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as puertas. Tardamos veinte minutos, veinte malditos
abrió, Damián se hizo a un lado. Me enteré de que el
r conmigo porque sería demasiado obvio. Me entregó un te
nrió depositando un bes
ra mis adentros cuando mis ojos escudriñaron mis alrededore
todavía estaba presente. El cielo negro como el carbón estaba siendo iluminado po
r en par permitiendo a los invitados hacer su entrada. Como estaba sol
. Las largas vidrieras y las altas paredes estaban cubiertas con cortinas de seda d
largo de las paredes. Las mesas estaban cubiertas con un paño de
nguno era de los hermanos Salvatore. Fingí rascarme la oreja
a la caótica sala se apagó. Los cuervos que bailaban habían detenido su
Los tres llevaban trajes completamente negros, un par
ta y murmuré
ntras pasaban entre la multitud. Estos hombres e
podía oír a mi alrededor eran las mujer
io y ver a qué conducen las cosas cuando se limpien-, dij
ombres te utilizarán por lo que tienes y
eciéndome una copa de champán que, obviamente, no pude negar. Cogí
ora de acabar
amente encontré una pareja de baile. Su mano sostenía la mía m
ue te cortaré las manos y te las meteré hasta e
e había estrellado contra el pecho de un hombre alto. Giré la
correlacionaron con el otro antes de que volviera a
ro no lecciones para tu mierda de baile. - Dije cuand
retó el estómago. Me fijé en los ojos colo
e apretó ante
oy, ¿no?-. Respondió en voz b
ián Sa
. Tengo que hacer una expresión memorable y
ojos en
contención con la que está luchando: -Yo tendría cuidado c
de su a
nosotros para abandonar la pista. No llegué muy lejos.
as se a
-. Exigió, mirá
entido de un baile
alejo de él y me dirijo a la mesa en la que e
ocado para fal
miedo - le res
ápidamente interrumpido por otro hombre antes de que
mino cuando se fijó en mí. El tono de su voz s
otra palabra y así s
chándome bajo la mesa mientras resonaban los gritos de la gente. Observé cómo los cuer