o una mezcla de emociones inundaba su pecho. Por un lado, estaba emocionada por el nuevo capítulo que estaba a punto de co
brillaban con un resplandor que reflejaba su deseo de un nuevo comienzo. No era la primera vez que estaba en París, pero esta vez to
n francesa con ojos brillantes y una sonrisa cálida, la recibió con entusiasmo. Camille estudiaba artes plásticas y desde el primer momento, su energía o
egalado. Lo sostuvo entre sus manos, sus dedos recorriendo la tapa como si estuviera buscando respuestas. El dolor seguía ahí, intenso, pero decidió llevár
risinas y las conversaciones con Camille hicieron que Defne se adaptara a su nuevo entorno con más facilidad de la que esp
e su manager y el talento que siempre había tenido, logró firmar con una pequeña discográfica. Sus primeras presentaciones en bares locales em
na emisora de radio, el locutor le preguntó: "Max, parece que tus canciones tienen un aire de nostalgia, como si estuvieran dirigidas a alguien en particular. ¿Es así?"
r diseño de videojuegos le exigía dedicación, pero también le abría un mundo completamente nuevo. Junto con Camille, exploraban las galerías de arte, cafés e
mada de Nicolás. Su corazón se aceleró al escuchar la voz de su hermano. Aunque ambos habían acorda
odo cariñoso que le había dado desde pequeños. "Te ext
raño, Nico. Pero estar aquí me está haciendo bien. Estoy descubri
unque me duela no verte todos los días. Pero recuerda lo que te prometí antes de que te fu
as la envolvían en un cálido abrazo emocional. "Nunca dejaré de
culo entre ellos nunca se rompería. Tras colgar, Defne se sentó en un banco cercano, mirando las flores que adornaban el
e encontraba momentos para divagar. A veces se preguntaba cómo estaría Max, si él también estaría avanzando o si, como ella, estaba atrapa
volvía a Defne. En más de una ocasión, durante los ensayos, había cometido errores en canciones que le recordaban a ella, y a veces se sorprendía
oches compartidas con Camille, empezó a sentir que la distancia era su mejor aliada. La ciudad del amor le ofrecía una tregua, un esp
tendería que ese fue el primer paso hacia su libertad emocional, y que París, con
cuarto, se había vuelto un apoyo invaluable. Ambas compartían no solo el pequeño apartamento universitario, sino también los sueños y proyectos que le
mpre entusiasta y creativa, estudiaba artes plásticas, y juntas habían decidido hacer una colaboración que combinara el diseño digital con las expresiones m
isión para tener algo de ruido de fondo. Defne, concentrada en su pantalla, apenas prestó atención a lo que sucedía a su
ando sensación. Su primer álbum ha llegado al número uno en las listas de popularidad y ya
a voz. Su corazón latió con fuerza mientras sus manos temblaron ligeramente. No podía ser. Lentamente, levantó la cabeza, r
elegante, su cabello perfectamente peinado, y esa sonrisa encantadora que había sido su perdición brillaba bajo las lu
ntretenido de fondo. Pero para Defne, el mundo entero se había detenido. Las pa
entendido que pronto serás padre. ¡Felicidades! Cuéntanos, ¿cómo
e había compartido momentos de amor y traición, iba a ser padre. El entrevistador hablaba con total naturalidad, co
a al escuchar ese nombre. Melani. Claro, tenía sentido. Sabía que algo como esto podría pasar, pero no estaba preparada para enfrentarlo. "Lo nuestro
meses volvió a ella con una claridad dolorosa. Melani, Max, aquella noche. Defne había intentado
e no estaba allí. Su voz se suavizó, y las palabras que dijo a continuación hicieron que el estómago de Defne se revolviera. "
alrededor. "Mi fanática favorita." Una vez, esas palabras habían sido una dulce broma entre los dos, un gesto de cariño que Max utilizaba para expr
respirar profundamente, a no perder el control. No podía derrumbarse, no ahora. No frente a Camille,
upación: "Ese tipo parece interesante, ¿no? Apuesto a que se har
e sonar casual. No tenía la fuerza para explicarle a Camille lo que realmente sentía, lo que significab
n el proyecto. Su mente estaba completamente enfocada en lo que acababa de escuchar. Max era padre, pero n
jó caer sobre la cama. La ciudad de París había sido su refugio, su escape, pero ahora, la realidad la había alcanzado. La imagen d
mo un recordatorio silencioso de lo que una vez fue. Defne sabía que no podía seguir huyendo de sus emociones