ompañía de su compañera de cuarto, Camille, algo dentro de ella permanecía roto. Las palabras de Max, que resonaron a través de la televisión, la perseguían constantemente.
erdidos" era más que una frase; era la
pertaba en su pequeña habitación parisina, se encontraba con el cuaderno que Max le había regalado, ese que había decidido llevar consigo a
su último proyecto para la universidad, Camille
r? -preguntó, dejándose caer e
spondió Defne, dejando a
la cabeza con una mezcla
ndo en cómo el amor a veces par
o estaba preparada para hablar de amor, no
sí -respondió
da, pero me pregunto si realmente has dejado tu pasado atrás. Me doy cuenta de que nunca hablas
le tenía buenas intenciones, pero el tema era demasiado doloroso para tratarlo de maner
palabras cuidadosamente-. Dejé muchas cosas atrás cuando
ó con simpatía
e. Solo quiero que sepas que no tienes que cargar con todo ese
a en su vida que la comprendía en ese momento, pero también sabía que su amiga no podía entender completam
s confesiones, el amor que habían compartido. Se preguntaba si él también estaría pensando en ella mientras abrazaba a su hija recién nacida. Una hija que llevaba su nombre,
ndola. Cada esquina, cada rincón de esa hermosa ciudad le recordaba lo lejos que estaba de casa, pero t
ó en una mesa junto a la ventana, observando cómo las gotas de lluvia se deslizaban por el cristal. Cerró l
d? -escuchó una voz
una mirada comprensiva. No sabía cuándo su amiga había l
jo Camille suavemente-. Todos hemos perdido algo en la vida, Defne. Amores, su
zón. Quizás era hora de aceptar que el amor que había tenido con M
sabes? -murmuró Defne-. Si todo lo
n ternura, su mano
re. Lo importante es lo que haces con esos recuerdo
ofundo de su corazón. El dolor aún estaba allí, pero tal vez, solo tal vez, había un
escapando de su pasado, pero tampoco podía dejar que la definiera. El amor que había pe
rtos, la vida pública... todo parecía ir mejor de lo que había imaginado. Pero en los momentos de soledad, cuando las luces se apagaban y el públi
a conectado con la realidad, pero incluso así, sentía que había perdido lo más importante de su vida: el verdader
a a cruzarse con él. ¿Podría algún día sanar las heridas de su corazón y encontrar un nuevo comienzo? O tal vez, como tantos otros amore
la posibilidad de nuevos comienzos. Y en ese momento, Defn
sonaban en su mente, y cada vez que trataba de olvidarlas, volvían con más fuerza. Sabía que no podía seguir guardando todo aquello para sí misma. El peso de ese amor perdido, de la traición, del dolor, era de
é, su rutina habitual cada tarde. Al escuchar la puerta, se volvió y le sonrió
reguntó Camille, acercá
profunda tristeza. Tomó aire lentamente, i
hora de que te cuente al
borde de un colapso emocional, algo que nunca había visto en ella hasta ahora. Defne siempre había sido reservada sobre su pasado, y Camille nunca ha
erviosamente-. Todo esto, todo lo que soy ahora, está marcado por
prensión y le dio un su
escucharte. No tienes que cargar con esto
esos días de juventud, cuando conoció a Max, cuando pensó que había encontrado el amor verdadero. Poco a poco
unto del pasado-. Nos conocimos en el barrio donde crecí. Era diferente a cualquier otra persona que hubiera con
a que cada palabra representaba para Defne. No la inte
de todo lo que me atormentaba, especialmente de mi hogar, donde las cosas no estaban bien. Mi relació
a que Defne había tenido problemas familiare
bajando la vista-. Max me traicionó. Lo enco
mbro, tratando de darle apoyo. El dolor que llevaba guardado era palpable, y Camille
todo se desmoronaba. Intentó explicarme que había sido un error, que me amaba... pero yo no po
o nada por detenerlas. Se había contenido durante tanto tiempo, y ahor
, y acepté una beca para venir a París. Pensé que si me alejaba, si dejaba t
fne había sido fuerte, había intentado reconstruir su vida, pero
todo es que le puso mi nombre... Defne. No sé si eso es un castigo o si es su manera de recordarme. Pero
s palabras no eran suficientes para consolar a su amiga. Todo lo que podía hacer
ntía que un enorme peso se había aligerado de su corazón. Contarle todo a Camille no haría desapare
oz entrecortada-. Nunca había contado tod
con una sonrisa cálida-. Eres mi amiga, y estaré
ple hecho de haber compartido su historia ya era un gran paso hacia su recuperación. Camille la había escuc
or no desaparecería de un día para otro, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que podría encontra