rese
tanto tiempo. Poco a poco el entorno se fue tornando más conocido las calles por las que había pasado tantas veces, las cafeterías que solía frecuentar, no sabía cómo, pero iba camino a su casa, a pesar de que nunca le había comentado la dirección al chófer del jeep; curiosa le regaló una mirada al hombre a su lado. No
amientos, sorprendida observó por la ventana para darse cuenta d
ella mientras se disponía a salir del
uí? Puedo llevarte después al
uro de ser lo que tú empresa está buscando, pero prometo ponerme pronto en cont
Owen – avísame si nec
s de granito mientras sus dedos acariciaban el frío metal de la baranda. Se imaginó el último tramo antes de por fin saltar frente a la puerta de la casa mientras gritaba sorpresa a su madre sentada en la sala viendo la televisión. En diversos
el cabello un poco más blanco con algunas canas decorándolo y algunas arrugas en su rostro, pero su innegable belleza seguía ahí. Cuando Mía vio a su hija se quedó congelada un segundo y Davina por primera vez consideró el rec
día ver los engranajes del celebro de su madre trabajando a toda marcha - no deber
intento in
tendré que sacar los
insistió
a nuevo, seguro me dan
iones - no hace falta que vendas el coche, no me escapé,
ándola contra su pecho – oh dios, no puedo creerlo, al fin todo terminó. Llorando acaricio el cabello de su pequeña y luego bruscamente la volvió a separ
ar, a parte quería
os sustos Davina... - la voz de Mia fue interrumpida por una peq
la niña de n
brazos y camino hacia Davina- Denise, ella es tu hermana Davina, recuerdas te hable de ella antes, te dije que estaba en un lugar
a su madre sosteniendo en brazos una versión miniatura suya. La pequeña tenía el cabello negro y lacio como el suyo, pero su piel era unos tonos más claros, unos ojos color café grandes y expresivos y unas mejillas rosas y regordetas y Davina supo desde el primer mome
os a comer algo, debes estar
sobre una mesita en la sala. Los antiguos muebles estilo colonial, habían sido sustituidos por un moderno sofá en forma de L y un sillón de masajes. Davina siguió a su madre hasta el comedor y se asombró al ver que la estructura había cambiado, la pared que dividía la cocina del comedor había desaparecido y una
vez que ves la
aba un pedazo de queso que su madre había cort
ntaba robar comida y su madre la reñía, pero eran las acciones entre una madre y su hija adolescente de 16 años, Davina ya no era aque