/0/10455/coverbig.jpg?v=d310745d92c6f13e5ed16ab9865e5ae7)
Estaba acostumbrada a ser la chica invisible en todos lados, de no ser por una ofensa y críticas que le hicieran por su cuerpo, tener unas libras de más es un pecado mortal para algunos. "No me interesa lo que piensan de mí, con tal que el amor de mis padres sea incondicional" No entiendo si soy curvilínea y fea como todos me tachan, ¿por qué me tienen envidia?, fui una alumna destacada, me he graduado con honores, cocino rico y me dedico a los quehaceres de la casa, salir a pasear no es parte de mi rutina, prefiero que nadie me vea, rara vez salgo de casa. Aunque la tragedia siempre me ha acompañado, no sé qué he hecho mal para que esté pasando tantos sin sabores de la vida. Hasta que por cosas del destino lo conocí a él, el hombre que me hizo sentir bella, amada y sobre todo deseada. Todo eso fue una ilusión fugaz, que duro muy poco, terminando de romperme por dentro. ¿Será que no existe la felicidad para mí?
Sara Christine, una chica nacida en Londres, sus padres tenían una buena situación económica, por lo que le permitían tener todo lo que quería, lo cual era una gran ventaja para ella, ya que padecía de obesidad. Los pediatras le recomendaron de mantenerla en una dieta constante para evitar enfermedades que surgen por el sobre peso.
Se les resultaba difícil que ella solicitara de comer lo que era prohibido y no otorgarlo, lo cual finalmente terminaban dando, siempre tachaban que de vez en cuando no era malo, sin imaginarse que a largo plazo ella tendría las consecuencias. A su corta edad ella supo lo que es ser despreciada por su propia familia sin saber el motivo que origino ese odio.
Sara creció sin complejo por el amor que sus padres le daban, haciéndola sentir siempre bella. Ya que ella había venido a ser una pieza importante en su felicidad, Samanta, la esposa de Oliver, era estéril, después de quince años de matrimonio se dio cuenta de la dura realidad.
-Mujer tranquila, la niña será feliz.
-Es que no quiero que después se sienta menos que las demás.
-deja de ser paranoica, además la niña es muy inteligente.
-Eso sí.
Sara desde muy pequeña fue sometida al desprecio por la familia de su padre, que no desaprovechaban la oportunidad para decirle bastarda, gorda y fea, haciéndola de menos menospreciándola. Todo eso iba destruyendo la confianza de la pequeña, que no siempre estaba con sus padres para defenderla
Su padre la consiente, y le da el amor que la niña necesita, lo mismo hace su madre, algo que ella aprecia mucho. A él le duele el corazón por lo que le hacen a su hija, así que decidió buscar un prestamista para que le proporcionen una enorme cantidad de dinero, para hacer prosperar su negocio y dejarlo a nombre de su única hija. Eso ayudaría a que ella salga adelante sola sin necesidad de nadie, así sus hermanas no le harían daño en su ausencia.
-Amor no creo que sea una buena idea de que te hagas de deudas.
-Sabes que el negocio que tenemos es una herencia que comparto con mis hermanas.
-Sí, lo sé, además ellas están esperanzadas a ti, no hacen nada por dedicarse a la herrería.
-Es trabajo de hombres.
-Pero ahí están a la hora de cobrar su dinero.
-Mujer, no te calientes la cabeza con eso, tú solamente cuida de nuestra hija y de ti.
-Amor, la niña cumplirá seis años, yo digo que es mejor decirle la verdad.
-¿Qué verdad?
-Que la adoptamos.
-No, eso no es necesario, ella es nuestra hija.
-Es que me da miedo que tu familia...
-No se atreverán, ellas dependen de mí, no considero que arruinen esa lealtad de mi parte.
Encontró una persona que con tan solo su firma le prestaba el dinero, se embrocó en ese trato que firmo sin pensarlo mucho. De inmediato vio el dinero reflejado en su cuenta, se alegró mucho, así que empezó a mejorar las herramientas, de la su herrería, de la cual ha obtenido grandes beneficios, tanto el cómo toda la familia, que dependen de él.
-Lo conseguí mujer.
-¿El que, viejo?
-El dinero, ya remodelé la Herrería, ya verás que fundaré otra muy pronto para que no les falte nada.
-No te esfuerces mucho, ¿Cuánto debes pagar?
-Es muy poco, tú no te preocupes por eso, es más, vete con la niña a comprar ropa y comida.
-A ella le encantara, ya que no sale de casa si no es conmigo.
-Deben salir más seguido, es preocupante que ella prefiera estar encerrada.
Los años pasan y Sara no baja de peso, cuando ella cumplió los diez años su madre cayó enferma que no volvió a levantarse de la cama, ella la atendía día y noche, mientras Oliver trabajaba duro, al ver a la niña que se encerraba juntamente con ella, algo que a Samanta le dolía el corazón.
-Hija, ven a sentarte.
-Mamá, ya te daré de comer, te estoy haciendo una sopita.
-¿Dónde está la cocinera?
-Ella se ha ido, pero no importa, yo sé hacer de todo.
-No quiero que descuides tus estudios por mi culpa.
-Tranquila, voy sobresaliente en mis estudios, seré la mejor te lo prometo.
-Tan linda. -le toma la mano- Hija, hay algo que te deseo decir, no quiero que sufras más adelante...
-¿Qué cosa madre? -ella le presta atención.
-Sabes que eres muy amada por nosotros, nunca quiero que lo dudes.
-Lo sé madre, no entiendo qué quieres decirme.
-Yo, en el pasado, antes de que nacieras, no pude ser bendecida de llevar fruto en mi vientre. Me hice a la idea de nunca ser madre, pero un día, una de las chicas que trabajaba para nosotros, salió embarazada, se vio sola y desamparada que tu padre y yo la apoyamos en todo el embarazo. - ella tóese, se limpia la boca rápidamente- Esa joven le toco dar a luz en una tarde lluviosa, tu padre y yo la llevamos al hospital, ella ingresó para ser atendida.
-Madre... ¿Qué quieres decirme? ¿Cómo que no llevaste fruto en tu vientre?
-Esa joven murió al dar a luz, la niña sobrevivió y me fue entregada, desde ese momento ella me enamoro, la quise casi de inmediato cuando la recibí en mis brazos, desde ese momento experimenté que es la felicidad de ser madre.
-¿Esa niña, soy yo? ¿Cómo?
-Si mi amor, tu padre y yo decidimos adoptarte, criarte como nuestra hija, fuiste la mayor de nuestras alegrías. Que eso no te haga menos.
-Ahora sé por qué mis tías me desprecian. Mis primas siempre me decían bastarda, no comprendía por qué lo hacían.
-Ellas son tontas, si supieran lo maravillosa que eres.
-Mamá, tienes que recuperarte, no quiero quedarme sola.
-Hay mi amor, eso es lo quiero también, pero a veces no es lo queremos, sino lo que Dios disponga, solamente te pido que cuides de tu padre, él te quiere mucho, a su manera, compréndelo por no ser muy expresivo como yo.
-Lo sé mami, yo también los quiero mucho, tengo los mejores padres, fui muy bendecida.
Sara se decidió a dormir con su madre es noche, su padre ocupo otra habitación para darle espacio en la cama a su esposa, se sentía tan cansado que de inmediato se quedó dormido. La joven recostó su cabeza a un lado de la cama cuando el sueño le vencía, su madre le acaricia el cabello, en eso ella dejó de sentir esa caricia.
-Mamá, Mamá despierta, mami, voy a prepararte el desayuno, abre los ojos por favor.
No recibió contestación, algo que no sucedía anteriormente, ella colocó su oído en el corazón de su madre, al notar que ya no latía más, se le rodaron las lágrimas, quería gritar, pero un nudo en su garganta se lo impidió. Lloró amargamente, hasta que su padre al escuchar el alboroto entra a la habitación un poco asustado, al ver a su hija tirada encima del cuerpo de su esposa se dio cuenta lo que sucedía.
-Ella... -Sara no dejo hablar a su padre.
-Papá, mi madre no responde. -la joven corre a los brazos de su padre, él se queda sin habla, no puede llorar, simplemente la mira fijamente.
-Ella ha partido de este mundo, cariño. -besa la cabellera de su hija.
-No, no, ella no puede irse, no me puede dejar, papá haz algo para que regrese.
-No se puede cariño, Dios la ha acogido en sus brazos.
-No quiero que se vaya. ¿Qué voy a hacer si ella?
Oliver abrazó a su hija para calmarla, él sabía de qué eso acontecería tarde o temprano, ya que el médico le dijo que solamente duraría un par de meses por la enfermedad terminal que ella padecía. Quiso divagarse en el trabajo y no pensar en la muerte, que no pudo pasar tiempo con su esposa, algo que estaba lamentando. Organizó el velorio y entierro, toda la familia de ella y de él se hicieron presente para darle las condolencias.
Sara no se separó del féretro en ningún momento, escuchaba los susurros de la familia, algunos la consolaban, otros la despreciaban, ya que decían que ella era una arrimada, que se había aprovechado de ellos. Trato de ignorar esas palabras que llegaban a sus oídos. Sentía tanto dolor por la ida de su madre que lo que escuchaba murmurar no le afectaba.
-Hola, gorda, horrible. -ella levantó la mirada para ver a una de sus primas por parte de su padre.
-No molestes ahora, no quiero escuchar tonterías.
-Haber cuando te largarás de nuestra familia, ni te queda que te hagas la mártir, ni madre tuya que era mi tía para que te sientas tan dolida.
-¿De qué hablas, Eliana? -le dice a la hija mayor de Vanesa, quien es la hermana mayor de Oliver.
-Ya sabemos que eres una adoptada, mi madre no te acepta y yo tampoco, eres una vergüenza para nosotros, solamente mírate lo fea y marrana que estas.
Sara, después de haber sufrido en poder de Aarón, logrando separarse de él. Sus heridas internas que ha tenido que hacerlas parte de ella para sobrevivir, que fueron provocadas por los abusos emocionales y físicos. Durante ocho años ha planeado cada paso que dará. Junto a su pequeño hijo, ella ha recobrado un pedazo de su vida, hasta cambiar la perspectiva de ella misma. Actualmente, es una mujer empoderada, que ha decidido regresar al pasado para poder vengarse de su torturador. "Estoy lista para tenerte cara a cara, Aarón, no te tengo miedo, destruiste cada sentimiento y sensibilidad que tenía, el miedo se ha convertido en coraje, mi sufrimiento en sed de venganza, ahora conocerás al demonio en persona"
Ella: Me embarqué en una travesía en busca de mi propio espacio, un lugar para llamar hogar. La fortuna me sonrió y descubrí el lugar perfecto, un santuario que parecía hecho a medida para mí. Pero, como en toda historia, había un villano en este idilio: mi nuevo dueño de piso. Desde que cruzamos caminos, mi vida cambió irrevocablemente. Ahora, me veo obligada a soportarlo, todo para evitar el regreso al nido familiar y la tutela de mis padres. Él: Estuve a un paso de unir mi vida a la mujer que amaba, pero ella me abandonó sin dar explicaciones. Desde ese momento, he estado rodeado de mujeres hermosas, pero una en particular me cautivó. Le entregué todo lo que deseaba, solo para que me traicionara yéndose con uno de mis socios. La vida no ha sido justa conmigo, por eso he perdido la fe en las mujeres. Sin embargo, el destino tenía otros planes y ella apareció en mi vida. Desde que la conocí, nada volvió a ser igual.
Kallie era una muda. Su marido la ignoró durante cinco años desde su boda, no solo esto, ella hasta sufrió un aborto por culpa de su cruel suegra. Tras el divorcio, Kallie se enteró de que su exmarido se había prometido rápidamente con la mujer que realmente amaba. Sujetando su vientre ligeramente redondeado, se dio cuenta de que él nunca se había preocupado realmente por ella. Decidida, ella lo dejó atrás, tratándolo como a un extraño. Sin embargo, tras su marcha, ese hombre recorrió el mundo para buscarla. Cuando sus caminos volvieron a cruzarse, Kallie ya había encontrado una nueva felicidad. Por primera vez, él se humilló ante ella y le suplicó: "Por favor, no me dejes...". Pero la respuesta de Kallie fue firme y despectiva, cortando cualquier vínculo entre ellos: "¡Lárgate!".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas? Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso. Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.