ra
ero de un mes a sus empleados y los familiares de éstos. Tía Yulia me invitó a ir con ell
o sacármelo de la cabeza. ¡Theos, que hombre! Ag
a que algo muy feo está sucediendo. Los pescadores aseguran haber visto al mismísimo Kyrios Alexandros patru
del pueblo en busca de un revolcón sin importancia, pero no lo consigo. No logro
y jo
0
imbra. Gruño bajo la sábana y
qué carajos q
íe en mi oído.-. ¿No has encontrad
como para llamarme a las...miro el reloj...once y cincuenta de la noche, pero
abios. Juega c
mi número? - preg
bastante amab
le
se los doy yo misma a ésa persona, es que ésa persona no
mi oído.
u voz desciende una octava, es un susurro gutural
rdo el
esto, muchachi
? Si, si, por favor. Jue
tidad. - le respond
rro, me gusta. ¿Puedo intentar qu
,
ar y acaricio la humedad y calor entre
toques
e levanto de la cama, dejando el celular y me dirijo
ahí? - p
quí e
pregunta... ¿Qué trae
es la verdad, ésta noch
l también ha estado pensando en mi, al punto
r Amíntoros, ¿
amentablemente. Mis ropas so
Siempre lleva el mismo estilo y
cama? - inte
, S
te las cosas muy claras, tú pre
í e
mos que no nos conocemos
al número equivocado. Chao.
raba. Comprimo mis labios, he arruinado la posibil
do sin dejar rastro y ahora llamando como si nada, a éstas hora
a. ¿Debería manosearme? El pensamiento es deprimente. Lo que
me pongo una bata de casa y ni siquiera me molesto con la ropa interior. Bajo la escalera, abro la puerta y...
tr
ágiles y tienden a asustarse fácilmente, les intimida mi seriedad. Pero ésta, ésta muchacha es capaz de seguirme el ritmo bastante bien. Sospecho que es una
mos, la tela tiene bordados. Su postura denota descaro. Una de sus manos descansa ropa interior. Bajo la escalera, abro la
tr
ágiles y tienden a asustarse fácilmente, les intimida mi seriedad. Pero ésta, ésta muchacha es capaz de seguirme el ritmo bastante bien. Sospecho que es una
de bata, de tirantes delgadísimos, la tela tiene bordados. Su postura denota descaro. Una de
esca pero la calentura en su bajo vientre se ha encendido en cuanto ha abierto la puerta. S
tiempo hubiera sido u
llamada, muchachita. -
ué vas a hace
venido a follármela y está
ontra mi erección. La empujo dentro de su apartamento y cierro la puerta con mi pie. Po
o mi mano en su nuca y rompo el beso mirándola a los ojos. Se m
unto irónico. - Voy a dar
obladillo bordado de su bata y descubro su delicioso trasero. Es redondo, firme y carnoso, tiene la forma de corazón que
vienes sin hacer el menor ruido. Me gustan los
exo está tan mojado que sus jugos corren por sus muslos. Acaricio su otr
s. Está más que lista, sospecho que si los muevo un par de veces s
mos progresando. Le meto mis dedos índice y corazón en la boca y
n es entrecortada. Me desabrocho el pant
ísimo
ca y pongo ambas manos en sus caderas. Su cintura
fondo y me la foll
i
odita n
omo si el mundo fuera a acabarse hoy mismo. Su miembro está tan duro dentro
sus embestidas, no mintió, está fallándome como lo
o, en esto, Señor
e digamos, si co
ña, como si me odiara.
tr
aborearlos. Aprieto sus pechos con mis manos, suavemente y arquea su espalda. Mmm, le falta poco. Recorro su abdomen con mis
a y se contrae rítmicamente alrededor mío. Le doy la nalgada más dura de todas y gruñe. E
. Y ésta vez si gime. Sus gemidos son entrecortados y todo su cuerpo se convulsiona. Fin
o dentro de ella, pero ret