mo
o, ya que me llama mamá. Su sonrisa es tan dulce que el que tenga los ojos tan parecidos al ogro de Edmo
afirmar y por más pena que me cause t
yo no soy
rita Bonnet -su voz vu
uiera sentí cuándo llegó. Sus iris dorados me analizan, siento qu
api, yo
y se acerca a la niña. Logra separarla de
sola? -la regaña-. Tienes que esperarme en
le recuerda el número de niñeras que ha tenido que echar por su culpa,
a a mi oficina; he rec
o sé si son pruebas del destino, pero si esta es la oportunidad que
están en el mercado. El aroma es delicioso, tanto que se pierde el que portamos cada uno. Deja a la pequeña en el escritorio y le da algunos útiles para colorear. Él toma unos papeles y vie
ué.
e él mi pregunta-. Nunca la he visto actuar así con nad
algo que se tome a la ligera, ni e
ra la maternidad de mi hija?
e todo esto es tan ex
derecha -hago lo que me dice, mis ojos se abren ante el monto-. Considero que es más que suficiente. Tómese el tiempo neces
n esta vida, fue quien me acogió cuando mi madre murió y mi madrastra me echó de casa. Siempre sacrificó tanto por mí que estoy dispuesta a darlo todo por ella, lo merece. Tomo asiento frente al señor Arna
or, pero he de ag
n la que no tiene permitido enamo
parece perfecto e impro
improbable enamorarme d
afecta, no soy el tipo de mujer del que un hombre como él puede gustar; sin embargo, lo que de
la intimidad entre ambos sin mi consentim
z de forzarla? ¿Qué tipo
confiar en quien conocía de toda una vida. El corazón se me acelera, los
lo conozco, pido esa cláusula por mi s
usula en el contrato que defienda esa parte. Mi abogado
formalidades a un lado, y está bien, puesto que tenemos que tutearnos, pero hay
r Arnaud, daré
hora. Tendré la cláusula lista y espero tú también lo es
todo lo que debo solucionar antes de compromete
error, que la desesperación no me ha jugado una mala pasada. Vine buscando trabajo c
r o una palabra, a veces dudo que pueda sentir u oír algo de lo que digo. Es una muerte en vida, una que ella no merece. Cuando desperté del coma hace cinco años, ella estaba a mi lado, una de las tantas cosas q
observa fijamente, yo aparto la mirada, sin du
nta él finalmente-. Espero
lo h
o dice lo
es como para
os jardines adornan todo el camino de estrada. Este lugar es más grande que el pueblo en el que solía vivir. No sé si pueda acostumbrarme o si esta vida sea para mí. Él carga mi maleta, me da un leve tour por la planta baja de la casa donde especif
a casa de otra amiga, sé que no se lo creyó, por lo que la he estado evitando. Tanto lujo me hace dudar de qué vestir para ir a cenar, ya voy retrasada. Me coloco un vestido sencillo con estampados florales, «sí, parezco una campesina». Bajo co
tención en él, su sembla
soy algo torpe,
-me ayuda a recuperar el equilibrio-.
s decir yo a usted no rec
nunca en mi vida, o tal vez sí, y es una de las memorias que perdí después del accidente,
le de no sé dónde captand
Me aparto, no sé por qué siento vergüenza, aliso mi vestido e int
n él, y casi c
n tu primer día? -dic
. Yo tampoco iba prestando atención. ¿No
es Jerome, m
-no puedo evitar reír
a mí-. Éline te está esperando en el
do en sentarme junto a ella, aunque que me llame "mamá" se siente extraño, compartir juntas no es incómodo, hace lo que le digo aunque es un poco caprichosa, no deja de recordarme lo feliz que está de
durmiéramos juntos, ya que así pasa más tiempo con su padre, pues a este nada más lo ve en las noches. Me imagino lo ausente que debe ser E
o un par de pijamas negras, su pecho queda al descubiert
de d
esta respirar, pero voy a mi lugar. Me coloco boca arriba, cuando siento el cuerpecito de Éline pegarse a mí
ha sido la mejor
que se me agriete algo en el pecho, es un
uele el cuerpo, los ojos me arden; mi mente pide un descanso, pero casi amanece y debo prepararle el desayuno a la pequeña, se lo prometí anoche. Si me duermo ahora no sé a qué hora despertaré. Mis ojos se