NAB
n toda la decoración y de la manera que lo tiene, la última vez que vine tenía ocho años y ahora tengo diecisiete, algunos cambios tuvo que hacer la señora Ralda, le piden la invitación a mi hermano y su identificación, el seguridad reconoce de inmediato a mi her
los que se controla mucho – y por comportarte quiero decir – dice con un tono de maldad - solo saca de quicio un poco a tía Sofía ¿Quieres? – me da un guiño, hijo de su
ueda – le doy una so
tiene un nuevo galán, pero es de esos típicos mujeriegos que se l
e idiotas, no pretendo hacer
icie ciertas "circunstancias" – le pone comillas a la úl
harán? – los a
a! – y me da un
la carpa esta mi tía favorita (sarcasmo puro) Sofía, camino directo a ella y la saludo, este maldito vestido es corto siento que todos tienen sus ojos puesto en mí, los hombres alrededor hacen pausa en sus movimientos, trato de ignorarlos, en estos momentos deseo con todas mis fuerzas que ese par de orangutanes estén a mi lado, lo
a ¿Cómo has estado? – muy bien antes de venir a este lugar
adores de baloncesto del colegio, no me ha reconocido y en el fondo agradezco, si lo diera a conocer a Edwin o Eduardo estoy más que frita-
ota" solo mis amigos me dicen Ann o Bell – pensé que vendrías con tu
da de maravilla – y le doy una vuelta
obuna – saludo a los dos que me faltan y me siento frente Tomas como es mi misión y cruzo mi pierna haciendo que mi vestido se suba unas cuantas pulgadas y sus ojos caigan en mis piernas, ¿Cómo sé jugar a la zorra?, pues es fácil, cuando tenía doce años una de mis falsas amigas era una de esas en el
layboys porque no tengo ganas de esquivar preguntas, estoy muy ocupada haciendo que cierto tonto calenturiento tenga ganas de ir a jugar al baño, veo como
igo a donde me guía como si entendiera "lo que demonios este sucediendo" ya es muy tarde cuando reacciono pues estoy en el esce
hija de la gran... "compostura, decoro" me digo, lo lamento lo que no se puede decir en la Iglesia no se puede decir en público – queríamos
nta con su cariño y apoyo incondicional – los señalo y lo
que inicie la fiesta dice, y me toma de la mano y me guía a la pista para iniciar el baile, en e
o de todas las personas veo a mis hermanos que me da una gran sonrisa pues hasta el momento he detenido el
e pide permiso a mi Abuelo para bailar conmigo, me entrega en sus mano
ranquilo tigre no me impresiona los títulos, no soy c
pista, pues no me quejo es un buen bailarín, feo no es,
mento de hacer un cambio de parejas y que comience la fiesta – yo vivo en la casa de frente, no te
as horas, no vivo ce
to solo que mis hermanos y yo nos mudamos al lado contrari
formar una sonrisa al proponerlo que no es el único lado que Astrid no lo duda ya tiene una mano en el brazo del pobre muchacho cosa que no me sorprende es un Gramajo, su novio uno más del montón, cambio, me al
o bastante pervertido – se quién ere
endo – le digo muy
llo, demasiado cerca para mi gusto solo que no me está permit
e quien sea la otra chicha – y
nte a ti preciosa – y de la nada Tomas sale volando, la música se
– baila conmigo – y me toma dela cintura y grita - ¡QUE COMIENCE LA MUSICA! – todos nos mira y veo a mis abuelos caminar hacia nosotros – Cristian – dice mi abuela – ¡por favor!, vamos entremos a la casa Ann pu
uentran en las mesas – nueve años que no se preocuparon por nosotros su nietos adorados que contamos con todo su cariño y su apoyo incondicional, bienvenidos a la familia Ralda - le dice a Tomas y Astrid se encuentra a su par ahora – nosotros sus nietos favoritos señ
c, tomando del brazo a Brian, pero bueno el chico cre
osotros no somos de esta familia así que los humillad
ada asesina, su tono es autoritario, es
e brazos, me toma del br
ro vamos a ver acabamos de conocernos y ya da ordenes,
lo siguiente – suéltame o te rompen la cara, - farfullo haciendo un gesto hacia mis hermanos; no afloja el agarre y pues se lo advertí – Cris qu
u salud, dejo la copa en la charola y me abro paso en medio de toda la gente que se mueve de mi camino como si tuviera tres cabezas o fuer