemos un

o me había dejado baldada y lo último que quería era escuchar uno de sus dramas ex

opa de vino en mano. Apenas eran las nueve de la noche y ni siquiera habíamos cenado. Solo esperaba no tener que lidiar

ell B

os en blanc

hecho e

n mi sombra y, lo peor de todo, ¡me ha taggeado! ¿Se puede ser más idiota? Por su culpa me ha empez

uscriptores y miles de seguidores en sus redes. Por desgracia para mí, estaba estudiando el mismo grado que yo y compartía

é-. ¿No le has dich

e encogió

que mañana le cantaré las cuare

años que llevábamos allí; es más, ni siquiera había c

pos y culebras de su boca. Era muy guapa y sabía que varios chicos de nuestra clase suspiraban por ella. En los años en la que la conocía, no la había visto con nin

gracias, juro que hundiré su carrera

vivir y estudiar juntas, apenas podíamos hacer una vida universitaria normal. La envidiaba. Fantaseaba con tener u

ro altercado con los del equipo de fútbol masculi

la man

as guapas. Ya sabes que las del equipo femenino no les caemos bien porque se creen sup

e un don para frenar

on ella. No solo era buena en el campo, era u

o al pensar e

do por una tontería que ha dicho otro de s

¿Otra vez os ha l

jugase al fútbol y fuera menos femenina fuera etiquetada de aquella manera. ¿Acaso las c

mos mejores que ellos. Te juro que, de hacer un partido mixto, chicos

de esa manera y de que, además, intent

cuando su secreto salió a la luz, cuando decidió hacer el gran cambio. En Nueva York había muchas personas que rechazaban su naturaleza y, por ello, no dudó

i bien el miedo a que la rechazaran y descubrieran su secreto estaba ahí presente, no vivía en el pas

evitar que pensara en todo l

Son solo unos estúpidos que se creen lo más de lo más porq

ugado las finales nacionales y asistido como equipo invitado a los mundiales de fútbol femenino, no me parecía nada justa. Éramos tan buenas como los chicos, pero eso no le interesaba a los de a

era una p

ó el

qué el fútbol no puede también

lé con

s chico se espera que hagas cosas de chicos, como ser fuerte, no llorar y hacerte el héroe -me quejé-. Son unos estereotipos de mierda. ¿Por qué, siendo mujer, tengo que soñar con ser una p

otivarás a miles de niñas a perseguir sus sueños a pesar de que estos no si

ñón. No solo estaba triunfando en Broadway y había tenido varios papeles secundarios en películas exitosas; cuando yo era pequeña su madre apareció así como así y armó mucho revuelo en nuestra familia. No sé cómo había tenido el valor para dar e

l es mi opini

sé,

tuviera un baño privado en mi propia habitación, que no tuviera que compartirlo con nadie. Me había acostumbrado, desde pequeña, a tener que esperar a Kevin o mamá, aunque cuando mi hermano mayor se marchó para vivir con su mujer, Hayley, me di cuent

abía enganchado a las dos hasta que Dest

y estoy echa polvo. No te acuestes muy tar

sacándole la lengua

ercarse tanto a mí y con las que podía permitirme el lujo de bajar la guardia y estar a gusto. Era muy selecta con mi grupo de conf

amos hecho bien y qué no. En ese aspecto era muy perfeccionista y no me gustaba que hubi

armario, en el zapatero y debajo de la cama. Era muy tiquismiquis con mi rutina de sueño y sabía que no dormiría tranquila de no hacerla. Leí un

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