con la coquetería que lo caracterizaba, a un grupo d
puesto que había ido en toda la vida a ese estúpido y recóndito bar, dado que desde que había puesto un
porque aún lo dudaba bastante, había pue
íble,
eran lo más impactante de él, su personalidad era todo un sinfín de sorpresas, siempre estaba sonrie
veía, parlanchín como ninguno otro
visto de él en los últimos días y que dese
las chicas que estaban sentadas en las silla
para acto seguido, pasar junto a mí a despeinar mi rosado ca
gunto la misma chica de ca
ntos vasos en donde servíamos el trago-. Pero cre
e vista; para juntas marcharse a otras sillas más cerca del dichoso chico, que ahora estaba al
mientras yo como una completa idiota, tuve que lidiar con los borrachos que se me abalanzaban a dec
zamos a caminar en silencio, después de todo, aquel chico que p
bía llegado ha
isfecha con el silencio de la madrugada en aquella desolada calle que conducía a mi apartam
a solo un grupo de chicos que llevaban tomando desde que habíamos abierto, mientras que al otro lado un
do, al jefe tampoco es que le gustase mucho el alboroto, por ende, apenas llegaba se ma
o que estaba teniendo aquel horrendo lugar, y con jus
y cada rincón al que se mirara, entrar allí era como tele transportar
rdo que en el justo momento en que Alemania metió el primer gol al equipo de Holanda, la puerta
unto de cumplir los 30, sin embargo, su sonrisa le reducía un poco la edad, además de
ó en el cenicero de la barra justo cuando se sentó frente a m
chico, al ver que se mantenía en comp
te que tenga
tragos que se me ocurrieron, a fin de cuentas, parecía que tenía bastante d
s de beberlo de un so
o mi mirada al televisor
ue en verdad no me entretenían en lo más mínimo,