rsona que atra
n el mostrador antes de que el viejo, digo, el jefe, me reprochara por holgazanear. Empecé
ro frente a mí con suavidad. Levanté la vista para identificar
contento de verme en todas partes. Yo no tenía el mejor humor del mundo, así que no compartía a plenitud aquel feliz sentimiento. Pero, aún con las sospechas y mi guardi
ombre de Spencer -dijo
cuando hacía eso. Es que se veía demasiado tierno y ahora que sabía que era
ería ser reprendida por cometer algún error. Me hacían un favor al permitirme trabajar en la biblioteca sin contar con preparación previa, por
on, iniciando la conversación mientras
anas de que me preguntara nada, así que intenté que mi
iversidad no es tan difí
isa amargada
se encogió de hombros-. Dim
a totalmente en desacuerdo. A
tó cuando terminé con la ficha
e será difícil para ti y viceversa. -Brandon me devolvió la ficha y se quedó pensativo frente a mi e
ensimismamiento y sacudió lev
os luego, Amy -saludó al ti
cosita
la inexistencia de incidentes. Yo era la clase de persona que atraía la
o de voll
llamar a Pam y pregu
ientos y luego al trabajo. En un principio, me costó un poco acostumbrarme al ritmo de vida, per
s de los estudiantes masculinos, ya era capaz de soportar la presión y
ros que leía ese chico. Siempre tan educado, sonriente, tierno y dulce, era una combinació
ro lado de la ciudad, así que se había trasladado a la habitación de un amigo a quince cuadras del campus. Leía desde libros, hasta las etiquetas de envoltorios.
yball de la universidad. Aún no me sentía del todo segura como para contarle más detalles de mi vida. Precauc
n me caía m
tativa me enlisté y salí con mi bolso al hombro. Estaba un poco atrasada porque me
ioteca, maldito lugar infernal. Ya era suficiente tener que pasar casi toda la
o, saludé a mis co
nática de estas cuatro p
r en una mesa apartada, mientras esper
-lo saludé ag
na que calentaba mis entrañas. Tomó
que ho
y? -preguntó para ini
nas tupidas pestañas los resguar
testé mirando el reloj. Eran exacta
Sus movimientos eran descoordinados y
rec
ocales -yo solo quería comprobar
ró la g
un poco
tres veces para que lo entendiera y una cuarta para que lo hiciera de manera correcta. Ya había transcurrido una hor
a y yo no había ni desayunado. Para completar el momento, d
and
estómago. Clavó los ojos allí y no los despegó. Me removí e
ste... ¿
vista y mirándome con los ojos a
no...eh... ¿Quieres ir a comer? -luego del ete
vám
niversitarios por ser barata. En el camino, comencé a explicarle a Brandon las maneras qu
mezón cuando lo usé. Así que esa es mi única ex
ada tanto. Seguimos caminando y ya podía divisar
so sonido de una bocina, mezc
uid
locidad por el lugar en donde recién había estado parada. Mi primera reacción fue el shoc
pidió que fuera atropellada por el auto. Brandon t
él me había empujado hac
staba en mi pe
ndos clavada en el lugar, hasta que decidí que no lograría nada con esa quietud insoportab
ía ser más incómoda. No estaba enojada con Brandon, a pesar de
a universidad. Pero cada vez que nuestros ojos se cruzaban, mi mente rememoraba el suceso y hasta m
compañó hast
Amy... -su mirada estaba dirigi
í, también bajo el
, a la vista de otros parecería una loca de ch
l día recié
tarme siquiera que los chicos me vieran y empezaran un alboroto. Estaba ensimismada rememorando lo
is manos heladas a ellas para enfriar
ergüenza... y
los ojos alguna vez? Esperaba que
caí al suelo. Mi cara quedó mirando al césped y las palmas apoyadas en la tierra. Aún de r
, con furia. Sin mirarla todavía, me puse de p
me disculpé, aunque yo era quie
brazos y piernas descubiertos. Su cabello azabache era largo y lacio y estaba suelto, ondeando por la ligera brisa de verano. Pero lo que me impactó no fue su belleza, sino la seguridad que transmitía por los po
utomática de los estudiantes al verla. Dese
uncido y chasqueó su l
bre sus talones a toda velocidad, golpeá
lo ocurrido. A lo que llegué a la conclusión es que er
me enlisté a toda prisa. L
volleyball, la profesora nos d
ada de la universidad de Virginia, está Georgina. Entrará en cualq
vestida con la ropa adecuada para entrenar y a paso firme. Miró al grupo por encima del hombro, apenas detenién
asta los huesos. Su mirada era tan ruda y penetrante
a ¿por qué tal reacción? Me encontré con la mirada hostil de la nueva estudiante, que no dudó en acercarse a mí con el desafío impreso
Reeve -empezó, anteponiendo
a llamándome monstruo con mala intención. Resaltaba la parte positiva de mi apodo
eres tan buena com
dí, aceptand
ndo cualquier sentimiento de temor que antes me aquejaba. Ella sonr
ra nos rodeaba con interés. Eso incluía a la profesora, quien dirig
l resto de los ejercicios, nos dividimos para comenzar el par
a clasificado a nuestra universidad para el torneo nacional. Mi actuación al final fue en vano, porque mi interés por
mi equipo y claro... no quería problemas. Lo que no había esperado era que alguien viniera
y el equipo contrario no
acostumbradas por años de experiencia en el campo, teníamos la capacidad de analiza
tantos puntos, que era imposible que las alcanzáramos, sin embargo no me importó. Qué poco sentía ya por este de
o el equipo logró salvarla. Corrí de manera automática a la red, haciendo
otro lado, Georgina se preparó para bloquearme, con una sonrisa burlona plasmada en el rostr
ncha contraria y Georgi
punto fu