Libros de Michael Storlzman
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Por Siempre, Mejores Amigos
Una amistad se formará entre dos chicos cuyos caminos se cruzarán por accidente. Ambos de países distintos, se afrontarán a las adversidades que amenazarán con romper ese vinculo. Mismo, que lentamente, con ternura y risas, continuará creciendo. Porque más allá de la amistad y el cariño, espera el amor. Y el amor que llegará ha unirlos... podría también separarlos. Después de todo, uno de ellos, que jamás a estado o pensaría estar con un chico, tendrá que darle un cambio drástico a su vida para conservar, a su mejor amigo. Aquél, que se convertirá en la persona capaz de hacerlo realmente feliz. Su posible y verdadera otra mitad. Mismo, que le brindara el cálido amor que nunca pensó conocer. Y del que a través del tiempo descubrirá... se esta enamorando. Un joven y curioso chico que se dijo así mismo sería, por siempre, su mejor amigo. «La distancian puede separar cuerpos, pero si el sentimiento es puro, jamás podrá separar la unión de dos corazones que se necesitan el uno al otro.»
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Parasomnia
Silenciosa, por la noche, así llegó aquella misteriosa tormenta. Manhattan apenas había comenzado a presenciar los disturbios. Algunos hospitales ya estaban saturados, al igual que la policia y los bomberos. Pero en el hospital Lenox Hill comenzó justo a las 10:32 pm. Ese fue en instante en que el Dr Richard Mabius vería, entrando de imprevisto... a la primera víctima cercana. Diez minutos después, el número se convertiría en 20. Y poco más tarde en 46. Pasada la noche serían 264 casos reportados en solo un hospital. En New York el número era de 2177 casos de afectados. A los que entonces llamarían infectados. Aunque nadie sabía de qué podrían estarlo. Lo que no imaginaban era, que los 7837 mil millones de personas al rededor del mundo... lo tenían. Desde hace mucho, ya todos estaban contaminados por aquella misteriosa enfermedad que torturaba a su portador como solo lo haría un demonio. Aquello, había despertado. Su sueño había terminado. Y los de la humanidad de ahora en adelante, serían un infierno. Los minutos en el reloj habían comenzado a correr. Y la opciones eran simples: corre, sobrevive, y sobre todo: No te duermas.