excitación, aquel toqueteo sugerente le estaba volviendo loca, necesitaba más ¡Ya! Tomó la cabeza del extraño y volvió a centrarse en sus labios, paseaba provocativamente sus manos por el tor
ntalón introduciendo su mano dentro de su ropa
a seguir ator-mentán-do
los estaba haciendo perder la conciencia, los gemidos de April eran cada vez mas sonoros al igual que los gruñidos y gemidos ocasionales de su compañero, llegando al climax final. Ambos respiraban agitados y se miraban avergonzados recordando que estaban en un callejó
en otro lugar?
a caminar. No se sentía orgullosa de lo que hab