sen
mente mis manos, preferirÃa darme un
traÃda de prisa ansiosa por romper el silencio
tro descubrió que todas sus cosas habÃa desaparecido, sus paredes oscuras y afiches habÃan sido cambiados por paredes rosas, unicornios y flores, su cama, escritorio y
observo la cara de Davina, desprovista de cualquier color. – lo siento cuando Denise nació comenzó a utilizar e
s cosas guardadas en algunas cajas, abrió una y saco una blusa, la talla tal vez podrÃa servirle, su cuerpo no habÃa cambiado mucho en los últimos años, pero cuando lo olio frunció el ceño, el aroma ha guardado era demasiado fuerte, er
para esto, antes de regresar a mi propia casa y descubrir que una extraña anda deambulando p
también es su casa, donde más se supone que
es en lo que la trasformo ese lugar, no es segura tenerla alrededor de Denise. Mi
un acc
o puedes quererla cerca de nuestra hija, cuando ni siquiera fue capaz de proteger la suya. – Davina no dijo nada, esperando a que su madre la volviera a defender y dijera que eso no habÃa sido su culpa, que ella solo era una niña. las lágrimas
ida no hay lugar para mÃ
atiga causo estragos y cayó de rodillas sobre la calle mientras sus lágrimas corrÃan como una cascada sobre su rostro empapando su top y desgastados jeans. Luego de llorar un par de minutos sintió una presencia en su espalda y una chaqueta acabo cubriendo
dio de la calle. – Davina querÃa sonreÃr, pro no tenÃan suficientes fuerzas. – TodavÃa está en pie mi oferta de la habitación de hotel, un bue
una hamburguesa con mucha grasa, doble ración de papas fritas o cualquier cosa poco saludable. – Owen le sonrió y estand
esa comida chatarr
el todoterreno que se encontraba a tan solo un par de pasos parqueado. D
fuiste
rante mucho tiempo, yo ya habÃa hecho mi tarea y
r no huir a pesar de qu
ra huir por cualquier boberÃa y algo me dice que a tu lado voy a ganar mucho d
o ser una perra que te ay
ismo idioma, estoy seguro de qu