esaltó, me giro para ver de quién se trata y
ric
r tan des
nada. Siento que me ataca todo el tiempo, es por ello que me veo en la nece
ie
i Patricia no me tolera, es su asunto, no el
spalda y la m
la me mira con reproche y desprecio- Estoy cansada d
e con derechos en esta casa- me exhortó indignada.
re ésta habitación. Así que si
bo orden
con desprecio e
jarme con el Mae
al maldito hombre del restaurant- no me das miedo, y quiero que
no tengo intenciones de darte explicaciones, no tengo porqué hacerlo- le de
no he notado todas las atenciones que
empleada más- la veo tensar su mandíbula y sé qu
me mira e
t, eso sí. . .que sea yogurt griego, Patricia. Hoy es mi cumpleaños y sólo come
para ser superior a todas, para ser una dama y aunque tenga a penas diecisiete años,
los, así que decido usar calzado que me ayude a verme bien, pero que no me arroje al suelo a primera de cambios. Dejo mi cabello suelto, apli
estro me espera, se pone en pie
sa, Irina, es
me indicó que me sentará, era muy
a una chica que se disp
más señor?- pregun
cia, estoy
Maestro me miró con una media s
vo nombre sonaba realmente bien. El Maestr
ensalada
ba cuándo mi voz
junto a la mesa- Maestro, no quisiera incomo
lo absoluto, Iri
ho de que no tengo autoridad alguna en ésta casa- miro al Maestro a los ojos, bajo las pestañas en forma delicada y luego vuelvo a mirarle. La señorita Aura me ha dicho
ido y parecía a punto de estallar, mientras yo est
que su privacidad sea respetada, creo que todos tenemos derecho a eso - e
ra molesta, pero desví
No quiero escuchar más sobre el asunto. La señorita
, s
tricia- le digo dulcemente, ella giró sobre su
menos- me dice el
mío- digo firme mientras
endiz magnifica. Ahora conversemos sobre
ed a la ofic
ue hoy no recibirás clases, así que hoy compartiremos solo tú y yo- mi corazón dio un
r, almorzamos en un elegante restaurant, me llevó a conocer hermosos lugares. Me
ación a medias. Los de seguridad hacían su ronda. Seg
de la puerta para abrirla, él me detuvo, su cálida mano cubrió la mía. Me giré para t
ucede,
sucede nada- su
e mi habitación, me rodea la cintura con más firmeza y se acerca más a mí, puedo s
s amenazan con explotar, siento los latidos de mi corazón en mis oídos, mis manos t
nada, pues mi sorpresa es mayor al sentir que los firm