s mejores trajes. Las mujeres estaban envueltas en vestidos que parecían de
e juego mental de contar cuántas sonrisas eran reales y cuántas eran falsas. Con el tiempo
, y más a mi padre. Al parecer, ser dueño de una empresa que seguía creciend
orque así podía estar cerca de Erik, mi hermano, quien no le prestaba
ra, me acerqué a mis padres para hacerles
con personas que no conocía de nada, pero que me saludaban y ala
los comentarios tan imprudentes que ella tanto adoraba hacer
había construido un camino y conocía su verdadera valía; decía lo que pensaba sin más y se pasaba por el Arco de
empresas McCartney, estaba desesperándome, así que le hice una seña a papá para informarle que mi t
su espalda y todos fijamos l
reció al instante y fue reempla
sus ojos en la alta y delgada mujer, de
me sentí más que incómoda, porque parecía estarme escr
para apreciarlo en traje y tuve que rec
s, y el traje se ceñía a la pe
n nada en particular, sólo para
a dicha de verlos-dijo mi mad
y me miró entonces. No, corrección, me escaneó de pies a cabeza
ue Alexander, su hijo, compartía con ella muchos rasgos; entre ello
re carr
ito discutir algu
ió y se alejar
o por segundos que parecieron años y la
ranzas de que mis padres me lo contaran alguna vez, porque siempre cambiaban de tema cuando a Erik
rviosa y me despedí con
dos en mi espalda, pero lo ignoré, porq
lo más profundo de mi mente, incluso aunque quise a
a mí cabeza durante