er dormido su primera noche en un hogar y no en lugares extraños
donde tenía pensado quedarse por un tiempo. Aunque solo su familia le preocupa sus intereses económicos más que el
s negativos. No es el momento de pensar en eso, ahor
a cabaña, en donde pudo disfrutar de la calidez de un hogar, grac
udo. Al principio, supone que Maija le dejó una manta y ella no se dio cuenta,
recorre por su anatomía, conteniendo un grito en la garganta, por temor a ser devorada por el lobo, según ella. El perro la comienza a olfat
para acariciarlo y tratar de apaciguar sus miedos. En e
cansancio, trayendo consigo
yfflely, ¿qué estás haciendo aquí? ¡Bájate!-lo reprende, pero él no la obedece-. Disculpa si
tocándole la nariz al perro con más confianza-. Al principio me as
una carcajada, ace
erros originarios de Siberia, su nombre se traduce del finés como "trufa" si te cuesta pronunci
ionado, baja de la cama con un salto. Agita su
son, buscándolo sobre el colchón-. Ven trifoli, compar
u cachorro se vuelve a instalar-. ¿Cómo has dormido? -inquiere, cambiando el tema-. Te he tr
guetea co
os-. Es mejor que dormir en un banco y terminar fenecida por hipotermi
zca de curiosidad-. Tengo miedo de que te puedas
, antes de responderle. Sintiénd
labios-, pero podrías quedarte si no tienes n
ofá. -Se acuesta en él, mientras Alis
h. Sin embargo, su partida fue interrumpida por una llamada
baño -ordena, señalando-. Ya
rden y se acuesta frente a la puerta. Maija sale de
e, entrando Mikael. Intenta dirigirse al baño, p
inquiere él, rascándose la bar
sus colmillos afilados, lanzándole una clara
do de comprender al cachorro.
e la puerta del baño, envuelta en una toalla. Sus cabe
ando en la cabaña. Una sensación extraña le comienza a recorrer por
inúa ladrando sin parar. Mikael hace lo imposib
ga Alison, apretando la
cachorro jugando con l
ónde estás? -demanda saber ella
se aclara la garganta
a cabaña sin avisar -se disculpa
jándose-. Sospechaba que había algu
no esperaba encontrarse con él tan pront
rchero. -Se lleva una mano a la frente
ikael se acomoda en el so
-. Tuve que hacerle unas reformas improvisadas a la cabaña para hacerla más cómoda. -Señala
de hombros-. Nada intere
que la hace ver como una preadolescente,
o ajustadas para ti, sol de otoño
a, recogiéndole el cabello en una coleta-. ¿Te gustaría des
cabeza. Los tres salen de la cabaña, ell
noces a Mikael? -indag
ustralia -miente ella,
erando que Mikael no arruine la hist
vocando en sus pensamientos-, antes del accidente en Suiza.-Se muerde el interior de su
a salvo conmigo. -L
puesta a contarle so
vales en snowboard -aclara, con un brillo en sus ojos-. La cuestión
pentirás de conocerlo. Escogería
roniza, soltando una carcajada-.
e guiña el ojo-. Por cierto, ¿cuán
na bocanada de aire, tratando de encontrar las
-susurra, cabizbaja-, tengo problemas con mi
hando que tiene una carga emocional demasiado grande
arrugando los labios-. Si necesitas hablar con algui
illarla aunque debería estar agradecida porque ella fue la resp
tratando de no llorar-. Sé que en estos momentos no t
aquí puedes despejar tu mente y pensar con claridad. -Muestra un matiz de serenidad en su
re, se siente más culpable po