co bajo el techo de un establecimiento abandonado, decidí encender mi celular y llamar a mi mejor amiga pa
odo pulmón, con un entusiasmo
jé la cabeza para evitar las miradas curiosas-. Por fa
nos, pero luego se detuvo a pensar y baj
una vez más para dejar salir el aire atascado en mis p
ue fruncía el ceño y me observaba con fijeza-.
a, porque esa era la misma pregunta que en mi mente había estado navegando, sin encontrar un rumbo fijo. No
ió su número de celular -respondí desanima
e merezca saberlo. Puedes ser madre soltera. Hay muchas en el mundo y nadie s
o que esa idea no me emocionaba mucho en ese instante. Nunca me hab
su bocado de medialun
replicó mi amiga e hizo un chasquido
radas de los demás, porque mi amiga estaba tan entusiasmada
amiga, cuando la vida quiere ponerte a
ullé y tapé mi rostro con ambas manos-.
anos con las suyas para l
on firmeza-, y, en segundo lugar, si no le simpatizaras a la vida no tendrías vida den
a, aunque Mell en su alegría ni siquiera lo notó. Se a
? Viene un nuevo integrante a la dinastía Gra
a de aire antes de responder co
lo único que hizo fue hacerme sentir más culpable -murmuré y al final de la frase se me quebró la voz-. No entiende qu
sto. Además, se supone que ya para estas fechas estarías casada ¿no? -argumen
é porqué no me cuidé, que debí protegerme -agregué en voz baja mientras revolvía el
ógica a cuidarse con alguien que se supone iba a compartir su vida contigo; además, según lo que me cuentas n
ar y asentí
no queríamos hijos. Pero ahora estoy sola y no estoy segura de que él lo vaya a toma
ya verás que tus padres entenderán todo y te apoyarán. Eres su hija,
harme en cara mis malas acciones, no quiero más cuestionamientos, no quie
eras -se ofreció con una sonrisa tierna-. Si quieres p
apresuré a interrumpir-. Creo que iré al apartamento, a fin de cuentas, James dijo que también está a mi nombre. Tengo la
rometerme que cuidarás bien de tí y del bebé -destacó mi amiga y volvió
r siempre e
ustedes -decl
casa, para dirigirme a la que en un momento iba a serlo. Me costaba mucho recordar las veces que caminé por esas mi
equeñas aun eran arrastradas por un viento leve. La ola de calor había pasado, ahora las nubes decoraban el cielo con un intenso
uestras visitas al apartamento, sin embargo, decidí subir directo y recostar
e un bebé en mi vientre y en mi vida. Aún no entendía el hecho de qu
rdo de nuestro viaje a España hacía un par de años. Me veía sonriente, orgullosa de estar abrazada a aquel hombre que no mostraba indicio de ser tan idiota como
rfectamente igual a cómo lo recordaba. Todo en su lugar, cajas y bolsas de compras,
n ellos. Suspiré al imaginarme al lado de James y un bebé en nuestros brazos viviendo nuestro p
a expresar la alegría que me provocaba casarme con James Carter; parecía tan feliz, tan ansiosa de unir mi vida a él. Resoplé y no pude evitar que las lágrimas brotaran de mis ojos, pero más que ser de dolor, eran de rabia, de enojo y frustración por haber caído e
ue había a mi lado y para mi sorpresa lo primero que vi fue ese reloj de arena.
ras mi mente se perdía en aquel
mos cargados de bolsas con todo para decorar nuestro apartamento: adornos, co
orque se debían hacer unas remodelaciones y deseábamos qu
a cocina y pasamos al lado de una enorme vidriera de objetos antiguos. Nos detuvimos en seco al dejarnos vislumb
al instante, conte
esó mi mano. Luego, me tomó de la mano y me gui
curiosa y sorprendida al ver que llamaba con una
stó y el silencio me
arena -informó al c
dirección que señalaba
objeto muy antiguo, data aproximadamente del siglo XIX, pro
-declaró Jame
urré mientras el joven se dirigía a
er la arena, le daré la vuelta y te empezar
tí sumamente afortunada de
é entre mis manos y sin poder evitarlo. una sonrisa se me escapó y de inmediato se transformó en llanto, nueva
disfruté de una película hasta quedarme dormida. Había sido
y las náuseas también, sobresaltada me desperté sintiendo que hacía temblor, pero no eran más que pesadillas.
, encendí la luz y me senté en el sanitario. Las ganas de orinar eran constantes desde los mismos días que tenía sintiendo malestares esto
ue dentro, había una prueba de embarazo. Una prueba que obviamente no
o porque mis piernas flaqueaban. La debilidad había regresado a mi cuerpo y
era un
rtamento? O peor aún ¿Con quién se estaba acostando James?
orosos marqué el número de mi amiga con rapidez, no tenía a quien más recurr
abrió la llamada y tosió u
bebé? -pregunto alarmada. Sonaba muy preocupada
-respondí, aunque
sado algo muy malo o que necesitabas q
ontarle el verdadero
o que decirt
está embaraza
segunda mejor amiga también estuviera embarazada, pero er
con James, todo se volvió tan raro entre nosotras, que supongo que no debe sorprenderme. En fin, ya somos tres embarazadas -mu
tó extrañada-. Yo no est
ntiendo todo -sus
todo? ¿De
ento y está embarazada; dejó la prueba en el baño
e, es una gran basura -opinó mi amiga con f
ra nada todos estos años a su lado -confesé llena de rabia y de dolor. Eso era lo que más me dolía, lo que más me causab
para mi casa -musitó con voz apacible para tranquilizarme-.
ca debo ser fuerte y hacerle frente a esta situación. Cuéntame ¿cómo está eso de que
amiga con voz alegre-. Una buena noticia en todo esto. Sé que Andrea y tu tuvieron algunas diferencias, pero creo
sp
erme con James. En fin, me alegro que te
ntó de repente-. Estaba hablando con Javi,
a boca seca, se me habí
si tenía que estudiar?
ando de enfocarme en lo qu
tiempo o algo así, no te pongas mal, todo se solucionará -opinó con alegría
z un poco y c
to, pero que no le diga a mis padres. No quiero que me busquen, que c
e llamo. Descansen, los quiero mucho, mis amores -dijo
pudiera alegrarme con tan solo su voz. Ella ya hablaba en plural y yo hasta me había olvidado que dentro de mí había otra personita. Me l
e mí había vida, y eso me tranquilizaba en estos momentos difíciles y me daba motivos para s