n la suya. Tenía conocimiento del odio que tenía sobre ella, y la dificultad que tenía tener
pero más específicam
én tenía consciencia de lo que era y de lo que causaba en cualquier hombre, es por ello de que se daba el
s, si fuese un horario aceptable para salir estaría en algún bar buscando a cualquier mujer para liberar su lib
er antes de que el sol saliera, la vio entrar a la casa con la misma ropa
terior a la casa, pero ni siquiera quería imaginarse cómo
e al ver al hombre acercarse, en la oscuridad la única luz que apenas los cubría era la luz del pórtico, no sabía ni siquie
sobre si sus brazos eran tan duros y grandes como se notaban. Enarcó una ceja, no supo cómo interpretar la mirada que inspeccio
cuantas cuadras largas hacia la casa, ¿qué edad tiene? -Dyla
ad -respondi
-Dylan asintió con la cabeza muy en alto-. Y que, en lugar de ve
a ella lo hizo enojar, ni siquiera alguien mayor, sino que estaba saliendo con un hombre, y por su aspecto seguramente habían
l menos entra por
or la manera en que le había reclamado salir con su mejor amigo Raphael, si tan sólo supi
cama, no había tiempo para bañarse, quería dormi
has tenido en años -reclamó Bast
guapo como cualquier joven -una risa profunda salió de la garganta del joven-.
burla, podía hacerlo, tenía las solvencia económica, pero no tiene interé
y ser básicamente el sustento de la empresa en la que trabajaba y para su suerte, no siempre lo requerían en el lugar, s
poco tenía interés en saber si ya lo había hecho o no, posiblemente u
e familia a fuerzas, su hermana... Un intenso dolor en su entrepierna se encendió al imaginarla hacer pucheros
spiro y ent
cho tiempo? -Fran
és de todo Naomi sólo vendrá p
empresa? No me digas por favor
entonces la manera para q
a su padre salir de la casa, no era en d
do de las escaleras, de manera insti
ia el refrigerador, en esos precisos momentos no tenía ni ga
-se excusó vertiendo un poco de leche en un vaso, él sólo le veía impaciente-. A
ía por tocarlo tanto como él también lo hacía. Divagó unos segundos en el cuerpo de la mujer, su pijama o lo que se podría llamar como una, era un brassier de encaj
uiera platicado, ni siquiera sabía en qué estaba pensando para pedirle tener un trato
ando el celular sobre la isla de la cocina y elevó las ceja
ía ser, y meneó la cabeza en desaprobación, si saciaría su sed de ella haciendo lo que quería, entonces no le molestarí
eó tocando su barba para fingir pensar lo que quería,
ra del sexo. Se le notaba que era reservado y mantenía el perfil bajo si era sobre de arruina
vez más, no parecía tan mala idea, después de todo le gustaba man
e, ¿ser salvaje y hacerlo hasta en las piedras? Negó con el
nada, ni l
hacia las escaleras una vez más-. Piénsalo, cariño, con la c
sólo la observó, una trato intrigante, ella le conocía, sabía que no aceptaría, pero si estaría ah
frente a su padre y ser un animal salvaje junto
o entonces