as paredes desgastadas y el eco de cada paso daban a la reunión un aura de tensión que era casi palpable. Lilia lo seguía de cerca, obligada por los hombres de Nik
, con la voz firme pero la mirada nervio
or que veas por ti misma cómo funcionan estas cosas. Así
mación meticulosa. En el centro, Aleksei Romanov avanzaba con la seguridad de un depredador en su territorio. Sus ojos se p
ara a un viejo amigo. -Parece que tenemos un asunto pendi
lai, pero él no se movió. Con
r sobre la deuda, está
carcajada fría y
í por lo que es mío. Lilia es la garantía de esa
ó hacia él, dejando clara
ei. Lilia está bajo mi protección ahora, y no p
o. Aleksei avanzó un paso, sus hombres aj
r ella? Porque si ese es el caso, déjame asegurart
uno de los hombres de Aleksei. La pistola cayó al suelo con un estruendo metálico, y el silencio qu
insistes en esto, pagarás con sangre -sentenció, con
s ojos moviéndose entre Nikolai y Lilia. Finalmente, d
, Volkov. Te arrepent
bres siguiéndolo de cerca. El eco de sus pasos se desvaneció po
a mirarla. Él no dijo nada, pero en sus ojos había una mezcla de determinación y algo más, algo que e
, finalmente rompiendo el silen
risa fugaz, más peligr
entras sea así, nadie te tocará. Pero recuerda esto: si intentas
mo tiempo. Y aunque Lilia odiaba admitirlo, algo en su interior le