dieciséis años, se sentía como un rompecabezas incompleto, con piezas que nunca parecían encajar. La vida en casa era complicada; su padre, un hombre de carácter fuerte, no perdía oportunidad de
rillo en sus ojos que pocos notaban, una chispa de esperanza que persistía a pesar de su situación. Sin embargo, ese día en particular,
a apreciar ese lugar, un refugio donde las historias de los demás le ofrecían una pausa a su vida. La música suave que salía
grupo de amigos. Desde el primer día que Defne llegó al barrio, Max había estado enamorado de ella en secreto. La recordaba perfectamente, su mirada curiosa y sus gestos tímidos.
Había pasado largas noches componiendo canciones en su habitación, cada acorde impregnado de los sentimientos que
que su corazón latiera con fuerza. Nunca antes alguien le había sonreído de esa manera, como si viera más all
ax, moviendo la mano para invitarla a su mesa
Max la alentó. Se acercó, y a medida que se sentaba, una mezcla de nervios y emoción la invadió. Las risas y la
anzado en sus presentaciones. Defne, en contraste, compartió su anhelo por crear mundos a través de los videojuegos. La conexión
das como cualquier libro", comentó Defne, con una sonrisa que iluminó su r
íble. Me encantaría ver lo que creas. Quizás un día puedas hacer una ba
eguridades que la perseguían y permitió que su personalidad brillara. Pero, de repente, la atmósfera se
taños brillando con una mezcla de interés y desdén. Aunque solo eran amig
posó sobre ella. Se dio cuenta de que esa conexión que había sentido con Max podría estar en peligro. Sin
n, pero no quiero que se te pase la hora. Tienes una pr
e dejar que Max continuara con sus planes, pero antes de que pudiera lev
? Estaremos en el bar de la esquina. Sería genia
io, de ser parte de su mundo, la emocionaba. Asintió, sintiendo que u
nía viva. La noche se alargó entre risas y música, y mientras la brisa fresca acariciaba sus rostros, Defne se sinti
o se formó en su estómago. Aquella chispa de amor joven era hermosa, pero también fugaz. Sin embargo, e
ojos brillaban al hablar de sus sueños. Había una conexión entre ellos que Defne no podía ignorar, una atracción que iba más allá d
cada paso que daba, el peso de su hogar la seguía como una sombra. Pero esa noche, la imagen de
aba el papel en blanco mientras sus ideas cobraban vida. Se imaginó creando un videojuego donde lo
r de dejarse arrastrar por el miedo, Defne se repitió a sí misma que había algo más allá de su hogar, algo
a prepararse, que debía brillar en la noche que estaba por llegar. Esta vez, no permitiría que la oscuridad