Maldita sea, fracasando como siempre. Tenía clase a las siete de la mañana, pero a juzgar por la luz solar, ya deben ser como las nueve. Suelto
no. Me levanto con un bostezo y miro por la ventana de mi habitación, fuera todo es claro y sole
combinación. Nunca he sido muy fan del maquillaje, después de llevar Química en la universidad me di cuenta de lo mal que me hace el usar cosm
sostenerme, pero escucho un crujido fuerte proveniente de la madera. Por algun
i garganta no lograba emitir sonido alguno. El aroma de Gustavo inundaba la habitación en la que
¡
flejo. Casi me caigo del último escalón cuando escucho a Valentina gritar mi dimin
voca un escalofrío-. Quería pedirte un favor, tu padre me dio esto -me entrega un anillo de compromiso que no le vi hace u
ón de mierda, le diría que por mí no hay problema, que lo conserve. Per
para llevarle algunas cosas que olvidaba o simplemente un refrigerio. A mí me apoyaba con mis estudios, aunque la verdad yo solo deseaba que Aiden me dejara en paz. Ahora me arrepiento de n
r para que Valentina no me vea. Salgo de casa y me dirijo hacia la universidad sin poder conten
a centrarse en los negocios; yo, seguí siendo la misma rechazada de siempre. Mi única amiga era Elisa y ella me decía qué si me hacía mal ir a verla, no lo hicie
ores, no sabría cuáles comprar. Aparte, casi cuatro años han transcurrido desde la
jaros vuela haciendo espirales en el cielo. Aspiro una bocanada fresca de aire. Por un minúsculo instante solo desearía volve
nos pagó por su mantenimiento, incluso hay un florero con lavanda, parece fresca, de tal
n escueto, tan ligero. Mamá era alegre, sonriente y gentil, merecía un poco más de palabras con sen
opla con menor potenci
apaciguar el dolor de su pérdida, de tratar de olvidar que me dolió
o me empujaba fingiendo que fue sin querer, pero más que nada fue daño emocional. Me hizo sentir que yo era una lacra, una persona inútil que podía morir y no importaría. Me dijo tantas cosas terribles que me hacían llegar llorando a casa. Sé que s
os errores que cometió... y comete. Digo, hay una mujer, se llama Valentina. Papá siempre fracasó con sus nuevas relaciones, pero con esta señora al parecer va en serio. Se quiere casar y dijo que también va a vender la casa. No sé qué le ocurre, pero está muy ra
debato entre contar lo que hice, lo que deshice y lo que dejé atrás en la ciudad. Mamá siempre quiso que encontrara a alguien en quien confiar, alguien que me quisiera
e quería un cambio, quería dejar de ver a la misma gente, quería dejar a Aiden atrás. Ahí conocí a un hombre llamado Mateo, creo que te encantaría. Es risueño, alegre, inteligente y me cuidó. Lo conocí después de que casi me intoxico con alcohol y otras cosas, me llevó a casa. Después nos hicimos muy amigos, él me hacía reír, me ayudaba en Química y... bueno, lo arruiné. Un
pero después de eso supe que lo quería. Así que acepté ser su novia. Me metí en un ambiente emocionante, asistíamos a carreras drag, me enseñó a manejar mejor de lo que ya lo hacía, me hizo sentir especial. Pero él estaba en algo peligroso, él hacía
lgo malo, en realidad me gustaba, me sentía bien. Era feliz, Mateo me quería, conocí a sus amigos qu
s muy discreto, conforme tirábamos a los demás criminales, la mafia del tipo crecía, no dudo que es muy inteligente. Eso era tan clasificado qu
e nosotros íbamos tirando otros carteles. Pero al final no solo era narcotráfico, eran lugares de apuestas
ando tomaron a una chica y la iban a secuestrar. Me armé de valor e hice una apuesta. Si ganaba una carrera, se
nte nunca nos iban a dejar ir. Así que se hizo un desmadre, el punto es que tuv
con nosotros. Ese día discutí con Mateo y le dije que no quería saber nada más de él ni de la organización. Ese día rompí mi único lazo de la felicidad y me rompí yo. Él me rogó
lá, yo aquí. Él estará buscando a su mafioso para encerrarlo, está muy ocupado juntando información, arriesgándose por los demás. Yo regresé acá y ahora solo tengo
e quiero, te amo, espero pronto darte m
hora de comportarme como un adulto respo
no habría notado a la chica pelirroja que la sigue. Hace un buen trabajo, de no ser por mi lugar privilegiado en esta avenida, ni siquiera la habría notado. Vamos, no es normal que alguien te siga por la calle y en caso de
ás de un muro de cemento para evitar que me vea. ¿Qué hace ella ahí? Más bien, ¿qué hace siguiendo a Elisa? Mil pensamientos me vuelan a la cabeza y ca
ro son tantas mis dudas que el burbujeo en mi interior cobra más fuerza. Vale, Salomón invitó a Catarina a la fiesta, ob
o quien tiene alguna relación con Valentina, debo descubrir el meollo de todo. No pued
lia. Mi padre es lo único que me queda,