la acusación, todos trabajadores del palaci
de arroz cuando vieron por el rabillo de una madera a la princesa conversar amenamente con uno de los g
cie de soguilla en la boca para que no hablase. ¿Ella confabulando con el e
de detalles ganándose la confianza de los repre
Mitros, según la ley se decreta la potestad del demandante a decidir por la vida del bebé en camino y de la m
ipe Herald Hyde de Garicia, aclama por la
escuchado tal sentencia hacia una princesa. La muerte del bebé era insólita, en cambio los h
soguilla, llorando y deseando desatarse.
no. Lloraba
claramente a Eva de Mitros, fornicando con el príncipe Jone Pride. Hemos hecho las verificaciones concretas de la veracidad
se dejaban de escuchar en todo el salón real; se sentía derrotada, destruida por quienes amaba, se sentí
l, la princesa Catherine de Mi
y nada más que la verdad frente a Di
pondió sin mira
no, t
do en contra de su herma
familia, por mis padres. Su adulterio ha dejado en el oj
¿Dónde estaba usted l
z por ella, iba a tener un bebé y un esposo que la amaba; es entonces cuando pasaba por su habitación, la puerta s
ura que no era el
el color de cabello, era un hombre de cabel
os, ¿las t
s fotos fueron tomadas un tiempo después del d
rimera vez que Eva de Mitros fo
ropia hermana, su sangre, la persona que era su modelo a seguir la estaba apuñalando por la espal
sí
res la tildaban de mala madr
aición, por su engaño. Había sido un tonto todo ese tiempo, no se había dado cuenta del tipo d
l príncipe Herald - Es un peligro para el reino
a soguilla. ¡No! Por fav
e, le partía el corazón ver como las personas que amaba la juzgaban sin detenerse, sin compasión por una mujer em
nzado embarazo de prin- ... Eva de Mitros impide
e seguro? - preguntó
posible acabar con la vid
bajo las sombras, algunas personas lo estaban, como Livene; quien lo había llamado por ayuda hac
ro! - Aclamaron los re
cisión final - Su majestad, mi rey, le pido me conceda
- susurraba Regina desde una esquina del
e - conce
traición y adulterio en contra de la realeza y reino de Garicia. El pueblo ha decidido, se condena a Eva de Mitros y a su h
ar por justicia, lloraba por su hijo quien no vería crecer, quien no vería su carita pequeña, a quien no criaría con a
ad, por
¡Destierro! ¡Destierro
arse de l
sido erradicada, por lo que es mi deber sentenciar a Eva
e Eva volvió
a esperanza que su
, pero tendría a
e d