omportamiento. A lo largo de mi vida, muchos me han tildado con distintos apelativos, unos buenos y otros no tan agradables, sin embargo, a partir de hoy te iniciarás en el viaje de con
debo ser sincera y contarte todo, no solamente lo bueno, sino también lo ma
chica más del inmenso mundo de los huérfanos, un inmenso mundo tan grande como las vallas hasta donde llegan los
aba molestando a los demás y haciendo de sus vidas un total infierno, la malvada de Mariana, tiene su grupo de amigas, otras cuatro chicas más que hacían todo por complacerla, yo no sabía qué pensar, en ocasiones pensaba que esas niñas estaban siendo amenazadas y obligadas a molestar a los otros chicos del orfanato, otras veces pensaba que se habían convertido en un
que María me había golpeado primero, pero la señorita Anna no estaba dispuesta a escucharme, así que el castigo había sido lavar todo lo ensuciado durante el almuerzo. Yo había querido llorar desconsoladamente al pensar en todo el trabajo que tenía por delant
ente lo que me había detenido de escapar, las señoritas a cargo del cuidado de todos los huérfanos que allí vivíamos, constantemente nos aseguraban que el mundo allí afuera era horrible, un mundo de monstruos, humanos crueles, maltratos, abusos, asesinatos, un lugar en que las personas solo se interesan por ellas mismas, dónde reinaba la maldad y el hambre, yo en algunas ocasiones llegaba a pensar que el mundo allá afuera, no parecía ser muy distinto a la vida en el orfanato, dónde cada niño o niña allí presente solo velaba por sus propios intereses, reinaba la maldad,
r, siempre tenía hambre y no solo yo, la mayoría allí habían aprendido a convivir con el hambre y los calambres estomacales por falta de alimento, la verdad es
yo era más bien una chica débil, delgada, ojerosa y sin el más mínimo i
e deseado quedarme dentro, estaba sentada bajo un enorme árbol, cuando levanté la vista para encontrarme con que Mariana, María, Lía, Rosa, y E
as?- preguntó Mariana
r adentro- dije c
emos reírnos un rato- yo miré a Elena en silencio. ¡Estúpidas ellas q
nque tarde bastante, me di
ez que me daba una fuerte bofeta
grupo de chicas, con los ojos llenos de lágrimas
no- dijo Rosa, cru
iente no está muy claro en mi memoria, recibí golpes hasta caer al suelo, luego sentí com
ño levanté la vista y me encontré con la dura mirada de la señorita Anna-¿Otra vez tú, Katia?, ¿De nuevo en problemas?- María come
eó a María-
riz- ellas se han echado todas sobre mí- mi voz tembló y mis ojos dejaron e
atia ha llegado enfurecida, gritando a María y asegurando que por su culpa se ha pasado toda
moteo al tiempo que mi
ha abofeteado-
su culpa había recibido un castigo- intercaló Ele
ía pagar por todas las hora
to!- gemía d
Anna- dijo Maria- Kati
s enormes- ellas están minti
ú dices la verdad- me dijo
olpeaban- me defendí inte
defendido, de no ser así me h
no!- dije
a- estoy cansada de que siempre te metas en problemas Katia, eres muy revolto
NO POR FAVOR!- comencé
suficiente para que dejes de meterte en problemas-
favor, se lo rueg
INMEDIATO, BUSQUEN ALGO E
luchaba por soltarme mientras lloraba y gemía, aquello no podía estar pasando, no otra vez, si había algo
vor, se lo ruego,
me sigue llevando con ella, me giró para ver al grupo que dejamos atrás, y para mí ira y desconsuelo, me encuentro que tod